SEVILLA

La maldición de los fichajes estrella

Con su rescisión de contrato, Isco se une a nombres como Fernando Llorente o Martial en la lista de fracasos en el historial de Monchi en la dirección deportiva del Sevilla.

La rescisión del contrato de Isco generó un terremoto en el Sevilla. Tanto por la sorpresa, a pesar de que ya había señales claras del deterioro de la relación entre las partes durante la disputa del Mundial, como por la reiteración de una triste tradición en Nervión. Porque el malagueño se convierte en el enésimo ejemplo de fichaje de renombre que se estrella cuando aterriza en el Sánchez Pizjuán.

Isco fue el fichaje estrella de la temporada y fue presentado por todo lo alto. Cuatro meses y medio después, ya es historia, nefasta, del Sevilla. Y no hace falta remontarse demasiado en el tiempo para encontrar ejemplos similares, puesto que hace menos de un año era Martial quien aterrizaba cedido procedente del Manchester United para intentar el asalto al título de Liga, algo que ni por asomo se produjo por su decepcionante rendimiento. Estuvo la segunda parte de la temporada en el Sevilla, mientras que su antecesor en la lista de fiascos lo hizo en la primera. Fue en la temporada 19-20, cuando Chicharito Hernández llegaba en el tramo final del mercado veraniego para “soñar con hacer cosas chingonas” a las órdenes de Lopetegui. En enero hizo las maletas.

Dicen los sevillistas, con una mezcla de guasa y resignación, que todo futbolista que es presentado en el estadio abriendo las puertas a una afición que los vitorea sólo por verlos con la camiseta de su equipo, está condenado al fracaso. Y no les falta razón, porque es lo que pasó con Isco y es lo que pasó con otra de las mayores decepciones de los últimos tiempos: Fernando Llorente. Su rendimiento nunca estuvo a la altura de la ilusión que su llegada generó, aunque en su defensa se puede argumentar que al menos completó la temporada 2015-16 entera y que se marchó con un título de la Europa League en su palmarés.

Otra frase que se reitera desde hace mucho tiempo es que Monchi ficha mejor sin dinero que con la cartera llena. Aunque quizás lo más acertado fuera decir que el director deportivo tiene un índice de acierto mucho más elevado a la hora de incorporar nombres que son desconocidos para el público en general que con estrellas. Porque desde sus comienzos en el cargo hace más de 20 años, las incorporaciones rimbombantes nunca han funcionado. La lista comenzó con Darío Silva, arrebatado en 2003 al Málaga, con quien entonces había una intensa rivalidad. Y al uruguayo y a los mencionados Isco, Martial, Chicharito o Llorente, se le suman nombres del calibre de Saviola, Arouna Koné, Chevantón, Marko Marin, Deulofeu, Iago Aspas o Konoplyanka. Todo un elenco de estrellas estrelladas.

La excepción de dicha regla es Álvaro Negredo, que vivió con la camiseta del Sevilla los mejores años de su carrera deportiva y que se fue dejando una pila de millones en las arcas. Y, quizás, también se puede destacar la primera mitad de la única temporada en la que Nasri estuvo en Nervión. El francés, precisamente a las órdenes de Sampaoli, dio un rendimiento espectacular hasta que a la vuelta de las vacaciones navideñas todo se vino abajo. Ahora el Sevilla prepara una revolución en el mercado invernal. Y la norma debería ser no fichar a ninguna estrella para que no se repita el guion.

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