Las Palmas retoma su patrón oro

Durante casi un año la Unión deportiva se dedicó a sellar en casa durante la primera parte su portería. Daba igual estilo de rival o momento de forma. Ese hábito doméstico lo fue extendiendo también a sus visitas fuera de la isla. De hecho. fue una de las virtudes sobre la que García Pimienta fundó un equipo que ascendió directamente y que ayer domingo se mantenía en Primera División.

No obstante, durante los últimos tres meses de competición, desde la victoria del 10 de febrero ante el Valencia hasta este pasado 19 de mayo, los insulares solo fueron capaces de llegar con la portería a cero al descanso en Montjuic cuando le tocó acantonar los nueve jugadores de campo en la frontal tras la expulsión de Valles ante el F.C. Barcelona. Cosas que tiene el fútbol.

Y volvió. En el Nuevo Mirandilla lo logró. Justo cuando más lo necesitaba. Y es que para la Unión Deportiva alcanzar los vestuarios imbatida le acercaba mucho a las sensaciones de aquel equipo que hasta febrero era de los mejores de Europa en los 45 primeros minutos, y esta capacidad le aproximaba muchísimo a sumar al menos un punto al final de los encuentros, o cuando menos estar a una jugada al final del partido aislado de conseguirlo. Y que que esto ocurriera en Cádiz era uno de los mejores indicadores de que las cosas estaban funcionando.

Aunque todo estuvo cerca de no ocurrir, cerca de la media hora, como ha sido costumbre últimamente, los rivales de los amarillo, los cadistas en el día de ayer, llegaron a anotar un gol. Ni Chris Ramos, ni Sobrino lo lograron a la primera y a la segunda, tras intentar rematar un centro de Zaldua, pero Javi Hernández atento al segundo palo empujó a la red la pelota que se había quedado paseando por la línea de gol. García Pimienta y toda la afición canaria se retorcían en sus asientos. Pero esta vez hubo llamada del VAR: Zaldua, quien puso el centro a la espalda de Sergio Cardona, arrancó en fuera de juego. Respiro hondo de los canarios. La portería llegaría a cero a vestuarios.

Volvió a salir cara, los centímetros que faltaron en tantos goles encajados semanas atrás, en Cádiz, cuando más lo necesitaban aparecieron. Pero para regresar a ese patrón oro de la defensa que certificara una permanencia por empate a cero, mismo resultado que sirvió el año pasado para ascender, era imprescindible el minuto de oro de Valles. Y si ante el Alavés quedará en el recuerdo el mano a mano con Villalibre ante el Cádiz dejó su reacción de superviviente en el alféizar del partido tras un disparo de Alcaraz que paró pero no blocó, aunque fue capaz de agarrar por centímetros antes de que Juanmi la metiera en la portería.

Soto Grado pitaba final y Las Palmas volvía a dejar una portería a cero por primera vez en cien días, desde que lo lograra el lejano 10 de febrero, última vez que ganó un partido de liga. Curiosamente la única imbatibilidad que aseguraba, hasta esta jornada, por sí misma la permanencia.

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