Ensayo final y llanto por Kroos

Todas las ligas, como muchos guiones cinematográficos, tienen dos finales posibles: el partido del siglo o el partido homenaje. Este es de los segundos. A un Betis con once bajas le servirá para despedir a algunos de los que se marchan (Bravo, Sokratis, Abner, quién sabe si Fekir, Marc Roca o Miranda) y compensar a suplentes profundos, y al Madrid, para agradecerle a Kroos los diez años de excelente servicio y como ensayo general de la final de Wembley, sin que sean comparables presión, rival, motivación propia y ajena, temperatura ambiente y, sobre todo, recompensa. Hace dos años la Liga tuvo el mismo epílogo, un intrascendente Madrid-Betis en vísperas de la final de la Champions ante el Liverpool. La cosa acabó en empate a cero, número que define bien la utilidad del partido (sigue el encuentro de hoy en directo en As.com).

En el Madrid se espera el once de Wembley, un plan preparado por Ancelotti desde hace semanas bajo la confortable sombra de una Liga conquistada anticipadamente. El italiano cierra hoy una semana de puesta a punto física y dedicará la próxima al plano táctico. Mientras, ha ido regulando a la tropa para que el partido de Londres no le atropelle ni por exceso ni por defecto. Desde el Clásico el Madrid ha disputado siete partidos y Bellingham solo ha jugado cuatro, dos de ellos incompletos. El descanso le ha venido estupendamente: dos goles y dos asistencias.

El resto de jugadores principales ha tenido el mismo tratamiento. Vinicius no ha sido titular en ninguno de los cuatro partidos de Liga más recientes. No jugó los dos últimos y entró desde el banquillo en los dos anteriores. Rodrygo solo ha estado en 30 de los 270 minutos postreros de la Liga. Kroos no ha jugado un choque completo desde febrero. A Carvajal le ha perdonado Ancelotti las salidas a Granada y Villarreal. Rüdiger, Militao, Camavinga y Valverde han seguido un plan parecido. Si algo le ha sobrado al Madrid para preparar el duelo del próximo sábado es tiempo. Hoy estarán todos, probablemente con Nacho, cuya salida aún es entre oficiosa y presunta, y Courtois. El belga ha jugado tres partidos después de su lesión, ha hecho catorce paradas y no ha encajado un gol. A Ancelotti le vale con eso, aunque convendría precisar que los rivales han sido dos equipos descendidos (Cádiz y Granada) y el de menor presupuesto (Alavés).

Adiós al maestro

El choque ofrece también un atractivo sentimental. Kroos dirá adiós al Bernabéu (y al fútbol tras la Euro) 463 partidos, 28 goles, 98 asistencias, 33.911 pases de todas las especies, cuatro Champions y lo que surja, cuatro Ligas y quince títulos más después. Lo hace en la cresta de la ola, lo que hace más inconsolable el llanto.

El Betis, por su parte, llegó a la penúltima jornada entre tres aguas: la Europa League, la Conference y la nada. Cayó ante la Real, pero el empate del Madrid en Villarreal le aseguró el segundo premio. El equipo daba para más, pero en la recta final se le han acumulado las desdichas. Bakambu llegó en invierno, aunque tarde a cuenta de la Copa de África, sufrió después una lesión muscular que le paró mes y medio y cuando parecía cogerle el aire al equipo, volvió a romperse en el derbi sevillano. Acabó en el quirófano. Chimy Ávila, otro refuerzo de enero, ha aportado poco: solo seis partidos, una roja y una lesión en Girona que le ha dejado fuera hasta el próximo curso. Sin embargo, el percance más sentido ha sido el de Isco, que se rompió el peroné jugando contra Las Palmas. Le operaron el lunes y no volverá hasta septiembre. Era el tercer anotador del equipo (nueve tantos) y el máximo asistente (siete pases de gol). Eso se pierde el Bernabéu, un estadio en el que fue del cielo al suelo. A ello se suma que Fekir, el otro duende, no se recuperó hasta noviembre de una rotura de cruzado. Y que la venta de Canales abrió un boquete difícil de cerrar. A los estos caídos hay que añadir a Rui Silva, Pezzella, Guido, Carvalho, Ruibal y Fornals.

Viejo conocido

El partido permitirá la enésima vuelta de Pellegrini a la que fue su casa. Solo estuvo una temporada en el Madrid, la primera de la segunda era Florentino en el proyecto más galáctico de la historia (Cristiano, Kaká, Benzema y Xabi Alonso en el mismo lote). Fallaron los resultados, porque el equipo no ganó la Liga pese a sumar 96 puntos, sufrió el Alcorconazo en la Copa y cayó en octavos de la Champions ante el Lyon, pero también falló la química con Florentino Pérez. “El presidente tiene una forma de pensar sobre lo que son y deben hacer los técnicos y mis diferencias con él se produjeron a principio de temporada. Incluso ofrecí irme en ese momento. No sucedió. Pasó la campaña, pero yo sabía que estaba fuera del Madrid ganando o no un título. Me hubiese gustado quedarme un par de años más”, dijo en una ocasión.

Desde entonces, el técnico chileno se ha enfrentado 16 veces al Madrid con tres equipos diferentes y solo le ganó con el Málaga (3-2), en aquel partido de 2012 en que Mourinho sentó a Casillas para poner a Adán y abrir una herida que nunca cicatrizó. Con el Betis al chileno le ha ido estupendamente. En cada una de sus cuatro temporadas ha llevado al equipo a Europa y conquistó una Copa del Rey. Se ha ganado una tarde tranquila hoy en el Bernabéu.

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