Koke, el incombustible

Que Koke es fundamental para el Atleti ya se sabe. Cada año uno de los hombres más utilizados por el Cholo, esta temporada 23-24, el cuarto de campo con más minutos (3.445) por detrás de Witsel, Griezmann y Hermoso, con una cadencia que recuerda a las estaciones del año, a la primavera le sigue el verano y al verano el otoño, Koke siempre está ahí. Basta mirar qué ocurre cuando falta, el termómetro más fiable de lo que supone, Simeone pierde su brújula, su timón, el hombre que todo lo ordena. Y así han pasado 15 años (debutó con el primer equipo en 2009) y 633 partidos, ya lejos ese récord de 553 de Adelardo que durante cincuenta años parecía inalcanzable. Esta temporada suma una muesca más a su camiseta: lleva 45 partidos jugados de manera consecutiva, todos los del Atleti desde que regresara de una lesión muscular en septiembre.

Venerado por sus compañeros, tipos de esos necesarios en un vestuario, por su calidad humana, es capitán desde hace cinco temporadas, desde que Godín se fuera en 2019, cediéndole el brazalete, su condición es el sacrificio. Por los demás y el escudo que lleva al pecho. “Si pensara más en mí quizá rendiría más pero no sería Koke”, reconocía hace dos años a AS en una entrevista y quizá no haya frase que mejor le defina. La de un mosquetero. Todos para una y una para todos. Él siempre el primero. En el esfuerzo y el correr por los demás para beneficio del equipo. En su rol 23-24 se palpa: sin un pivote de físico, él ha asumido ese rol, el de ser el ancla necesario para el equipo del Cholo.

Se fue Kondogbia, no llegó Hojbjerg, pero la solución a todos los problemas del Cholo siempre es su capitán, también está vez, y todas las que vengan, que la temporada que viene, su última, de momento, tras renovar una más el pasado marzo, igualará las seis de Gabi, el Capi, su Capi, en el Atleti, el segundo con más después de Collar (diez). Palabras mayores. Y con números como los que ha completado esta temporada. Nueve meses seguidos jugando, 45 partidos. Cincuenta lleva el Atleti entre todas las competiciones y él solo se perdió cuatro, tres de Liga (Betis, Rayo, Valencia) y uno de Champions (Lazio), por una lesión muscular en los primeros minutos del primero, ante el Granada. Sin descanso, siempre fundamental. Es curioso un dato: lleva apercibido de sanción en Liga desde el 10 de diciembre, ante el Almería en el Metropolitano, es decir 19 partidos, más de una vuelta.

Como una obra eterna de Chillida

Witsel, el jugador de campo con más minutos de la temporada, ha llegado a descansar, un partido como suplente, ante el Alavés. Griezmann, el segundo, ha estado lesionado tres semanas, de Inter a Inter fue baja y en el último partido, ante el Mallorca, también, por ciclo de amarillas. Hermoso, otro tanto, lesiones, suplencias, idas y venidas, mientras Koke siempre estaba, como el Peine de Viento de Chillida en la bahía de San Sebastián, para contar la grandiosidad del mar y el viento y de hierro porque no podría ser de otro material: simboliza la resistencia, la eternidad. Eso es Koke Resurrección. Infatigable.

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