El súper Madrid de Carlo Ancelotti, en la ruta del Oro

Llevo dos semanas encerrado delante de la televisión (la playa atestada de gente no me parece una alternativa sólida) disfrutando y sufriendo con estos Juegos Olímpicos que nos tienen a los españoles en estado de euforia desde el pasado viernes. Los gatillazos que habíamos sufrido en días precedentes nos tenían un poco plof. Pero la inolvidable gesta de la Selección de Santi Denia ante los engolados franceses en el Parque de los Príncipes, el triple salto tridimensional de Jordan Díaz (el chaval nos visitó hace año y medio en AS y me pareció un tipo excepcional) y el gran triunfo de nuestras chicas de oro de waterpolo ante las australianas me hicieron venirme arriba y listo para cambiar el chip hacia mi añorado Madrid.

Vi por primera vez en Valdebebas trabajando junta a toda la superplantilla de Carletto y me di cuenta de que el irrefrenable optimismo que palpo entre los madridistas está más que justificado. Si las lesiones respetan a nuestros centrales deluxe (Rüdiger y Militao) estoy convencido de que el sueño del Septete no es una quimera estadística. Hay motivos para creer en el crecimiento de un grupo colosal que ya la temporada pasada estuvo a punto de hacer el pleno (sólo faltó la Copa del Rey). La sola presencia de Mbappé, unida a los cromos de Vinicius, Rodrygo, Modric, Carvajal o Courtois, te obliga a creer en todo. Un Madrid de Oro.

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