ESPANYOL | LOZANO

“Llevo 17 años en el Espanyol y es frustrante ver que no confían en ti”

Pol Lozano, que ha conseguido su tercer ascenso a Primera con el Granada, reconoce que tendrá ofertas y que afronta un verano para reflexionar a la espera de las decisiones que tome el club.

Joan M. Bascu

Desde que asomara por la puerta del primer equipo, en la temporada 2019-20, Pol Lozano (Barcelona, 1999) ha sido titular una vez en la Liga con el Espanyol y esta campaña solamente ha jugado 13 minutos. Ha encadenado, en cambio, dos cesiones exitosas en Girona y Granada, donde se convirtió en una de las piedras angulares de dos equipos que lograron el ascenso a Primera. Jugador perico desde hace 17 años, el mediocentro afronta un verano clave. Acaba contrato en 2024, el Granada le tanteará para que siga jugando en Primera y el vacío en el que vive ahora mismo el Espanyol juega en su contra: nadie del club perico le ha llamado en estos seis meses en la ciudad andaluza. Todo está en el aire con Lozano, como con muchos jugadores de la plantilla. Otro canterano que ama el Espanyol pero que reconoce abiertamente un hecho irrefutable: “No han confiado en mí”.

-Ha pasado de no jugar en el Espanyol a ser protagonista del ascenso del Granada. ¿Cómo valora estos seis meses?

-El objetivo era jugar, y se ha cumplido. Sabía que el Granada era un club con un gran potencial y que tenían un equipazo, aunque cuando llegué estaban en la séptima posición. Me lo tomé como un reto. Lo valoro positivamente a todos los niveles.

-Tercer ascenso en tres años… ¿Es usted un mago?

-Solo hay dos jugadores que lo habían conseguido anteriormente. La Segunda es muy difícil, puede haber grandes jugadores que en diez años no tienen ningún ascenso. He aprovechado mis dos cesiones. Es bueno rendir y que la gente vea el potencial que uno tiene.

-¿Le benefició que el estilo de juego se adaptara a sus características?

-Intenté ir a un equipo en el que mi estilo de juego se potenciara. El entrenador me ayudó. Nuestra manera de ver el fútbol es similar. Con Melendo ya nos conocíamos y nos compenetramos bien en el campo. Tener el balón y ser protagonistas va conmigo.

-La idea de Luis García en el Espanyol congenia con lo que le va a usted. ¿Lo cree así?

-Desde fuera vi en Luis un técnico con carácter, que le da importancia a la cantera y que quiere tener el balón. Eso son sus puntos clave, y eso me puede beneficiar: no es un secreto que un técnico que apueste por jugar y tener el balón será mejor para mí.

-¿Quiere quedarse en el Espanyol?

-Será un verano en el que deberé valorar muchas cosas. Al final seguir o marcharse no depende cien por cien del jugador. Seguramente hay otros factores más determinantes. Ya veremos. Estuve muy bien en Granada, en el Espanyol estuve bien personalmente pero no jugaba. Deberé reflexionar a fondo.

Pol Lozano.Joan M. Bascu

-¿El Granada ya le ha dicho que le quiere?

-Hicimos una buena temporada y querrán mantener la esencia. Será un verano diferente porque el Granada apostará e intentará mantener la plantilla y hacer fichajes.

-Durante estos seis meses, ¿tuvo contacto con la dirección deportiva del Espanyol?

-Entiendo la situación extraña de la temporada del Espanyol, pero no tuve contacto con nadie. Cualquier futbolista que juegue fuera espera una llamada. No pasó, pero como dije antes la situación del Espanyol fue extraña y compleja.

-¿Tiene la sensación de que no se ha apostado por usted en ningún momento?

-No descubro nada, es una evidencia. Ves los números y está claro que no se ha apostado por mí. Hay muchos factores, pero para alguien como yo que lleva 17 años en el Espanyol lo que quiero es tener oportunidades de calidad. No se han dado, pero hay que seguir trabajando para ganarlas. Mi familia y yo somos del Espanyol, pero no se ha apostado por mí.

-¿Cómo ha llevado emocionalmente estos tres años de cesiones, pocos minutos en el Espanyol y dos descensos?

-Es difícil. Desde que debute en las previas de Europa League he vivido momentos de altibajos. Ese año bajamos a Segunda, el siguiente año no se apostó por mí en el ascenso. Salí fuera del club para buscar minutos y ser feliz. Luego hablamos cosas que no se cumplieron por circunstancias. Eso te frustra, sabes que no confían en ti. Por eso intenté irme a Granada. Estos seis meses fueron buenos.

-Rebobinemos al pasado agosto, con Diego Martínez. Usted tenía una propuesta para irse a Girona, se quedó y no jugó. ¿Qué pasó ese verano?

-Hubo la posibilidad de irme al Girona. Le comuniqué a Diego Martínez esa opción, pero llegamos a un acuerdo para seguir aquí en el Espanyol. Es cierto que tuve una lesión que me hizo ir a contracorriente, pero desde el principio esperaba jugar más por lo que había hablado con el técnico, pero no pudo ser por distintas circunstancias. Dentro del vestuario no hubo crisis en aquel momento. Los resultados no acompañaban, pero la plantilla creía en el entrenador y los futbolistas estábamos implicados. A veces encajas y otras no. Creo que no supimos llevar a cabo la idea del técnico.

-De Diego a Luis, dos modelos de juego distintos. ¿Cómo lleva un futbolista que haya tantos cambios en el banquillo y en las ideas del equipo?

-Es como cualquier trabajo, si no sigues un modelo todo será más difícil. En cualquier empresa si a uno le cambian las rutinas no se encontrará cómodo. Si sigues un modelo, todo es más fácil. Quizás no es sencillo encontrar técnicos que sean iguales, pero la realidad es que los que han venido son muy diferentes. Diego Martínez y Luis García no tienen nada que ver.

-¿Qué le parecieron, desde la distancia, los arbitrajes que recibió el Espanyol?

-Estuve más centrado en el Granada, no seguí tanto las situaciones que se dieron en el Espanyol. Pudo haber errores arbitrales, no creo que fueran intencionados, pero la mala temporada del Espanyol fue meramente deportiva. Pero insisto que estuve más centrados en el ascenso del Granada.

-Esté usted o no en la plantilla, ¿cómo es la Segunda que deja?

-La Segunda es muy difícil, es competitiva e igualada. Hay muchos equipos que bajan y no pueden subir. Un ejemplo es el Eibar o el Alavés, que no entró en el ascenso directo y debe ahora jugársela en el playoff. Una clave es que la plantilla esté unida, que sea grande y con muchos recursos. Y además que el entrenador apueste por sus jugadores, y que ellos crean en su idea. Eso es lo más importante. Y sobre todo tener un jugador diferencial. Eso hará que la balanza se decante más.

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