REAL MADRID - ATLÉTICO DE MADRID
Simeone iguala a Luis Aragonés en el Olimpo del Atlético de Madrid
El Cholo alcanza en el derbi de esta tarde los 612 partidos al mando del equipo rojiblanco, igualando en lo más alto al Sabio de Hortaleza. El Real Madrid, rival más habitual.
4.432 días. Es el tiempo que ha transcurrido entre que Diego Pablo Simeone se sentó en el banquillo de la Rosaleda, aquel 7 de enero de 2012, y su visita de hoy al Santiago Bernabéu para dirigir su trigésimo noveno derbi. Y no es un día cualquiera. Simeone iguala, ante el rival que más se ha enfrentado, a Luis Aragonés como el entrenador que más partidos ha dirigido al Atlético de Madrid en su historia. Se dice pronto: 612.
El Sabio de Hortaleza lo hizo en cuatro etapas diferentes. El Cholo, de corrido. Sin duda, dos de los mayores emblemas en la historia del club, conjugando su extenso balance en el banquillo con sus brillantes etapas como futbolistas. Probablemente nadie, ni el propio Simeone, podría imaginar en Málaga lo que estaba por venir. Más de once años y ocho títulos que sitúan al argentino como el técnico más laureado en el Atlético, en un banquillo que tradicionalmente huía del continuismo.
Dos Ligas, dos Europa League, dos Supercopas de Europa, una Copa del Rey levantada en el Santiago Bernabéu para acabar con 13 años sin ganar al Real Madrid y la Supercopa de España, también contra el equipo blanco, hablan por sí mismas. Hoy, en el feudo blanco, Simeone también supera a Miguel Muñoz como el entrenador que más partidos ha dirigido a un mismo club en Primera División (425). En la que fue su casa. El aprendiz ha superado a los maestros.
Con Luis, la gran diferencia está en la solvencia defensiva. El Sabio, que levantó seis títulos, consiguió 1.000 goles en sus 612 partidos al mando del equipo. El Cholo necesitaría tres hoy para igualarlo. Sin embargo, este Atlético ha encajado 223 menos. Una barbaridad. Simeone y Luis Aragonés, dos de las figuras más importantes en el Atlético, si no las que más, que hoy comparten puesto en el Olimpo de los técnicos colchoneros. Seguro que el Sabio así lo hubiese querido.