REAL MADRID - VILLARREAL

Kroos vuelve al Bernabéu

Toni estará esta noche, en un palco, viendo el partido. “Es un halago, pero mi marcha es inamovible”, esboza. Lleva 125 días sin pisar la que fue su casa.

Madrid
EDUARDO CANDEL REVIEJODiarioAS

Se fue el 2 de junio. Sólo 12 días después de anunciarlo. El Real Madrid ya era campeón de Liga y le quedaban dos partidos: Betis, en casa y Dortmund, en Wembley. Era un martes como cualquier otro, de esos días que no son lunes, pero casi lo parecen. Aburridos. Corrientes. Y entre tanta calma, explotó la bomba. Kroos anunció en sus redes que, a final de temporada, lo dejaría. Tras la Eurocopa. “Si se retira... tendrá huevos, carácter”, había dicho Ancelotti en febrero. Y tanto que si los tuvo. Auf Wiedersehen, en lo más alto. Inventando una expresión: ‘dejarlo a lo Kroos’.

Toni se despidió del Bernabéu el 25 de mayo entre lágrimas. Las suyas, las de sus hijos (estuve fuerte... hasta que los vi a ellos; eso me mató) y las de su gente. Demostrando, por si alguien lo dudaba, que las leyendas también lloran. Su último servicio entre Concha Espina y Rafael Salgado fue un córner, con el brazalete de capitán en el brazo y la mirada tan fría, que pareciera un partido más. En el fondo, ya lo dijo Ancelotti: “¡Es un alemán!”. Su centro desde la esquina no encontró remate... y Kroos se marchó.

Kroos abraza a su hijo tras ser sustituido, la noche ante el Betis, su última en el Bernabéu.Angel MartinezGetty Images

Aquel abrazo; aquellas lágrimas

Atravesando un pasillo de compañeros, bajo un gigantesco manto de cariño y tras abrazarse con Modric, su hermano futbolístico. Cuántas noches, cuánto fútbol. Casemiro, en su casa de Mánchester, esbozó esa media sonrisa que produce recordar momentos en los que fuiste muy feliz. Al lado de dos genios. De dos amigos. Uno, se estaba yendo. Al llegar al banquillo y ver a sus pequeños, Toni lloró. Sólo hay una cosa más improbable que ver a un alemán romperse: ver a Kroos fallar un pase. Lo primero sucedió; lo segundo, quedará como una leyenda urbana. Una semana después, al cielo la Decimoquinta. Su último trofeo, el 23º. Y el día siguiente, en la fiesta, dijo adiós. O hasta pronto.

Kroos y Modric se abrazan, durante el cambio del alemán en su último partido en el Bernabéu.JAVIER SORIANOAFP

Estará en un palco

Porque hoy vuelve a la que fue su casa (125 días después de agarrar el micrófono en la celebración de la Champions). Estará en un palco. La duda es si con su regreso, volverá también el Madrid, huérfano de una identidad desde aquel 2 de junio. Un equipo que daría la vida por tenerlo de vuelta. Hay quienes imploran su regreso, pero ni lo contempla. Cero opciones. “Mi marcha es inamovible; hay que aceptarlo. No tiene sentido pasarse los días diciendo... ¡Se ha ido! No hace ningún bien a nadie. La vida sigue, como siempre ha seguido”, dice en el podcast de Félix, su hermano, Einfach mal Luppen.

“Sigo viendo los partidos como parte del equipo”

“Es un halago haber sido importante, pero hay que adaptarse. Se fueron Cristiano, Ramos... y el Madrid continuó. Sólo tienen que encontrar una manera de jugar. Y lo harán. Volverán a ganar. Todos los jugadores son muy buenos en sus características y hallarán el camino. Sólo espero que suceda lo antes posible”, añade. Y culmina: “Sigo viendo los partidos como parte del equipo, no puedo evitarlo. Aún se me hace extraño, pero no siento esa necesidad de jugar. La sensación es extraña, pero soy feliz”.

Kroos se despide del Bernabéu, tras su último partido allí.JAVIER SORIANOAFP

Toni, de Antonio

Kroos es feliz y ni se plantea volver. Disfruta jugando con niños en diversos campus y profundiza en el equipo de fútbol que va a liderar en Madrid (en colaboración con la Federación Madrileña y el Club Encinas de Boadilla). Porque vive en Madrid, ha decidido asentarse en la capital de España. Le encanta el clima, está hecho a su domicilio y entiende que sus hijos están creciendo en este país. Sus amigos son de aquí. La familia, una vez colgadas las botas, ha decidido quedarse.

Lo que faltaba era volver al Bernabéu. A ese estadio donde un 25 de mayo puso un centro por última vez. El que le aplaudió entre lágrimas y despidió sin decir adiós. Aquella noche nadie lo dijo. La sensación era de hasta pronto, de hasta siempre. Hoy, 125 días después de despedirse, Kroos vuelve al Bernabéu. Estará en un palco. Viendo a su equipo, a sus amigos. Animando como un madridista más, junto a su gente. La duda es si emitirán su imagen en el videomarcador. El estadio, ese que puso en pie durante diez temporadas, puede caerse. Antonio, hoy, estará en casa.

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