Nadie ofrece más emoción que el Celta
El conjunto vigués y el Mallorca son los reyes de los resultados ajustados. Sólo tres partidos de celestes y bermellones se han resuelto por una diferencia superior a un gol.
Hasta que el árbitro no señala la conclusión del encuentro casi nunca está definido qué signo le va a corresponder a un partido del Celta. El conjunto que entrena Rafa Benítez se ha abonado esta campaña a los finales ajustados. De las 27 jornadas disputadas, sólo en tres los duelos del cuadro olívico se han resuelto por más de un gol de diferencia. Un dato que sólo iguala el Mallorca, otro de los equipos menos vistosos de la Liga.
La diversión y la emoción no siempre tienen que ir de la mano. Lo aburrido también puede ser taquicárdico. El público de Balaídos lleva semanas quejándose del juego de los suyos. Sin embargo, el precio de la entrada o del abono garantiza incertidumbre hasta el último minuto. Sirva como ejemplo lo sucedido el pasado viernes. Pese a que el colista Almería disputó la mitad de la segunda parte con nueve futbolistas aptos -al sufrir la expulsión de Bruno Langa y jugar lesionado Leo Baptistao tras torcerse un tobillo- el Celta ganó 1-0 y acabó el partido defendiendo en su área una acción a balón parado.
Ese duelo directo por la permanencia elevó a 24 los encuentros de los olívicos con un desenlace reñido en el marcador. La excepción a esta norma la representan los dos choques con Osasuna -en Vigo ganaron los navarros 0-2 y en Pamplona los gallegos 0-3- y el cómodo 0-3 que el Atlético firmó en Balaídos, un partido condicionado por la expulsión del portero local Iván Villar en el primer tiempo.
La experiencia que los célticos han acumulado en finales apretados a lo largo de esta campaña de poco le ha servido. De hecho, se trata de su principal punto débil. La estadística resulta desgarradora para la plantilla que prepara Benítez. Los goles encajados a partir del minuto 80 le han supuesto dejarse por el camino un total de 16 puntos.
El Mallorca, situado 3 puntos por encima del Celta en la clasificación, es el otro rey de los partidos parejos. Sus jornadas carentes de emoción en los minutos finales también se limitan a tres y todas terminaron con derrota balear: 5-3 en Girona, 2-0 en la visita al Betis y 4-0 frente al Athletic en San Mamés. Lógicamente, en los dos cara a cara entre bermellones y celestes ha predominado la igualad. El equipo que entrena Javier Aguirre venció en Balaídos 0-1 después de que el VAR anulara a los locales un polémico gol fantasma y en Son Moix se registró un empate 1-1.
El dilema está servido. ¿Los vigueses tienen una virtud, la de mantener opciones de puntuar hasta el final, o un defecto, el de no lograr decantar los encuentros claramente a su favor? Lo que no admite debate es que esa característica no la comparten con su próximo rival, el Real Madrid. Los merengues acumulan en lo que va de Liga doce resultados que registraron una diferencia superior a un tanto. Este domingo las dos tendencias chocarán sobre el césped del Santiago Bernabéu.