El Pucela respira con los goles de Iván y Aguado ante el Espanyol

El Real Valladolid sale del descenso tras ganar al Espanyol (2-1) en un buen encuentro de los de Pacheta que merecieron una victoria más contundente ante un equipo blanquiazul que se sintió muy incómodo en el encuentro, pero que pudo adelantarse con un disparo de Puado al palo. Ahora ambos conjuntos empatan en la tabla con 27 puntos y siguen en la pelea por no descender a Segunda. Los goles de Iván Sánchez y Aguado ponían la base para la victoria, pero el tanto al final de Braithwaite puso de los nervios al José Zorrilla.

La primera parte fue un toma y daca de dos equipos que querían ganar. Los blanquivioletas por quitarse la mancha de Balaídos y salir de la zona de descenso, los pericos por sumar su tercera victoria consecutiva, por primera vez en la temporada. El Real Valladolid empezó bien. Tanto que el pase interior de Roque Mesa a Larin acabó en las mallas, pero el tanto fue anulado por fuera de juego en el minuto cuatro. No se paró el equipo pucelano que buscaba la verticalidad para hacer daño al rival. El Yamiq cabeceó fuera, justo antes de que Darder pusiera a prueba a Asenjo, al cuarto de hora de partido. Se lesionó Olivan y llegó el momento de los pucelanos, como dice Pacheta, que avasalló al equipo de Diego Martínez. Plata puso a prueba a Pacheco, hasta que Iván Sánchez recogió el esférico en la frontal y batió al meta espanyolista, con la ayuda de un rival. No se paraba ahí el conjunto blanquivioleta. Plata intentó marcar por dos veces y Larin cruzó demasiado su disparo en unos minutos en los que los locales eran muy dominadores. No pudo doblar su ventaja el conjunto pucelano y, entonces, llegó el instante del Espanyol en los pies y la velocidad de Puado. La más clara del canterano perico acabó en el palo, después de ganar la disputa a Escudero, aunque Darder lo intentó un par de veces desde la frontal antes del descanso.

No hubo tregua en la segunda parte, con al Valladolid y el Espanyol jugando a tumba abierta. Porque si Plano pudo marcar de cabeza nada más volver del vestuario, los blanquiazules apretaron y pusieron en dificultades la portería de Asenjo. Puado se comía a Escudero, y Joselu trataba de entrar en el partido. Pasada la tormenta, Pacheta quitó a Roque, con tarjeta, por Aguado que anotó tres minutos después. Plata llegó a la línea de fondo y le puso el esférico al jienense que lo mandaba a las mallas. Entonces, los blanquivioletas, renacidos, pudieron sentenciar con numerosas ocasiones, mientras que los de Diego Martínez no lograban encontrar a sus delanteros. Plano se estrelló con Pacheco y a Machis se le fue por poco su disparo, aunque la más clara fue la de Plata. Sacó una buena contra Aguado y le dio el balón al ecuatoriano, pero éste estrelló el esférico en el palo para haber sentenciado. Y cuando perdonas te puedes complicar. Porque Darder fue capaz de encontrar a Braithwaite, que se revolvió en el área y marcó su tercer gol consecutivo en el minuto 87. Entonces llegaron los nervios en Zorrilla, que suspiraba por los tres puntos para salir del descenso. Rubén fue el que estuvo más cerca de empatar. Disparó y el balón se envenenó y se fue a córner después de pegar en Olaza, pero ya no hubo para más. De esta manera, el Espanyol no logra sumar su tercera victoria consecutiva y el Pucela rompe su racha de dos derrotas y escala puestos empatando a 27 puntos con el centenario Diego Martínez.