Muriqi ahonda en la crisis del Villareal de Setién

El Mallorca también se sirvió del buffet libre que es el Villarreal desde la llegada de Setién. En la despedida del Ciutat, el Submarino volvió a ser ese equipo lento y previsible que se dedica amasar el balón sin ningún colmillo. Además, la nueva forma de jugar supone adelantar la línea defensiva. Con lo que cuando la pierde casi siempre le pilla mal parado. Setién no lleva ni dos semanas completas (12 días) en el Villarreal y hoy ya le han cantado el “¡Quique vete ya!”. De récord.

El diagnóstico del duelo lo tenía apuntado en su libreta Javier Aguirre, que vio el partido desde un palco del Ciutat de València con la tranquilidad de aquel que visiona por vigésima vez su película favorita. Sus once guerreros bermellones ejecutaron su plan sin pestañear. Tener un delantero como Muriqi también tranquiliza. El kosovar marcó el primero y bajó del cielo el balón para que Amath hiciera el segundo. El Mallorca vuelve a llevarse todo el botín de Valencia, sólo 15 días después.

El Villarreal salió con caras nuevas pero con la misma parsimonia en la circulación de balón. Aguirre ya sabía qué partido le esperaba. Por eso la orden fundamental era no dejar ni un hueco entre la línea de cinco defensas y la de cuatro centrocampistas. El Submarino, siempre previsible haciendo caso a la idea de Setién, se chocaba una y otra vez con la defensa bermellona. Y así durante los 90 minutos.

La segunda parte del plan del mejicano era salir al contraataque con colmillo. Y así lo interpretaron los jugadores del Mallorca. En el primer tiempo, dos salidas, dos ocasiones claras. En la primera, Jaume Costa se quedó sólo ante Rulli tras un pase magistral de Kang-in. El meta argentino resolvió. En la segunda, llegó el gol. Dani Rodríguez buscó la espalda de Alberto Moreno, Gio González la buscó y su pase atrás le llegó a Muriqi, que remató de primeras y el balón fue a la red tras rebotar el balón en Albiol. Siete goles de los 12 que lleva el Mallorca para el kosovar.

En la segunda parte, la película fue similar. Aunque Chukwueze pudo cambiar el devenir de todo en dos ocasiones. Sobre todo en una que estrelló en el larguero con el portero del Mallorca ya batido. Pero dos minutos después, otro error defensivo condenó al Villarreal. Esta vez en la defensa de una acción a balón parado. Muriqi se elevó para bajar un balón tras un saque de falta pero nadie estuvo atento a la segunda jugada. Amath colocó su cuerpo y lanzó una volea que superó a Rulli con una gran parábola. Ahí se acabó el partido y empezó el runrún en la grada que acabó con cánticos en contra de un entrenador que acaba de llegar.