El Pucela se reencuentra con los fantasmas del gol

En el fútbol, como en la vida, hay heridas que, cuando parecen cerradas, se reabren sin que uno pueda remediarlo. Bien lo sabe el Real Valladolid, que parecía haber dejado atrás los fantasmas del gol, esos que le asolaron en otros momentos de la ‘era Pacheta’, y sin embargo, encadena más de tres partidos sin marcar. El silbatazo final de Pizarro Gómez en Mallorca paró la cuenta en 316 minutos, más de cinco horas desde el tanto de Roque Mesa al Elche, que le otorgó el último triunfo liguero.

A pesar de las buenas sensaciones con las que volvió del parón, logrando el pase copero ante el Arenas de Getxo y plantando cara al Real Madrid, contra quien mereció correr mejor suerte, son tres las derrotas consecutivas, que ahondan en esa herida y hacen de menos la imagen dejada. Y es que los blanquivioletas han tenido tramos de buen fútbol y de posesión ante merengues y mallorquinistas, pero contra los primeros no atinaron y frente a los segundos pecaron de “inocentes”, tal y como apercibiría en rueda de prensa su entrenador.

Las tres derrotas cosechadas de manera consecutiva igualan la peor racha con Pacheta, la del inicio de la temporada pasada, cuando, además, se alcanzaron los 326 minutos sin hacer gol. Como entonces, el técnico ha mostrado su total convicción en la mejora del equipo, habida cuenta de lo que palpa en cada entrenamiento y, en esta ocasión, también en competición, más avanzada que antaño. “Aunque llevemos estas derrotas seguidas, creo que el equipo es cada vez mejor”, destacó el burgalés todavía en Mallorca, aun reconociéndose “preocupado” por el poco peligro de los suyos.

“Llegamos a situaciones muy buenas y no somos capaces de romper líneas, de presentarnos delante del portero, de tirar cuatro centros de peligro... No lo estamos haciendo y eso lo tenemos que seguir trabajando”, analizó Pacheta con tono serio, de sobra conocedor de una cuestión que ha provocado que el contador blanquivioleta se haya quedado a cero en nueve partidos ya. Por lo que pudiera pasar, para paliar esta circunstancia, hay que recordar que la dirección deportiva trabaja en la llegada de, al menos, un atacante que sume los guarismos que hasta ahora no han podido los Weissman, Plata, Sergi Guardiola y compañía.