ADIÓS DEL '8'

El día que Iniesta pudo ser del Real Madrid

El fichaje del manchego estuvo muy cerca con la premisa de que Juan Palacios accediera a la presidencia del club tras las elecciones que ganó Ramón Calderón.

Andrés Iniesta (40 años) fue madridista de niño, cuando empezaba a corretear y dar sus primeros toques de balón en los campos de tierra de su Fuentealbilla natal. De hecho, dio una pista inequívoca cuando le hicieron su primera entrevista televisiva al dar las primeras pinceladas de su enorme talento. Con 12 añitos deslumbró en las filas del Albacete en el Torneo de Brunete para promesas. Ahí le echó el Barça el ojo y cazó un jugador que ha hecho historia en el fútbol español. Pero en esa época fue honesto con sus sentimientos infantiles cuando le preguntaron en la propia tele del Barça cuál era su equipo favorito. “Soy del Real Madrid a todo poder”.

Su ingenuidad y su sinceridad ya avalaban a un chico sin dobleces. Como el Madrid no estuvo vivo, el Barça se lo llevó a La Masia. Pero en el Bernabéu quedó esa espina clavada y en 2006 todo pudo ser distinto. En ese año se celebraron las elecciones a la Presidencia del Madrid tras la dimisión de Florentino Pérez (26-2-2006) en la turbulenta recta final de los Galácticos. Eso abrió un periodo electoral y en el mismo surgió una candidatura muy potente, liderada por el empresario Juan Palacios.

El mismo se rodeó de Fernando Fernández-Tapias (que había sido vicepresidente del club blanco con Florentino desde el año 2000) y de madridistas ilustres como José Antonio Camacho, Pirri (actual Presidente de Honor), Del Bosque, Míchel, García Remón o la leyenda del motociclismo, el malogrado Ángel Nieto. Camacho aprovechó su mano en el entorno manchego (inició su carrera futbolística en el Albacete antes de venir al Real Madrid siendo un juvenil) y su amistad con la familia de Iniesta para mover hilo con el centrocampista internacional para fichar por el Madrid en caso de victoria electoral de Juan Palacios.

Iniesta no estaba especialmente contento en el Barça, dado que en esa temporada sólo había metido un gol con los azulgrana (y seis asistencias). Además, Rijkaard lo dejó en el banquillo en la final de Champions de ese año, jugada entre el Barça y el Arsenal en París, en la que quedó fuera del once inicial. Pasado un tiempo, Andrés confesó: “Rijkaard me dijo una cosa muy fuerte y no me argumento porqué me quedaba fuera de la final. Uno de los momentos de mi carrera que me dejó peor sabor de boca”.

En ese momento de desánimo absoluto, Camacho se cruzó para que fichara por el Madrid. Todo se fraguó en una reunión privada en un hotel de Girona. Los padres del manchego, Camacho y Fernández Tapias. Todo acordado en caso de victoria electoral de Juan Palacios, aunque no firmado como asegura Iniesta hoy a AS, con la garantía de depositar en la sede de la Liga de Fútbol Profesional un cheque de 60 millones de euros, precio de la cláusula de rescisión que tenía Iniesta en el club azulgrana. En el ambicioso lote, Camacho también tenía atados a Joaquín, José Antonio Reyes y Pablo Ibáñez.

El problema es que tras una turbulenta y polémica campaña electoral, Juan Palacios perdió la votación final por sólo 246 votos de diferencia con Ramón Calderón (8.344 a 8.098), que fue proclamado presidente por esa exigua diferencia de sufragios. O sea, que Andrés Iniesta pudo estar a sólo 246 votos de ser blanco. ¿Cuánto hubiese cambiado su historia, la del Barça y la del propio Real Madrid? Jamás lo sabremos…

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