ENTREVISTA AS | RAÚL BRAVO

“Llegué a aborrecer el fútbol, pero soy feliz”

Raúl Bravo fue uno de los estandartes de la época de los Zidanes y Pavones en el Madrid de los Galácticos. Alejado del ruido del ‘Caso Oikos’, atiende a AS.

Raúl Bravo (43 años) vive feliz en su retiro de su Gandía natal. Está alejado del fútbol de élite y nos descubre su nueva vida profesional...

Raúl Bravo nos atiende desde Gandía, el paraíso de la costa mediterránea que le vio llegar al mundo hace 43 años. ¿De vuelta a sus raíces?

Sí, mira qué vistas tengo desde aquí (señala la playa de Gandía, enorme y tranquila en estas fechas alejadas del verano). Agua turquesa y palmeritas. De aquí no me saca nadie. No cambio esto por nada.

Estoy recordando el día de su debut. Fue en el Bernabéu ante el Athletic. 6 de octubre de 2001. También lo hicieron esa tarde Pavón y Valdo. ¿Sabe qué pasó el 6 de octubre del año siguiente? Debutó Ronaldo con el Madrid.

Un día de grandes debuts, de grandes leyendas (sonríe). Y ojo, yo fui el último cambio de Zidane cuando se retiró del Real Madrid en aquel partido ante el Villarreal. Yo salí por Zizou en los últimos minutos. La mayor ovación que me han dado en mi vida en un campo de fútbol. Claro, duraban todavía los aplausos que iban para Zidane. Tengo una foto con él dándome la mano.

Raúl Bravo y Zinedine Zidane se saludan en el último partido del francés en el Bernabéu.CHEMA DIAZDIARIO AS

Del Bosque le dio la titularidad y la alternativa.

Don Vicente, como yo le llamo, nos conocía a la perfección desde que éramos unos mocosos. Yo no iba a ser titular ante el Athletic. Pero en el hotel hubo una baja de última hora y Karanka, que iba a ser lateral zurdo, pasó a central y don Vicente me dijo que salía de inicio. ¡Como para olvidarlo!

Del Bosque siempre habla bien de usted y de Aranda.

El cariño es recíproco. Vicente es un ejemplo a seguir. Como persona es un crack y como entrenador habla por él su palmarés.

Juega varios partidos y en el siguiente curso arranca con la primera plantilla, pero en el mercado de invierno se va al Leeds. Aventura Premier.

El míster me cuidaba y daba confianza, pero competir con Roberto Carlos era imposible porque era el mejor del mundo en su puesto. Tuve la oferta del Leeds y el club lo entendió. Yo ya empezaba a ir con la Selección y necesitaba jugar más para poder ir en 2004 a la Eurocopa de Portugal.

¿Funcionó?

Sí. En el verano de 2003 regresé al Madrid y con Queiroz jugué de titular casi desde el primer día. Todo el mundo sabe lo difícil que es jugar en el Real Madrid, pero esa temporada jugué unos 50 partidos entre todas las competiciones.

Se tuvo que reinventar...

Vino Queiroz en pretemporada y me preguntó si alguna vez había jugado de central, porque en ese puesto sí tenía opciones de entrar en el equipo. Nunca había jugado ahí...

¿Y qué le dijo?

Que sí. Estaba yo como para decir la verdad y dejar pasar esa oportunidad (se ríe de nuevo). Los conceptos de central los tenía claros. Lo tremendo es que jugábamos la Supercopa ante el Mallorca de Etoo, Ibagaza y compañía. Pero salió bien. Jugué de central los dos partidos y fuimos campeones. Ya no me movió del puesto.

Raúl Bravo, en la Supercopa de 2004 ante el Mallorca.JESUS AGUILERADIARIO AS

Siguió en el Madrid hasta el año 2007, con la famosa Liga del Clavo Ardiendo.

Esa fue para compensar la que perdimos con Queiroz. En febrero íbamos lanzados y todos hablaban del triplete. Parecía que nos íbamos a comer todo. Pero perdimos la final de Copa con el Zaragoza y el equipo entró en barrena. Nos eliminó de la Champions el Mónaco de Morientes y perdimos seguidos los últimos cinco partidos de Liga. Algo increíble. Una debacle, una burrada. Por eso la Liga de 2007 nos supo de lujo. En marzo nadie daba un duro por nosotros y mira…

Usted era del Madrid de los Zidanes y Pavones. Llegaron a estar 12 canteranos en plantilla. Ahora cuesta ver a alguno más allá de Carvajal, Lucas Vázquez, Fran García y, hasta el año pasado, Nacho.

