La escalada de Diego Martínez

“Ganar cuando hay que ganar es lo más difícil”, reflexionaba Diego Martínez en la trastienda del agónico triunfo ante el Elche (0-1), que precedió al de la última jornada frente al Mallorca (2-1). Seis puntos consecutivos que, efectivamente, necesitaba el Espanyol para salir del pozo, para tomar aire, acaso para consolidar esa conexión con la grada que esta temporada, a pesar de los aprietos, está resultando singular. Está ganando cuando hay que ganar últimamente el conjunto perico, que por ese motivo alcanza guarismos que se antojaban poco menos que inalcanzables no hace tanto.

Porque, con arreones como el actual, como las dos victorias también seguidas frente a Getafe (1-2) y Betis (1-0) y con los 15 puntos cosechados desde el retorno de la competición tras la Copa del Mundo, ha conseguido el Espanyol de Diego Martínez sumar 27 puntos después de 23 jornadas, que son exactamente los mismos que acumulaba la pasada temporada el equipo de Vicente Moreno. Venía entonces de una tendencia opuesta, con una primera vuelta notabilísima y solo un punto (tres derrotas, un empate y ningún triunfo) en lo que se llevaba jugado de la segunda vuelta. Y acabó, a trancas y barrancas, con cambio de entrenador incluso de Moreno a Luis Blanco, con 42 puntos y holgadamente salvado.

Esa última es la diferencia principal entre estas dos últimas campañas, puesto que con los 27 puntos de hace un año quedaba el descenso a nueve de distancia, se situaba en los 18, mientras que ahora se fija en 23 puntos, a solo cuatro, por lo que se intuye una permanencia bastante más cara y costosa. Aunque otra perspectiva es posible, sobre todo teniendo en cuenta el otro precedente cercano en el tiempo que merodea ya el conjunto de Diego Martínez.

Se trata del Espanyol de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, es decir, el de la temporada 2018-19, que terminó con una séptima plaza en la clasificación y el consiguiente acceso a la Europa League. A estas alturas, después de 23 jornadas, sumaban los pericos un punto más que en la actualidad, 28, y acababan de romper con un triunfo ante el Rayo Vallecano (2-1) una nefasta racha de cuatro puntos sobre 33. Lo siguiente serían otros 25 puntos hasta final de temporada, 53 en total, con solo dos derrotas en las 15 jornadas restantes.

Pero si en algo difiere el Espanyol de Diego Martínez de las escuadras de Vicente Moreno y de Rubi está siendo el reparto de puntos. Ni el RCDE Stadium es ya un fortín como en esas dos anteriores experiencias, en las que alrededor del 75% de los puntos se conseguían en casa, ni a domicilio están negados los blanquiazules. Ahora el reparto es de 13 puntos como locales y 14 fuera.

Lo que sí ha conseguido con su triunfo ante el Mallorca el actual Espanyol, atendiendo a precedentes inmediatos, es superar el umbral de los 25 cosechados durante toda la Liga 2019-20, la que supuso el descenso a Segunda División, y que a estas alturas situaba al equipo –entonces dirigido por Abelardo Fernández– ya colista con 18 puntos, los mismos que Mallorca y Leganés, que se acabarían escapando, aunque bajando igualmente.

Permiten las dos victorias consecutivas del Espanyol no solo mejorar esos guarismos de la primera vuelta, sobre todo del primer tramo liguero previo al Mundial, sino establecer una proyección mucho más asumible. En condiciones normales, y situando la garantía de la permanencia en unos 42 puntos, bastaría de ahora en adelante con sumar un tercio de los puntos en juego, 15 sobre 45, para alcanzarla. Un buen paso de gigante pasaría por enlazar, por primera vez esta temporada, el tercer triunfo. Será en Valladolid, el próximo domingo.

La comparativa Diego-Moreno-Rubi