En Mestalla, Guerra... y paz

Cuando el Valencia bajó a Segunda en 1986, en su única vez hasta la fecha, Arturo Tuzón, nombrado presidente para salir del infierno, aventuró: “El Valencia será lo que los valencianos quieran que sea”. Pues 37 años después, aunque las acciones del club ya no pertenecen a los valencianos, Javi Guerra, un chaval de Gilet, localidad del Campo de Murviedro, a 30 kilómetros de Mestalla, que en apenas dos semanas cumplirá 20 años, quiere que este Valencia siga siendo de Primera. Su gol, su zurdazo en el noventa y tantos, quizás sea recordado con el tiempo tanto como aquel de Miguel Tendillo al Real Madrid en la última jornada de 1983, un gol de cabeza que evitó el descenso. El gol de Guerra tendrá mayor mística siempre que el Valencia logre la permanencia. De momento, le ayuda a salir del descenso, al que se acerca de nuevo el Valladolid de Pezzolano.

En el epílogo de los equipos que se van a Segunda se recuerdan aquellas decisiones y acciones que propiciaron tal desenlace. Del Valencia, llegado el caso, podrán escribirse un porrón de desdichas, las principales con nombre inglés y apellido asiático. Pero la pifia de Diakhaby en el gol de Larín -el balón le pasó por debajo del pie y con él se le fue la vida a muchos en Mestalla- hubiera entrado en el Top-10 de no ser por la posterior de Masip, que indultó al francés dejándole firmar el empate.

Desde el gol de Larin , minuto 6, hasta el error de Masip, minuto 60, el Valladolid tuvo el partido donde quería y prácticamente con ello la salvación asegurada. Pezzolano, como Baraja, repitió once y sus futbolistas supieron interpretar los tiempos y los espacios hasta ese gol del empate de Diakhaby. Los pucelanos tenian a su favor la ansiedad de los blanquinegros, que desde la grada la sentía un Pezzolano que sucumbió por primera vez en la Liga.

El Valencia era un mar de nervios, un pollo muchas veces sin cabeza. Lino se armaba siempre un taco, Yunus solía elegir la opción equivocada y Cavani, ¿qué le pasa a Cavani? La salida de Hugo Duro le dio otro talante al equipo. Al menos mordía en la presión. Y entre que Mestalla está volcada por la causa (42.000 personas en día laborable a las 19:30 horas) , el error de Masip y el larguero, que se evitó el 1-2 de Fresnada, el Valencia llegó con opciones a la recta final del partido... y ahí apareció Javi Guerra.