La psicosis defensiva del Espanyol

“Si te meten tres goles, ya puede haber afición, que no vamos”, dijo Sergi Darder nada más acabar el encuentro. “Para una que fallo... La veo demasiado clara, ni yo daba crédito que la podía fallar. Hay que corregir otro tipo de errores, no podemos conceder tanto en casa”, aclaró Joselu Mato en la zona mixta del RCDE Stadium tras perder 1-3 ante el Celta. “El tema de los goles en contra es un gran problema”, añadió además Diego Martínez. Tres voces, los portavoces con más autoridad del primer equipo (etrenador, capitán y pichichi), señalando los errores defensivos como el gran problema del Espanyol. Los datos le dan la razón.

Con 42 goles en 26 encuentros, el Espanyol es el tercer conjunto de LaLiga que más ha recibido (Elche 52 y Almería 45) y promedia más de 1,6 por encuentro, más cerca pues de los dos tantos por jornada que del uno, que es lo habitual en las temporadas medias del equipo perico. La secuencia del primer gol ante el Celta es un ejemplo del desaguisado defensivo perico. Sergi Gómez salta tarde a Iago Aspas, que juega con un Fran Beltrán que le gana el duelo a un blando Denis Suárez, quien decide no hacer falta; Vinicius da Souza se desplaza a la zona de balón y deja el medio descubierto, por lo que Gabri Veiga se queda sin un marcador. Óscar Gil facilita toda la acción al hundirse con Seferovic, que estaba ya en fuera de juego, y deja el espacio para que el talento gallego pueda perfilarse y definir. El 0-1 modificó el tipo de partido entre dos equipos que rentabilizan mejor que nadie marcar el primer tanto.

El equipo perico ha mostrado esta debilidad a lo largo del curso. No solo los blanquiazules son frágiles a balón parado, sino que por los costados los rivales encuentran desequilibrio y le ha faltado contundencia en el área, como ante el Celta. En el primer tramo del curso, y hasta la llegada de Fernando Pacheco, se achacaba este tipo de contratiempos a los errores individuales, especialmente en una portería defendida por Benjamin Lecomte y Álvaro Fernández. “No podemos regalar más. La única manera es seguir mejorando. Son situaciones anómalas en forma de gol. Pero sí, es un día de mucha frustración de todos los pericos”, comentó Diego Martínez después del error garrafal de Álvaro ante el Valencia que le costó la victoria al equipo perico en octubre (2-2).

Ahora, Fernando Pacheco acumula nueve goles en cinco encuentros, una media de 1,8, superior incluso a las del francés (1,4) y el riojano (1,6). Aunque el portero extremeño no ha tenido errores de bulto (en el 1-0 en Valladolid sí quedó más expuesto), el equipo perico ha seguido recibiendo goles, especialmente en los tres últimos encuentros en los que ha recibido ocho.

Tampoco la llegada de César Montes ha mejorado los guarismos defensivo pese a la notable adaptación del mexicano y su solvencia unánime en defensa. Antes de su llegada, el equipo blanquiazul recibía una media de 1,65 goles por encuentro (29 en 18 encuentros), y en los ocho encuentros completos en los que ha jugado el mexicano el ratio de goles es el mismo, con 13 tantos encajados. La psicosis defensiva del Espanyol le ha ido acompañando a lo largo de la temporada, independientemente de los nombres, por lo que a falta de 12 jornadas se ha mostrado endémica: solo cuatro porterías en todo el curso.

La situación no es nueva para Diego Martínez. En sus dos años en Primera con el Granada, el conjunto nazarí completó una temporada notable en cuanto a goles recibidos, con 45, pero la otra campaña con 65 en contra fueron el equipo más goleado de la categoría, lo que no impidió que el equipo andaluz fuera noveno. En toda su carrera como entrenador profesional, los equipos de Diego Martínez han recibido 270 goles en 226 encuentros entre Primera y Segunda, una media de 1,2, especialmente labrada en dos temporadas en la Liga SmartBank con Osasuna y Granada donde sus equipos fueron los menos goleados. En Primera, en cambio, la media asciende a 1,5 tantos.