La cuesta de Pubill

El sábado 30 de agosto, en un momento de la retransmisión del Alavés-Atlético se vio a Marc Pubill (22 años) colocando con mimo su camiseta en el respaldo de su asiento en el banquillo de Mendizorroza. En aquel momento que tampoco. Que Simeone ya había planeado sus cinco cambios y entre ellos no estaba su nombre. El parón ha llegado con su cuenta de minutos a cero en el Atlético. El único fichaje. Bueno, con Nico González ya son dos pero el último llegó hace una semana, el último día de mercado, cuando los partidos del Atlético antes del parón se habían terminado, y el otro lleva casi dos meses, desde que el 22 de julio le firmara hasta 2030 después de que Areso, primera opción, terminara en el Athletic.

Hancko es el futbolista de los nuevos que más minutos ha tenido con Simeone, con 252, al borde de los 270 que son el tope (cumplidos solo por tres rojiblancos, Oblak, Le Normand y Llorente), seguido por Almada (209), Cardoso (185), Ruggeri (183), Baena (68) y Raspadori (46). Y Pubill aún en el principio de la cuesta. Este parón ha sido como una mili para él. Simeone sin diez internacionales y con clases particulares con los que se han quedado en el Cerro. Con el maratón de partidos que viene, un resquicio se abre. Los descansos en la defensa son su oportunidad.

Y no en el lateral derecho, donde el titular es Llorente y siempre Llorente y el segundo es Nahuel, sino como central, un lugar que no es su natural, como le ocurre al propio Llorente en el carril diestro, y donde Simeone ha visto casi desde el primer día: como central. Así le ha probado desde Los Ángeles de San Rafael, en los entrenamientos. Una posición en la que el técnico argentino tiene la sempiterna baja de Giménez (desde el 19 de junio), un titular indiscutible (Le Normand) y otro que en el último partido ocupó el carril izquierdo (Hancko) para dejarle sitio a Lenglet. El maratón de partidos de septiembre puede allanar la cuesta con la que el futbolista nacido en Tarrasa en 2003 ha comenzado en el Atleti. No sería la primera vez. Su 1,90 metros de altura es su arma.

La cuesta del Almería

Porque Pubill, campeón olímpico gracias a aquellos goles inolvidables de Sergio Camello en los de París 2024, había comenzado con la adaptación en el Almería (había llegado desde el Levante en el verano de 2023) y una grave lesión de rodilla (esguince en el ligamento lateral interno de la izquierda) que le obligó a escalar otra alta cuesta nada más comenzar. 90 días de baja para jugar 23 y ganarse el sitio, en el equipo andaluz y en la lista de Denia para aquellos JJ OO. Regresó un 4 de enero para ya no soltar la titularidad. Su 1,90 es una de sus armas, además de su capacidad para el centro y regate. Una altura que, como anécdota, despuntó tras abandonar la ciudad deportiva de Dani Jarque, porque era “bajito” y el Espanyol le dejó marchar... Justo cuando dio el estirón que le hizo brillar en el Gimnàstic de Manresa y le valió su pase al Levante por cinco millones. Un camino, el de la dificultad hacia el triunfo, ya recorrido aunque sea en otra ciudad, con otro entrenador, por otra camiseta.

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