REAL VALLADOLID

El nuevo ídolo ‘católico’ que Valladolid no disfrutó

Jota, promesa cedida al Pucela hace dos temporadas, brilla hoy en Escocia, donde el Celtic acaba de pagar 7,5 millones por él.

Rob Casey/SNS

Tararea un grupo de católicos aquella canción que popularizó hace dos décadas una banda rumana, ‘Dragostea din tei’. Se arranca a cantar definitivamente y dice “when you score you make the Celtic sing: Jota on the wing, Jota, Jota on the wing”. No es quien lo grita precisamente un coro gospel, pero el fervor -con permiso o con perdón- se le parece. Lo hay siempre que el Celtic juega. Lo expone su afición sobre el nuevo ídolo, João Pedro Neves Felipe, conocido en el ámbito futbolístico como Jota, aquellas dos piernas que el Real Valladolid vio culebrear sin tanto éxito.

No es que el José Zorrilla sea frío, como dicen, sino que su experiencia como blanquivioleta no fue tan provechosa como la ostentosa en Escocia, donde hizo un ‘doble-doble’ la pasada campaña: diez goles y diez asistencias que sirvieron para la reedición del título liguero del Celtic. No dudó su gerencia; debía intentar aprovechar ese talento cedido por el Benfica y hacerse con él en propiedad, y lo hizo, previo pago de 7,5 de euros. La cantidad tiene su razón de ser, y es que en apenas un año ha duplicado su valor de mercado, según Olocip, pasando de 3,4 a siete millones.

Jota

No en vano, según su IA fue el segundo futbolista de mayor impacto de la liga escocesa, siendo superado únicamente por su compañero Cameron Carter-Vickers, tras contribuir con sus acciones totales a la generación de 13,6 goles. Asimismo, lideró varias estadísticas, como las de mejor asistente, mejor centrador o mejor futbolista en conducción, cuestiones varias que le convirtieron, en términos absolutos, en el mejor constructor de la competición. A sus 23 años (cumplidos en marzo), levantó la mano; comenzó a confirmar aquello que se barruntaba en la academia del Benfica.

De la generación de João Félix, como encarnado fue superando etapas hasta asomar en el primer plantel en 2019, cuando Bruno Lage le hizo debutar. No se acabó de asentar, sin embargo, y fue cedido al Pucela para el inicio de la temporada 2020-21. Llegó a última hora, lo que favoreció que tardara en entrar, y vivió algún contratiempo como la covid o como una lesión de tobillo. Hizo gol al Granada en su debut y dejaba destellos, retazos de su técnica, pero no tuvo continuidad y tan solo encadenó dos titulares en una ocasión, concluyendo con un pobre bagaje de 667 minutos ligueros.

El definitivo qué pudo ser y no fue llegó en la última jornada, contra el Atlético de Madrid, contra quien pudo sufrir un penalti que, en todo caso, no habría servido para evitar el descenso, pues para hacerlo el Real Valladolid necesitaba ganar aquel envite. Consumada la caída a los infiernos, Jota buscó la redención cambiando de liga, en otro préstamo, en el Celtic, donde la logró: fue una pieza defensiva para el campeón y se ganó el derecho de convertirse en una apuesta de futuro en Celtic Park, donde es una estrella coreada al ritmo de O-Zone.

Lo más visto

Más noticias