LAS PALMAS

Los adioses de Jonathan Viera

El capitán de Las Palmas deja a los amarillos con dos ascensos en su currículum. Esta ha sido la cuarta etapa del jugador en el club.

No por esperado deja de ser de gran relevancia, lo que empezaba como un jueves cualquiera dejó de serlo para la historia de Las Palmas, y es que el cuarto día de la semana 50, pasó a ser la fecha en la que se confirmó la marcha del capitán de Las Palmas, Jonathan Viera. El gran ídolo amarillo del siglo XXI puso hoy punto —y posiblemente— final a su etapa como futbolista de la entidad canaria.

Decíamos punto posiblemente final porque si algo ha enseñado la trayectoria de Viera es que el capitán siempre ha vuelto donde ha sido feliz. A casa, al Estadio de Gran Canaria. Y la entidad en esta etapa presidencial se ha caracterizado por la repatriación. Y es que no en vano, el 21 ha ido y venido tantas veces como Mundiales suman Italia o Alemania.

Cuarto adiós

El 2 de octubre saltó al césped con media hora por delante. Era su primera suplencia del curso. En esos 30 minutos dejó el mejor portfolio del año, cambió la energía del partido ante el Celta y a pesar de encajar un tanto en ese tiempo, los amarillos tuvieron tiempo y capacidad para darle la vuelta al resultado, gracias a un asistencia y gol de penalti de Viera.

Sin embargo, no habían pasado ni quince minutos desde el pitido final para que el 21 cogiera a la isla con el paso cambiado cuando tras el encuentro avisaba: “Salí con muchas ganas porque las etapas se acaban y yo creo que la mía se está acabando. Cada vez queda menos y siempre que salto al campo quiero disfrutar de mi campo, de mi gente porque me queda muy poco ya”. A lo que García Pimienta replicó minutos después: “Para mí es un auténtico placer entrenar a Jonathan Viera, todo lo que ha conseguido y dado al club, dos ascensos. Cuando llegó esa oferta a principio de temporada dije que se merecía decidir su futuro, hoy ha ganado el partido él [...] Mientras esté con nosotros estoy convencido que nos va a ayudar porque es el jugador con más talento

Una semana después repite suplencia ante el Villarreal y lo que vino de Castellón no fue el mismo equipo que se fue. Tras el Estadio de la Cerámica todo se terminó de romper. Una semana de parón de selecciones infló la situación y el lunes 23 de octubre, primer día de la semana del encuentro ante el Rayo Vallecano se suspendía el entrenamiento. “Consideré oportuno que no había que entrenar”, explicaba García Pimienta. El martes el propio jugador informó a través de las redes sociales de una enfermedad que había superado su mujer.

Jonathan Viera, con García Pimienta en la fiesta del ascenso.

Ese mismo viernes, 20 de octubre, en la rueda de García Pimienta por la previa del encuentro contra el Rayo, tiró de secreto de caseta para evitar contagios: “Mi relación con Jonathan es una relación profesional clarísima, de entrenador y jugador. En Villarreal no pasa absolutamente nada. Al revés, se consiguieron tres puntos importantísimos con un esfuerzo por todo el equipo, los que salieron de inicio con los que salieron después para ganar en un campo muy difícil contra un rival muy complicado y es con lo único que me quedo”.

No obstante, al día siguiente se confirmaba el cambio en el rol de Jonathan Viera. Excluido de las convocatorias. La primera ante el Rayo, con una derrota in extremis. Algo que no cambió el estatus del capitán dentro de los planes del entrenador. No lo sé” respondía cuando se le cuestionaba por el futuro del 21 en Las Palmas en el pospartido ante los madrileños. Una semana después vendría un nuevo giro. En la previa ante el Almería comentó: “Al igual que el resto, cuando yo considere que es lo mejor para el equipo entrará en la convocatoria, participará y nos ayudará seguro. Voy a defender a Jonathan Viera y al resto porque todo lo que pasa en el vestuario es problema nuestro y lo vamos a solucionar. No me cabe ninguna duda. Si alguien del club quiere hablar, por mí no hay ningún problema. Para mí este tema está zanjado. Sé que es vuestro trabajo, pero no voy a responder a ninguna pregunta más de Jonathan Viera”, y desde entonces apagón. Hasta este 14 de diciembre.

