Endrick, ni un minuto que perder

Endrick y el grupo de personas que maneja su representación, encabezado por Frederico Pena y Thiago Freitas, lo tienen claro. No hay un minuto que perder si se trata de triunfar en el Madrid. El chico ha dado muestra de sus ganas acortando sus vacaciones para hacer la pretemporada completa a las órdenes de Ancelotti. Llegó a Madrid el día 16, sólo una semana después de que Brasil cayera en la Copa América. Desde entonces se ha estado entrenando en Valdebebas solo porque no era oficialmente jugador madridista, y ha aprovechado para instalarse en su nuevo hogar. A partir de ahora sí podrá trabajar con el resto de sus compañeros, y espera ilusionado su gran día, el de la presentación oficial en el Bernabéu, que será al estilo Mbappé y que dará la vuelta al mundo.

Con Endrick llega al Madrid un jugador con un estatus diferente al que tenían Vinicius y Rodrygo cuando ellos ficharon. El del Palmeiras ha sido protagonista en los dos Brasileiraos que su equipo ha levantado en los últimos tiempos, sin haber cumplido la mayoría de edad, y es un habitual de la selección brasileña con la que acudió a la última Copa América. Pese a su juventud ya sabe lo que es marcar en escenarios como Wembley o el Bernabéu, templos del fútbol que no le intimidan.

Endrick es el chico de la sonrisa perfecta. Su historia es la de un chaval que prometió a sus padres que llegaría muy alto para sacarles de la pobreza y que lo ha conseguido sin titubeos. Por eso sabe valorar lo que tiene y también es consciente de que debe trabajar duro para mantener su estatus. La salida de Joselu le ayudará. Tendrá más protagonismo. Y Ancelotti ha tomado nota de su buena disposición.