La sombra de Marcelino

Marcelino García Toral vuelve a Mestalla. No es la primera vez que lo hace desde que dejó el Valencia. Ya lo hizo con el Athletic de Bilbao por partida doble: en Liga y Copa. Aún así, su sombra sigue siendo alargada. El nombre de Marcelino recuerda a los mejores años de la era Lim y también a su decisión menos lógica, más contra natura del fútbol: su destitución y posterior descomposición de un equipo al que el asturiano hizo campeón. De aquellos lodos, estos barros en los que habita el Valencia en los últimos años y de los que trata de sacarle Rubén Baraja, un entrenador que valora cada uno de los 23 puntos que suman porque bien sabe él lo que le cuesta sacarlos (sigue el partido en directo en AS.com).

El mérito de Baraja, entre otros muchos, está en llegar a la última jornada de la primera vuelta con 4 puntos más que el Villarreal, un equipo que tiene mimbres para otros cometidos. Ahí obviamente también hay demérito amarillo. De hecho si Marcelino está hoy en Vila-real es precisamente por eso, porque en el camino que recorrió el Submarino con Setién y Pacheta perdió el periscopio y los tripulantes se dejaron llevar. Ahora con Marcelino le siguen pasando cosas impropias de un equipo con el sello del asturiano, como que le hagan tres goles en un visto y no visto como le hiciera la Real Sociedad o que acabe pidiendo la hora contra el Celta tras ponerse 3-0 al poco de empezar la segunda mitad.

Pero el Villarreal desde la llegada de Marcelino ha sacado 7 de 15 puntos, guarismos que le han dado aire. Además, Roig le va a abrir a Marcelino la ventana de enero. De hecho, recién estrenado el mercado, el asturiano ya tiene a Eric Bailly a su lado, confirmando implícitamente su incorporación que la línea defensiva es su talón de Aquiles (35 goles encajados, solo le superan Granada y Almería).

Los problemas de Marcelino

Marcelino tiene hoy serios problemas para confeccionar una defensa. Al 100% y disponible solo tiene a Cuenca. Albiol está entre algodones, Mandi en la Copa África, Bailly esperando el tránsfer y Gabbia más cerca de Milán que de Mestalla. El italiano entrenó ayer con la plantilla amarilla, aunque no se descarta que hoy mismo se anuncie su regreso a Milán. Así que Marcelino depende del estado de forma de Albiol o de un canterano. Y todo ello con siete bajas confirmadas: Denis Suárez, Pino, Foyth, Pedraza, Sorloth, Comesaña y Baena.

Baraja tiene que exprimir lo que tiene

Marcelino, como inquilino del banquillo visitante, se las ha visto peor que mejor en sus 9 visitas a Mestalla. Ahí están sus cinco derrotas, aunque la última vez que el Villarreal conquistó Valencia fue con él de entrenador. Pero a Baraja los precedentes le interesan poco. Él lo que espera es que Guerra y Hugo Duro no arrastren secuelas de la gripe que han pasado y que la vuelta de Gayà le de la profundidad de siempre. Baraja, a sabiendas de que Lim no está por la labor de abrir ninguna ventana, tiene que exprimir lo que tiene, que son solo 16 futbolistas de campo hasta que Diakhaby y Amallah vuelvan de la Copa África y Almeida de señales de vida.

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