Apenas nueve partidos ha podido disputar Jonathan Viera en esta última etapa con Las Palmas en Primera, aunque el futbolista venía dando avisos tiempo antes de que había algo que no le cerraba. “Cada vez me divierto menos en el campo pero también es verdad que mi estado físico no me ha permitido estar a tope” comentaba una entrevista en la emisora oficial del club en enero de 2022, apenas meses después de su último regreso. Cuatro semanas después se marcharía Mel y llegaría García Pimienta. También, tras el ascenso, advertía ya de que su tiempo estaba más cercano. Hablaba de disfrutar del momento como no lo había hecho en el anterior de 2015, además expuso lo duro que había sido en lo personal la temporada aunque anticipaba una mejora, algo que no llegaría.

Las otras despedidas

Tantas despedidas como reencuentros han protagonizado Viera y Las Palmas. El primer hasta luego pudo ser en enero de 2012 con destino a Granada, pero el genio de La Feria se negó. Su futuro estaba más al norte. Sería en mayo de ese año cuando dejó atrás por primera vez Gran Canaria. Su destino, el Valencia post Emery. La inestabilidad reinante hizo que no se asentara en Mestalla y desde ahí, tumbos sin encontrar echadero, Rayo Vallecano y Standard de Lieja las paradas previas al primero de sus regresos a casa.

En la 2014-15, se cruzaron de nuevo los caminos de la U.D. y el de Viera. En enero de 2015 con una Unión Deportiva lanzada hacia la Primera División firmaba el regreso del que se confirmaría poco a poco como la gran estrella amarilla del siglo XXI. Tras el ascenso a Primera División hubo un “nos vemos después” pues había llegado cedido a isla. La U.D. negoció de nuevo con el Standard de Lieja —dueño de sus derechos federativos— y ya en el debut en Primera estaba Viera en Calderón de amarillo.

Hasta febrero de 2018 aguantó en Las Palmas. Su siguiente destino, Beijing Guoan. “Cuando se fue Jonathan Viera tenía que haber presentado mi dimisión”, diría posteriormente Paco Jémez entrenador de los amarillos. El mismo entrenador que lo hizo debutar en el profesionalismo había regresado a Gran Canaria para intentar salvar una temporada que había arrancado torcida tras la marcha de Setién. Sin opción de refuerzos, los grancanarios daban por amortizada la Primera División vendiendo a su mejor jugador con la permanencia en décimo octava posición, a dos puntos de la salvación. Dieciocho puntos sumaban los grancanarios en la última jornada con el 21 de amarillo. Con veintidós acabarían la temporada. Cuatro puntos en catorce jornadas. Ese fue el boquete que dejó su segunda marcha. En octubre de ese campeonato Jonathan Viera vistió los colores de la selección española.

La tercera despedida del capitán, diciembre de 2019, apenas dejó daños emocionales porque su vuelta fue un regalo caído del cielo, con fecha de caducidad. Llegaba en septiembre y se marchaba en diciembre. Lo suficiente para ver juntos al tridente de las tres últimas generaciones de la cantera de Las Palmas, Viera, Rubén Castro y Pedri. No en vano, además de estas dos figuras, el ya exfutbolista amarillo es el hilo conductor que las estrellas de las camadas de canteranos grancanarios que van desde los Valerón, Guayre, David García, Ayhtami Artiles, Nauzet, David González pasando por los Vitolo, Roque Mesa, Vicente Gómez o Tana y acabando en los Moleiro, Coco, Kirian, Valles o Cardona.

Pone fin el último gran héroe de Las Palmas a su carrera de amarillo. Su legado, dos Champions para los modestos: dos ascensos a Primera. El de 2023 como capitán con brazalete y bastón de mando y el de 2015 otra como coautor. Se marcha, por tanto, el futbolista que mejor ha sabido interpretar el fútbol isleño en este siglo XXI, que fue capaz de alcanzar su cima en Primera División en 2017 vestido de amarillo ante su público y que volvió a Las Palmas para liderarla en su regreso a la élite.

Ahora toca cambio de guardia en Gran Canaria. “Hay que dejar que los chavales vayan creciendo”, decía aquella noche de octubre tras el partido ante el Celta que dio el pistoletazo público a su marcha. Parecen haberle escuchado. Aunque tamaña trayectoria, merecía un final por la puerta grande y honores.

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