Los canteranos del Atlético no saben de fiestas ajenas

El partido del Centenario de la Ponferradina acabó con un festival goleador del Atlético, quien remontó un 2-0 en la recta final del mismo. El equipo local le puso más ganas en un choque que acabaron decidiendo jugadores del filial rojiblanco. Marcaron Reinildo, Alber y Carlos Martín hizo un doblete.

No hay club en el mundo más solidario que el Atlético. Ha sido siempre así y ha dado muestras de ello a lo largo de su historia. Capaz de lo mejor y también de lo peor, el Atlético siempre ha sido una entidad que ha tenido mucha simpatía en esos campos de nuestra geografía. El encuentro era una fiesta para el club berciano, otra entidad que se ha labrado su reputación a base de trabajo, aunque esta temporada esté pasando apuros. Por eso, digo, el Atlético salió al estadio de El Toralín más o menos con el plan de otros partidos: jugar, triangular e intentar tener una tarde tranquila.

El Cholo se dejó en Madrid a medio equipo (Koke, Marcos Llorente, Morata, Giménez, Witsel) y en el banquillo estuvieron Reguilón, Saúl y Felipe. El Cholo dio minutos a Sergio Díez, Carlos Martín, Pablo Barrios y Ethyan. La Ponferradina, por su parte, se juega mucho en el encuentro liguero ante el Mirandés, por lo que David Gallego tampoco quiso arriesgar lo más mínimo. Pascanu y Naranjo son fijos; Makaridze, Adri Castellano, Sabit y Ale Díez van teniendo minutos. Dos titulares en un partido festivo y en el que se trataba de agradar a la parroquia.

Placa para Cerezo y Miguel Ángel

Al partido acudieron Cerezo y Gil Marín para dar apoyo institucional al partido. Las relaciones entre ambos clubes son excelentes y los dirigentes rojiblancos hicieron un esfuerzo para desplazarse a Ponferrada. El encuentro fue hasta los minutos finales uno más de los del Atlético esta temporada, oficial o amistoso. Un error defensivo provocó el 1-0 a la media hora de encuentro. Heri se plantó delante de Oblak y no falló. Fiesta en El Toralín. Y a partir de ahí los rojiblancos entendieron que tampoco era cuestión de que su rival le sacara los colores, por lo que los del Cholo se lanzaron en tromba en busca del empate, bien con la sociedad Lemar-Pablo Barrios o por la izquierda con Carrasco y Reinildo.

El equipo madrileño tiene una cita importante el próximo día 22 ante el Arenteiro y por ahí tiene que estar preocupado el Atlético, advertido de lo que le espera en tierras gallegas. Lo mejor fueron las ganas de Pablo Barrios y también los intentos de Carrasco de volver a ser un jugador determinante. Poco más.

El Cholo, con abrigo y con gorra, de pie, ajeno a la lluvia que empezó a caer nada más empezar el choque, asistía a veces atónito a lo que intentaban hacer sus jugadores. El Atlético encajó el segundo tanto al inicio del segundo tiempo y a partir del 2-0, llegaron los cambios, más lluvia y los nuevos intentos del equipo madrileño de reducir distancias. Lo hizo Reinildo, quizá ajeno a tanta fiesta. El defensa marcó su primer gol de rojiblanco. Simeone, que se había tomado un respiro en el banquillo, entonces vio que los chavales, los chicos del filial, no saben nada de fiestas. Ellos van a lo suyo, a labrarse un futuro, a aprovechar los minutos, ya sea en partidos oficiales o en encuentros que sirvan de Centenario. Empató Alber. Y Carlos Martín hizo doblete. Tuvieron que ser los canteranos los que remontaron el partido y salvaron la cara de un Atlético que naufragó con sus titulares. Tevenet, por cierto, el técnico del filial, no perdió ojo desde el palco.