Dilema Iñigo

La situación económica del FC Barcelona presenta casos tan problemáticos como el de Iñigo Martínez (33 años), que después de llegar como fichaje el verano pasado con la carta de libertad y firmar por dos temporadas, ahora se encuentra en la situación de que tiene contrato, pero aún no puede ser inscrito en LaLiga a causa del fair play financiero.

Iñigo fue una petición expresa de Xavi Hernández que coincidió con el interés de la secretaría técnica del Barcelona, que le seguía desde hacía mucho tiempo. No obstante, la negativa del Athletic Club a vender retrasó su incorporación al Barcelona hasta que concluyó su contrato con el conjunto vasco y firmó libre, no sin polémica con la afición de los leones.

A Iñigo se le firmó como barcelonista un contrato de dos años, pero ante los problemas del club para inscribir jugadores, que llevan camino de repetirse esta temporada, sólo se le alistó en LaLiga por una temporada. Por tanto, ahora el jugador debería ser inscrito de nuevo contando como un fichaje. El Barcelona confiaba que ahora tendría a su favor la regla 1:1 en materia de fichajes, pero esta regla no ha llegado todavía.

Así pues, el futuro del central está en el aire. El Barcelona ha sondeado la posibilidad de traspasarle, pero el jugador no está por la labor y quiere quedarse en el club. Deportivamente, además, el jugador entra en los planes de Flick por lo que se filtra desde el club, pero a nadie se le escapa el exceso de centrales que hay.

A día de hoy, el Barcelona dispone de ocho centrales: Iñigo Martínez, Koundé, Christensen, Araújo, Cubarsí, Micka Faye, Eric García y Lenglet. Estos dos últimos regresan de sus respectivas cesiones en el Girona y en el Aston Villa, mientras que a Faye, del filial, se le busca equipo.

Son estos tres jugadores los que tienen más opciones para salir en el mercado estival a no ser que se concrete el traspaso de Araújo, que es el que económicamente mejor le iría al Barcelona. De momento, Iñigo sigue en el limbo de los no inscritos en un dilema que hace demasiado tiempo que es recurrente en el FC Barcelona.

El primer caso que debería de resolverse es el de Lenglet, pero es, como no podía ser de otra forma, un asunto complicado. Lenglet cobra una ficha muy alta (sobre los 12 millones) fruto de los aplazamientos que realizó el central francés en la época de la pandemia con Bartomeu.

Esta ficha tan alta explica que haya muy pocos equipos dispuestos a asumir su sueldo. Hace dos temporadas estuvo cedido en el Tottenham con Antonio Conte de entrenador y su rendimiento fue más que notable. El técnico le hacía jugar regularmente como titular, pero la salida del italiano, que dejó informes para que el equipo londinense se hiciera definitivamente con el central, fue determinante. Sin Conte, el interés del Tottenham se enfrió y el nuevo entrenador decidió que Lenglet era prescindible y lo cedió al Aston Villa, donde apenas ha tenido continuidad.

Antonio Conte ha recalado ahora en el Nápoles y este hecho puede favorecer que el Barça pueda traspasar al jugador al equipo italiano, pero ahí aparece el problema de la ficha que se uniría al traspaso.

Es por este motivo que en el Barcelona no se descarta hacer con el francés como con Dest, otorgarle la carta de libertad y en todo caso asegurarse el porcentaje de una posible venta posterior siempre y cuando el conjunto italiano se encargue de la ficha.

Otros equipos como el Sevilla, donde Lenglet jugó antes de recalar en el Barcelona, también se han interesado por una cesión, pero el problema de la ficha vuelve aparecer. El Sevilla también tiene serios problemas económicos y no puede asumir una parte importante del sueldo del jugador. Como el Barça con Iñigo.

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