Ounahi revive al Girona

El Girona llegaba a San Mamés muy tocado. Con un solo punto en su haber, tras haber recibido un 0-4 en casa y con Míchel en la cuerda floja. Más que nada, porque una derrota en Bilbao y otra ante el Espanyol el viernes hubiese supuesto casi seguro el adiós del técnico madrileño. Pero las cosas no salieron como los más pesimistas auguraban. El Girona no ganó, es cierto, pero la imagen ofrecida en uno de los campos más complicados de la categoría fue diametralmente opuesta a la del fin de semana. Se vio a un equipo con ganas, con intensidad y sabiendo a lo que quería jugar. Y de esto último tuvo buena culpa Ounahi.

El centrocampista marroquí jugó en San Mamés un partido exquisito, siendo absolutamente clave en el desarrollo del mismo y en el resultado final. Primero porque fue él quien anotó el gol visitante, con un buen disparo desde dentro del área. Pero sobre todo porque se vio a un jugador de una calidad superior, “diferencial con el balón en los pies” tal y como le definió Míchel. Metió un balón de oro a Vanat que el ucraniano falló por poco pero fue de largo el mejor jugador del partido.

Lo que está meridianamente claro es que no solo Ounahi, sino todo el Girona, dio un paso adelante. Algo imprescindible tras el mal inicio de Liga, y que Míchel destacó tras el partido: “Por momentos quizás necesitábamos más tranquilidad y más juego, pero tengo la sensación de que el equipo trabajó junto. Si no, es imposible sacar aquí un punto. Sin ayudas es difícil y vi esas ayudas. Ha sido un paso adelante y espero que sea el principio de una cosa buena”. Esa “cosa buena” pasa por ganar el viernes al Espanyol, un equipo que solo ha perdido en el Santiago Bernabéu y que viene de una buena actuación en casa contra el Valencia.

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