Si no hay más es porque no hay. Si un canterano es bueno y tiene calidad estará ahí y tendrá la oportunidad.

¿Había antes más hambre por llegar al primer equipo?

Son ciclos. En el Barça está pasando ahora. Tarde o temprano acabarán saliendo, aunque ahora los números a nivel de canteranos son pobres en estos momentos.

LaLiga EA Sports 2024/2025

ClasificaciónPTSPGPEPP
1Barcelona24801
2Real Madrid21630
3Atlético17450
Clasificación completa
Próximos partidos
Celta - Real MadridS-19/10 21:00
Real Madrid - BarcelonaS-26/10 21:00
Valencia - Real MadridS-02/11 21:00
Calendario

*Datos actualizados a fecha 15 de octubre de 2024

Es un nómada. Se retiró con 37 años. Tras el Madrid pasó por Soria, el Rayo, Córdoba, bastantes años en Grecia…

En Grecia estuve cuatro años en el Olympiacos, otros cuatro en el Aris, también en el Veria… Lo más curioso de Grecia es que en mi primer año en el Olympiacos, el sorteo nos emparejó en Champions contra el Madrid. Yo diciendo “Vuelvo a mi Bernabéu a jugar”. La afición muy bien conmigo. Pero en el partido de vuelta en Atenas me lesionó Sergio Ramos, sin querer. Fue fortuito. Me dio en el gemelo y se me rompió un huesecillo y todo.

Grecia tiene fama de ser un poco loco todo. Los ultras, los presidentes muy forofos…

Yo creo que son un poco prehistóricos. En las gradas mucho fuego y mucha historia, pero no puede ser que en el derbi de Atenas no puede ir al campo nadie del equipo contrario. En un mundo civilizado como el que vivimos no es normal que estemos así y que no puedas ir con tus hijos. Se vive allí como aquí hace 30 años.

Cuelga las botas y regresa a su Gandía natal.

Sí, jugué un año aquí y luego acabé en el Beniopa, un equipo de barrio aquí. Un amigo me dijo: “Para que estés en casa, vente con nosotros a jugar”. Buah. No funcionó. La cabeza y el corazón bien. Pero mis piernas me decían que no podía seguir. Notaba un latigazo en el isquio, otro día en el gemelo… Lo acepté. Se acabó.

¿No probó como técnico?

Sí, pero duró poco. Fue en el Gandía. No pude con ello. Yo estoy acostumbrado a otro tipo de fútbol, con disciplina y seriedad. Y en estas categorías regionales ya sabes. Algunos llegaban directamente de juerga al partido. Así era imposible. El respeto al compañero empieza por cuidarte y llegar en buen estado. Lo dejé.

Raúl Bravo celebra el último de los cuatro goles que marcó como jugador del Real Madrid, al Athletic en un partido de Liga disputado en febrero de 2006 en el viejo San Mamés.FELIX ORDONEZ AUSINREUTERS

El Madrid ha ganado las Champions con entrenadores del perfil de Del Bosque, Zidane o Ancelotti. Ninguno de látigo fuerte ni de dar gritos.

En el Madrid es diferente. Si tienes un entrenador que crea una armonía es fundamental. Un equipo contento es como en una familia. Todos reman para el mismo lado, no hay malas caras, todo fluye mucho mejor. Vicente o Ancelotti no son de vara dura, pero llevan la gestión del vestuario perfectamente. Todo el mundo está alegre. Vas allí a entrenar y es una gozada. Hay armonía y se nota en el campo. A veces si se es demasiado estricto y los resultados no van bien, el jugador acaba muy quemado.

Hábleme de usted. Ha dejado de un lado el fútbol y en Gandía vive feliz con su familia y con una ocupación profesional que a muchos sorprenderá. No es habitual en un futbolista de elite cuando cuelga las botas. ¿Qué hace ahora?

Soy decorador de interiores. Arreglo y decoro casas.

Veo que en Instagram se llama ‘Homemodespain’.

Antes era interior y ahora soy interiorista (se parte de risa).

¿Cómo le dio por ahí?

Cuando colgué las botas me dije: “¿Y qué hago ahora?”. Cuando dejas el fútbol, el primer año es muy complicado. No sabes ni donde estás. Una sensación muy fea. Nos pasa a todos los jugadores. A mí me gustaba la decoración de las casas, pensarlas y diseñarlas. Pero cuando llegaba un cliente me preguntaba que donde lo había estudiado y qué preparación tenía. Yo les decía: “En ningún lado”. Era complicado.

