REAL MADRID-VILLARREAL

Kiko Femenia tiene una cuenta pendiente con el Madrid

El equipo blanco despidió al alicantino hace una década, le dejó sin equipo y tocó fondo con solo 22 años

Hace justo una década, Kiko Femenia (Sanet y Negrals, 1991) estaba en el paro. Con apenas 22 años, el alicantino veía que el fútbol le golpeaba de la forma más dolorosa tras un inicio prometedor, coronado con su debut en Primera con el Hércules. Después de debutar con el club alicantino, el Barça llamó a su puerta y le fichó por 2 millones de euros. Tras un paso irregular por el filial culé, el Real Madrid le repescó para el Castilla. Kiko, madridista de niño como toda su familia, no dudó. Aceptó el reto y puso rumbo a Valdebebas. Lo que no sabía Kiko es que allí iba a vivir el peor momento de su carrera deportiva.

Tras una mala temporada en la que disputó solo cinco partidos con el Castilla, Kiko confiaba en revertir su situación en su segunda campaña de blanco. Pero en el momento menos inesperado, el Real Madrid le despidió. Una vez cerrado el plazo de fichajes de verano, al día siguiente, Kiko se llevó un mazazo de los gordos. La carta de despido le destrozó. En ese momento, el alicantino estaba a solo un paso de entrar en esa lista negra de jugadores a los que el Madrid y el Barcelona les engulle. Con solo 22 años, Kiko se quedó sin equipo y sin opción de jugar hasta enero. El defensa tardó unas semanas en asimilar su situación. De hecho, llegó a entrenarse durante unos días con el Hércules, que militaba entonces en Segunda B, para no perder la forma. Pero ahí apareció José Bordalás, su ángel de la guarda. El técnico alicantino le repescó para el Alcorcón y Kiko, a partir de ese mes de enero, relanzó su carrera en el Alavés, Watford y Villarreal.

Por eso, Kiko llega esta noche al Bernabéu con una cuenta pendiente con el Real Madrid. “No se portaron a la altura de su escudo”, recuerda el entorno del jugador sobre lo que le ocurrió hace una década. Pero Femenia vuelve a Madrid con ánimo de enterrar de una vez aquello que le ocurrió con el Castilla. Encima, lo hace en su mejor momento desde que es jugador del Villarreal. El alicantino tocó fondo con el Submarino el año pasado en la Copa, donde falló un penalti en la tanda decisiva ante Unionistas. Lejos de lastrarle, Marcelino le dio otra oportunidad y Kiko se subió de nuevo al barco. Meses después de aquello, el lateral es fijo en el Villarreal. Es el único jugador de campo de la plantilla amarilla que lo ha disputado todo hasta ahora (720 minutos). Marcelino no le ha dado ni un día de descanso y su Villarreal, en estos momentos, está compuesto por Kiko y diez más. Esa confianza le han llevado a Kiko a pensar que esta noche puede zanjar una triste historia que le mermó durante años, pero le fortaleció en el futuro.

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