ESPANYOL

El Espanyol, como los salmones

En diez de las 12 jornadas ha comenzado perdiendo el equipo de Diego Martínez. En ocho ha reaccionado con algún gol, pero solo ha podido sumar cinco puntos sobre 30 posibles.

Quality Sport ImagesGetty

Uno no puede hacer los partidos a la carta”, lamentaba tras el 1-1 en Mallorca un Diego Martínez expresivo sobre el principal mal que asola al Espanyol: “Nos gustaría habernos adelantado en el marcador. Lo hemos hablado, lo hemos trabajado, nos hemos concienciado, pero es que esto es Primera División y el primer también juega. Ahora mismo, hay que remar mucho”. En efecto, ponerse sistemáticamente con un gol por detrás está marcando dramáticamente la clasificación del conjunto perico.

El análisis es implacable. Con el gol de Vedat Muriqi de este viernes en Son Moix, neutralizado después por José Carlos Lazo, ya van diez jornadas de las 12 disputadas, más de un 83 por ciento, en las que el Espanyol recibe primero. En las que se ve por detrás en el marcador. Una circunstancia que está penalizando absolutamente, ya que en hasta ocho de esas jornadas tuvo los arrestos la escuadra blanquiazul de marcar también, pero esos 13 tantos anotados a remolque únicamente le han servido para sumar cinco puntos sobre 30 posibles. O lo que es lo mismo, para cosechar cinco empates y otras tantas derrotas.

Tras comenzar perdiendo, ha conseguido el Espanyol empatar ante Celta (del 2-0 pasó al definitivo 2-2), Valencia (del 0-1 al 2-2), Cádiz (del 1-0 al 2-2), Elche (del 0-1 al 2-2) y Mallorca (del 1-0 al 1-1). Se ha quedado a medio camino, marcando pero perdiendo, contra Real Madrid (del 0-1 al 1-3), Sevilla (del 0-3 al 2-3) y Real Sociedad (del 1-0 al 2-1). Y, directamente, cayó sin ni siquiera poder anotar frente a Rayo Vallecano (0-2) y Osasuna (1-0).

La conclusión de que comenzar perdiendo mortifica al Espanyol, como le sucede a cualquier equipo obligado a nadar a contracorriente como los salmones, es doblemente cierta en este caso, ya que el conjunto de Diego Martínez únicamente ha sido hasta ahora capaz de ganar un partido si se queda con la portería a cero, como sucedió ante Athletic Club (0-1) y Valladolid (1-0). Así que la sangría defensiva es cada vez más preocupante, y a la vez más consecuente que haya activado el entrenador ese “modo supervivencia”, o lo que es lo mismo, tratar de asegurar primero la solidez para ir creciendo.

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