¿Y cómo lo hizo?

Con el dinerillo que había ahorrado compré varias casas y las decoré a mi manera, con mis ideas y mi inspiración. Yo las reformaba y luego hacía mi catálogo y lo subía a mi Instagram. Debe de ser que a la gente les gustaba porque empecé a venderlas. Tengo trabajos guays. Es mi tarjeta de presentación como decorador e interiorista. Y las casas funcionan, amigo. Hay luz, agua caliente… (sonríe). Y hasta hoy.

Se le ve bien.

Soy un privilegiado. Soy muy feliz con lo que hago. Me levanto a las cinco y media de la mañana. A las seis y media estoy en el gimnasio hasta las siete y media. Vuelvo a casa y llevo a los niños al colegio. Y a las nueve y cuarto ya estoy con mi rutina con mis colaboradores por si estamos con tema de escombros o de tabiques en algún proyecto nuevo. O alguna cocina que haya venido nueva. No es un trabajo para mí. Disfruto y me lo paso pipa. Encima, en Gandía tienes tranquilidad, una playa espectacular que recorres de punta a punta en ocho minutos, luego puedes tomar tu cañita con los amigos. Qué más puedo pedir.

Da gusto verle así después del drama que vivió al estar involucrado en el ‘Caso Oikos’ de las apuestas fraudulentas en el fútbol. Incluso estuvo una noche en la cárcel de Zuera. Su imagen, como la de Aranda o Borja Fernández quedó muy tocada… Ahora la Justicia ha archivado el caso.

Yo en ese momento aborrecí el fútbol, porque sales como apestado. Terminé muy escaldado. Pero al que entienda un poco de fútbol me gustaría decirle que cómo pueden creer que tú puedes comprar a un equipo para que se dé un resultado. Si quiero comprar al Villarreal o un equipo de Primera, con los sueldos que tienen, tendría que gastar cinco o seis millones de euros. Es absurdo. ¿Cómo vas a comprar a un jugador de Primera ofreciéndole 2.000 o 3.000 euros? Es surrealista. No tiene sentido. Se montaron con nosotros un circo, una película de Netflix.

Hubo mucho ruido.

Durante tres meses sólo se hablaba de nosotros. Mira, coincidió con el fichaje de Hazard por el Madrid y se hablaba más de nosotros. Todo el día en la tele. Y ahora nos vienen con que tema zanjado porque no hay pruebas. ¿Pero cómo va a haber pruebas de algo así? Esa gente no va a pagar ahora una indemnización por el daño que nos han hecho. Ellos están tan tranquilitos. Pasan página y el daño que hemos sufrido te lo comes tú. Nos dieron cera por todos lados. Es muy injusto. Sabíamos que tendría un final feliz porque éramos inocentes. Pero ya está…

¿Lo podrá olvidar?

Mira, ya me has visto aquí en Gandía. Aunque llegué a aborrecer el fútbol, ahora soy feliz de verdad. Vivo tranquilo. Cuando me apetece me bajo a Madrid al teatro, a jugar con los Veteranos, a ver a mi Madrid, a pasear por la Gran Vía… Y me vuelvo cuando quiero y a seguir siendo feliz con mi playa.

Raúl Bravo, en el Corazón Classic Match que el pasado mes de marzo enfrentó al Real Madrid con el Oporto.

Al final usted fue un canterano de éxito en el Madrid en la famosa época de los Zidanes y Pavones, ganando una Champions y dos Ligas. Es un buen legado para un interior… e interiorista.

Se agradece. Antes no os quería ni ver a los periodistas, Tenía mucho carácter y no me fiaba de vosotros.

En esa época los periodistas viajábamos con vosotros y es verdad que se te veía distante.

Siempre he respetado la crítica futbolística. Un jugador falla en un gol, se dice y ya está. Pero cuando se entra en descalificaciones personales se hace daño. Eso no me gusta. Somos personas además de futbolistas. Esas críticas exageradas me sacaban de quicio.

Ahora disfruta con los Veteranos del Real Madrid.

Disfruto con ellos. Jugamos el 17 de noviembre ante las Leyendas del Ajax y el 28-N frente al Barça en Doha.

Raúl, que siga usted feliz.

En Gandía es fácil, juego con ventaja, amigo...

Lo más visto

Más noticias