El Sevilla sigue en la UCI

El Girona no fue una semana más capaz de dejar su portería a cero, pero a nadie en Montilivi le importó. Se marcharon felices, con tres puntos trabajados y siendo mejores que su rival. Un Sevilla que salió mal al partido, al inicio y en la segunda parte, y que fue víctima de sus propios errores. Entre Fernando y Nianzou regalaron demasiados balones a los locales, que sin embargo tuvieron que esperar hasta el 88′ para certificar la victoria. Séptima jornada sin perder de un Girona al alza que corta de raíz la incipiente recuperación de los sevillistas.

El fulgurante inicio del Girona dejó en evidencia a un Sevilla adormilado, incapaz de salir jugando con el balón, totalmente superado por la presión alta de los catalanes. Hasta cuatro ocasiones, dos muy claras, que entre Bono y la poca puntería de Romeu, Iván Martín y Riquelme no se convirtieron en gol. Dos robos a Fernando y un mal pase de Nianzou fueron los detonantes de las opciones locales, augurando una mala tarde para los centrales sevillistas.

Y sin embargo, en la primera opción de remate que tuvo el Sevilla, llegó el primer tanto del encuentro. A los 13 minutos y a balón parado. Rakitic sirvió un balón exquisito a la cabeza de Nianzou que, entrando desde atrás, conectó un remate inapelable. Un gol mejor ejecutado por los visitantes que mal defendido por el Girona, pero que cambió completamente el guión de partido.

A partir del tanto el Sevilla jugó con mucha más confianza, empezó a salir con criterio y, de hecho, pudo hacer daño al Girona. Los de Míchel no variaron un ápice su plan, desbordando por banda y buscando por dentro a Stuani y Riquelme, pero sus opciones no fueron ya tan claras como al inicio. A los de Sampaoli les faltó un punto de frescura en los contraataques, sobre todo a Oliver Torres, en un par de ocasiones que arrancaron con ventaja. Con Rafa Mir más participativo y Fernando llegando al área, el partido fue ya mucho más parejo.

Pero el Sevilla cometió, tras el descanso, el mismo error que al inicio: salir con poca tensión. Y el Girona le perdonó una vez, pero no dos. Iván Martín ganó un balón a la espalda de la defensa, combinó con Toni Villa y este puso un balón al corazón de área para Stuani. Y, como tantas otras tardes en Montilivi, el uruguayo no falló. No se habían jugado ni 50 segundos de la segunda parte y el marcador volvía a estar igualado.

El gol de Stuani abrió mucho el partido, con un Girona que no renunció a seguir atacando, aún con el riesgo de partirse. Mantuvo un mayor control del partido y de la posesión, pero no inquietó a Bono. El Sevilla optó por una posición más conservadora, ordenado atrás y con poca capacidad ofensiva. Ni Mir ni Torres supusieron una amenaza para Gazzaniga. Yangel Herrera, de cabeza, estuvo cerca de marcar el segundo en el 78′ y Stuani, un minuto después, tuvo un balón a portería vacía para adelantar a los suyos. No logró conectar el remate.

Y es que tuvo que esperar hasta el 88′, pero el Girona logró el tanto de la victoria. Obra de Yangel Herrera, con una exquisita vaselina, pero por gracia de Nianzou. El central del Sevilla, que ya había perdido una pelota muy comprometida en la primera parte, hizo lo mismo tras un recorte ante la presión de Valery. Un error terrible, de concepto y ejecución, que le costó la derrota a su equipo.