De Antoine Griezmann a Julián Alvarez... 10 años después

La era Simeone abarca todo tipo de vivencias del Atlético en Bilbao, aunque una de las más recordadas fue la eclosión de Griezmann. El francés se hizo mayor en (el viejo) San Mamés, una noche mágica de la que se cumplirán diez años en diciembre. El crack rojiblanco será titular de nuevo este sábado, todo indica que junto a Julián Alvarez. Y he ahí el paralelismo, con el argentino persiguiendo su primera gran actuación como rojiblanco. Si la Araña, además de socio en ataque es el heredero de Grizi, brillar y marcar en (el nuevo) San Mamés sería una forma muy especial de iniciar su cuenta.

Echando la vista atrás, Griezmann era, lógicamente, un jugador muy diferente al actual. Y también a lo que es Julián ahora, que llega al Atlético ya como una estrella y habiéndolo ganado prácticamente todo. El francés, en 2014, era un gran futbolista, pero aún por pulir. De hecho, en los primeros meses en el Atleti alternaba titularidades y suplencias, pugnando con Raul García por ser el acompañante de Mandzukic. Y como en Bilbao, el croata tenía que cumplir sanción, Simeone los juntó a ambos. “Necesitamos que Griezmann pueda explotar su velocidad”, le pidió el míster en la previa, a lo que añadió: “Está entrando en sintonía”. Una frase que, casi una década después, puede servir para Julián.

Tres goles en tres remates

Veremos con el argentino, pero con el francés sí, San Mamés lo cambió todo. Los rojiblancos —que estrenaban su camiseta gris— ganaron 1-4 con hat-trick del Principito. Noche consagratoria. “Este es el jugador que fuimos a buscar y al que necesitamos”, comentó entonces el Cholo. “Será buenísimo para su confianza”, agregó sin saber todo lo que aún vendría por delante con uno de los jugadores que más le han hecho disfrutar y a los que más ha mejorado.

Griezmann jugó en punta, con movilidad, no como un ariete de área. Es decir, el papel que interpretará esta tarde Julián ante los de Valverde, quien dirigía también al Athletic en 2014. Aquella noche, el francés estuvo desaparecido medio partido, pero explotó tras el descanso. No tardó mucho. A los 29 segundos, igualó el 1-0 cabeceando un centro medido de Juanfran. Luego se plantó dos veces mano a mano ante Iraizoz: en la primera mandó el balón con firmeza a la red y en la segunda quiso regalarle el gol a Raúl García, pero este falló y fue Antoine quien marcó a puerta vacía. Tres goles en tres remates.

El estatus de Griezmann cambió, ya para siempre. “Lo necesitaba. Ojalá este sea mi nivel habitual, o incluso mejor”, se retó a sí mismo aquel 21 de diciembre, con el balón firmado por sus compañeros en la mano. Declaraciones que, diez años después, espera pronunciar Julián Álvarez tras su primera gran noche con el Atlético.

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