CELTA | ENTREVISTA A MARCHESÍN

“El ‘Dibu’ se merece todo lo que le está pasando”

Campeón de la Copa América, a Marchesín le ha sobrado el último año y medio para haber ido al Mundial. El meta argentino reflexiona para AS sobre sus complicados últimos meses.

Lalo R. Villar

Orgulloso de haber formado parte del grupo que viene de ganar el Mundial, en las palabras de Agustín Marchesín (San Cayetano, 1988) hay una inevitable dosis de melancolía. El meta argentino no ha vuelto a ser convocado por su selección desde que en el verano de 2021 incorporó a su palmarés la Copa América. El último año y medio le ha sobrado y ahora, tras disfrutar desde la distancia del éxito de sus amigos en Qatar 2022, el experimentado cancerbero transmite confianza para enderezar su rumbo y el del Celta.

¿Se mantuvo delante de la televisión en la tanda de penaltis de la final del Mundial o le pudo la presión?

La vi porque le tenía mucha fe al Dibu. Es un portero que ya en la Copa América había demostrado un gran nivel. Tengo una relación de amistad con él, siempre veo sus partidos y los comentamos. Hablamos continuamente y obviamente me puso muy contento. Me siento orgulloso de él por el presente que tiene, es un chico que se merece todo lo que le está pasando.

¿Usted aplica estrategias similares para intentar descentrar al lanzador de un penalti?

No suelo utilizar eso, pero obviamente es respetable. Él se siente cómodo en eso y siempre que haya respeto hacia el rival no lo veo mal de ninguna manera.

El Dibu también ha sido protagonista en las celebraciones…

Estoy contento porque Argentina salió campeón y eso para mí es lo más importante.

¿Qué sintió al ver a su selección conquistar la Copa del Mundo?

Obviamente estoy contento por el equipo y por el país, que sufre muchas cosas. Estos 26 jugadores, el cuerpo técnico y todos sus dirigentes han dado una alegría a un país que lo necesitaba, que hace mucho tiempo venía con esa ilusión y ese sueño. Tengo muchos compañeros y amigos dentro de la plantilla. Estuve dos años en el proceso de eliminatorias y me siento feliz y orgulloso de lo que han hecho.

¿Por qué motivo se cae de la dinámica de la selección?

Después de la Copa América, con todo lo que representó, tuve unos días de vacaciones y llegué a Porto faltando muy poco para el inicio del torneo. El primer partido no lo jugué y después ya tuve una lesión de rodilla que me alejó bastante de la titularidad. Entró Diogo Costa, que lo hizo muy bien, y el equipo se mantuvo muy fuerte. Cada vez se hacía más difícil y tuve oportunidades para salir de Porto, pero entre el técnico y el club decidieron no dejarme salir. Obviamente, eso me generó una desesperación porque sabía que se estaban acabando las posibilidades de ir al Mundial. Para mí fue un golpe muy duro porque me sentía muy parte de lo que era el proceso de la selección, con un cuerpo técnico que conocía y con un grupo en el que tengo una relación muy buena con muchos de mis compañeros. Sabía que si jugaba tenía grandes chances de ir. Luego, cuando llegué al Celta, tenía la ilusión, pero la realidad era otra después de estar un año sin jugar. Por suerte, ahora ya estoy enfocado en lo que es el equipo.

“Para mí fue un golpe muy duro porque me sentía muy parte de lo que era el proceso de la selección”

Marchesín

El Mundial ha ofrecido dos caras para porteros con los que tiene relación: la consagración del Dibu y el fallo de Diogo Costa que sentenció a Portugal contra Marruecos.

Por suerte, Diogo es un chico joven, que trabaja muy bien y tiene una mentalidad muy fuerte, muy ganadora. Tiene una muy buena familia y el club lo cuida mucho también. Le queda muchísimo por delante y ojalá que siga con el nivel que viene mostrando. Es un buen compañero, con un potencial extraordinario, y no tengo dudas de que va a triunfar en el mundo del fútbol.

De Porto a Vigo hay una hora y media en coche. Un cambio mínimo en lo geográfico, ¿qué ha supuesto para su carrera?

Allí viví tres años, tengo muchos amigos y la ciudad me gusta muchísimo, pero lo necesitaba en lo deportivo.

Llegó al Celta para trabajar con Coudet, pero a los tres meses su compatriota fue despedido. ¿Se quedó un poco descolocado?

Yo vine al Celta. El entrenador tuvo que ver en mi llegada, pero yo me debo a lo que es el club. Tengo que hacer las cosas bien para devolver la confianza que me ha dado el club. Estoy agradecido al Chacho, un excelente entrenador y persona. Fueron dos o tres meses complicados, con problemas familiares y muchas cosas que pasaron en el medio. No solo he cambiado de club, también de expectativas y de realidad porque el Porto tiene la obligación de campeonar siempre y de jugar la Champions. Ese cambio siempre cuesta, pero aquí estoy feliz. Este semestre lo afronto con mucha más ambición y con el deseo de demostrar por qué estoy aquí y por qué el club confió en mí.

“Fueron dos o tres meses complicados, con problemas familiares y muchas cosas que pasaron en el medio”

Marchesín

¿A Carvalhal ya lo tenía controlado de Portugal?

Sí, sabía que era un excelente entrenador por lo que le vi en el Braga. Tiene las ideas muy claras. En Portugal tiene mucho respeto de todos los clubes.

¿Cómo ha llevado ser el portero con peor porcentaje de paradas de la Liga sin haber cometido grandes errores?

Es difícil. La primera parte de la temporada no fue la mejor ni a nivel individual ni grupal y eso se ve reflejado en el portero. Estoy tranquilo porque tengo un pasado que demuestra lo que soy como portero y lo que puedo dar. Entonces, no me desespero con lo que se pueda decir. Sería diferente si no hubiera nada de lo que hice hasta ahora. En los cuatro clubes en los que he estado antes de venir al Celta he tenido la suerte de ser campeón. La gente me quiere muchísimo en Porto, en América y en Lanús. Con 34 años ya he demostrado mucho y tengo una edad para seguir haciéndolo con los pies sobre la tierra.

“En los cuatro clubs en los que he estado antes de venir al Celta he tenido la suerte de ser campeón”

Marchesín

¿Había sufrido a lo largo de su carrera una racha tan rara?

No, pero no me preocupa. Al contrario, me da energía para demostrar lo que uno es. Aquí llegamos todos al último momento, empezó el torneo y cuatro días antes se sumaron refuerzos, se cambió de entrenador… ese desorden contagió, pero no me preocupa lo más mínimo.

¿El parón le ha servido al Celta para recuperar el optimismo?

Cuando al equipo las cosas no le salen como uno quiere, se necesita ese parón para descansar la mente, recomponer energía y darse cuenta de que es solo una racha y no pasa nada. Tenemos que demostrar muchísimo más, pero yo no estaba desesperado.

¿Y también lo han aprovechado para trabajar la solidez defensiva?

Sí, también un cambio de sistema. Ya en el último partido antes del parón dejamos la portería a cero en Vallecas, donde el Rayo siempre marca.

Desde México se ha especulado con un regreso a América. ¿Hay que tomarlo como un mero rumor?

Es un club al que yo le estoy muy agradecido y la gente me quiere mucho. Le debo gran parte de mi carrera y, a mi entender, es el club más grande en el que he estado.

¿Por qué lleva tatuado un tigre en su mano derecha?

Un día acompañé a un amigo a un tatuador y me lo terminé haciendo. Antes de decidirme vi que significaba liderazgo, personalidad… y me gustó.

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