Dani Garrido y Manu Carreño: “Es el día perfecto para coger el bol de palomitas y poner la SER”

Dani Garrido (Legazpi, Guipúzcoa, 1978) y Manu Carreño (Valladolid, 1969) están en su hábitat, en un estudio de Gran Vía 32 y con un micrófono amarillo delante. Y se les nota. Derrochan energía y buen rollo, se sueltan, no eluden ningún debate por espinoso que parezca y hablan con pasión del medio en el que dirigen Carrusel Deportivo y El Larguero, los dos trasatlánticos de la radio deportiva en España.

Quién lo iba a decir, hay vida después de Cristiano y Messi.

Manu Carreño: Esa época no la volveremos a ver, porque es como haber tenido a Maradona y Pelé conviviendo, uno en el Madrid y otro en el Barça, durante más de una década. Pero el producto no ha bajado lo más mínimo…

Dani Garrido: Eso fue una marcianada, pero ahora también se anuncian muy buenas parejas por delante. Ese Lamine-Vinicius, o Mbappé, aunque tiene más edad. Se presentan enemigos muy sonados para tiempo. Es verdad, parecía que esto iba a convertirse en un solar sin Cristiano y Messi, y fíjese lo que está siendo.

M.C.: Tiene pinta de que va a seguir habiendo buenos Clásicos, pero yo valoro mucho que también haya bajado tanto la temperatura. Porque antes había presidentes o algún entrenador que calentaban de más los Clásicos dos semanas antes. Antes, durante y después, y ahora no es así. Por otro lado, al menos en Madrid y Barça, ya no hay ultras. Y la temperatura ha bajado.

¿Se ha notado mucho el efecto llamada de Mbappé?

D.G.: Mbappé es un tótem, eso está claro. En El Larguero se han liado buenas hablando de quién iba a ser el líder del Madrid, si él o Vinicius. Y ahora de repente no es que Vini le discuta el liderato mediático, sino que mucha gente ya le sitúa por delante deportivamente. Sí, Mbappé es un elemento muy importante en la audiencia del Madrid.

M.C.: Relaño nos solía decir: “Una portada de Cristiano marcando goles eran 30.000 ejemplares más vendidos que si los marcaba otro”. Imagino que con Mbappé sucede igual en el AS, y también que más gente escuchará la radio…

¿En radio un Clásico se vende solo o hay que currárselo?

D.G.: Es un día de fiesta…

M.C.: Ojalá hubiera cinco por temporada. Pero dicho esto, no se vende solo. Imagino que en el AS será igual. Mírese usted aquí, entrevistando a Dani Garrido y Manu Carreño (risas). Un Clásico tiene mil aristas y se puede tratar desde muchos puntos de vista distintos. Luego, el solomillo, está claro, es el partido.

Seguro…

D.G.: Pero es cierto que en Carrusel se requiere de un dispositivo especial. Hoteles de concentración, momentos de análisis, los debates que se pueden generar por sorpresa. Como digo, para mí es una fiesta que requiere de un esfuerzo extra que se hace con gusto.

¿Cuesta dejar contentos a los oyentes de los dos lados?

M.C.: No cuesta, no. Es de sentido común, porque para nosotros no es una historia de colores. Aquí se trabaja para los oyentes del Madrid, para los del Barça, y para los que no son de ni de uno ni de otro pero les mola un partido así. No cuesta, te entra Roncero por un lado, te sale Jordi Martí por otro…

D.G.: Bueno, aunque Roncero vale por cuatro (risas). A ver, que el fútbol es pasión es evidente. Siempre se van a dar debates acalorados, pero hay que tratarlos desde el respeto. Es un día para el buen rollo.

De hecho, la SER hace narración compartida...

D.G.: Se hace a dos voces desde la época de Manu y Ponse en Carrusel. Y es una muy buena idea para ocasiones especiales como un Clásico, un derbi o una final de la Copa del Rey. Romero y Flaqui se entienden muy bien, son dos grandes. Es un día para cogerse el bol de palomitas y ponerse a escuchar la radio.

¡A Iturralde le pagarán el doble hoy, imagino!

D.G.: Hombre, es un día muy señalado, porque el VAR, y puede que esto sea objeto de un análisis mucho más profundo, lejos de acabar con las polémicas en el fútbol lo que ha hecho es avivarlas. ‘Itu’ es un número uno absoluto y le gusta la batalla, el cara a cara. Y aunque se lleva muy bien con todo el mundo, él también quiere dejar claro cuál es su criterio. Y eso también queda bonito en antena.

¿Qué comentaristas buscan para un día así?

D.G.: Sonará ñoño, pero es que no se eligen. Todos los que pueden estar, están dentro. No sobra nadie. Si están más, el tiempo tiene que estar más repartido y ya está… El comentarista de Carrusel, lo ha dicho antes Manu, se tiene que definir, lo primero, por tener un conocimiento muy alto del club que pueda cubrir o del mundo del fútbol. Ha de tener sentido del humor, ser empático, relevante en la historia del fútbol moderno… Tenemos a los mejores, a Pedja, Álvaro Benito, Axel, Roncero, Relaño…

¿En El Larguero vende más el elogio o la crítica?

M.C.: La crítica, siempre. Pero no en El Larguero. En los medios, en general, vende más lo malo que lo bueno. Los telediarios son una colección de malas noticias. Y en el deporte, salvando las distancias porque son cosas menos importantes, vende más la crítica.

Tiene sentido…

M.C.: Digamos que criticar un mal partido del Barça de Xavi, probablemente, provoca más ruido que hablar de un buen partido del Barça de Flick.

¿Análisis o polémica?

M.C.: Pues ahí yo creo que tiene que haber un equilibrio. A nosotros nos gusta también la polémica, claro, porque se trata de ver un partido con miradas distintas, incluso para discutir sobre lo que es un penalti o no… La polémica mola mucho, siempre dentro del buen rollo que tenemos. Pero el oyente también busca mucho el conocimiento. Gente que sepa realmente de lo que habla. Escuchar a Álvaro Benito dar una master class gratuita sobre cómo presiona el Madrid o de cómo funcionan los movimientos de los laterales, por decir algo, no tiene precio. Y tan importante es una cosa como la otra.

D.G.: Igual el oyente de Carrusel te agradece un análisis somero y tranquilo de Ramón Besa o Alfredo Relaño, y luego un buen debate un poco más de callo y acalorado en El Larguero. Eso Manu lo hace muy bien. Y yo, bueno... Carrusel es algo coral, es una orquesta que a veces está más afinada y otras menos, pero al final los debates que surgen se van cerrando en función del interés de lo que está pasando en el campo.

Que fluya...

D.G.: Lo que no podemos hacer es atascarnos en una jugada siete minutos porque a Roncero le parezca una cosa y a Jordi Martí otra…

¿Ahora se hace Carrusel pensando que el oyente está viendo el partido en la tele?

M.C.: No necesariamente. De hecho, muchas veces Romero dice: “A ver, vamos a explicar lo que ha pasado para la gente que no lo esté viendo…”.

D.G.: La radio tiene una personalidad única. Hay gente que la escucha simplemente porque le gusta. La radio es camaleónica y superversátil.

M.C.: Este es un país tremendamente radiofónico. Hasta tal punto se ha mantenido la radio en su buen estado de salud a pesar de las nuevas tecnologías que incluso la tele se ha dado cuenta. Y ahora es la propia televisión, que tiene los derechos del fútbol, la que te da la opción de decir: “Vea el partido y escuche si quiere a nuestros narradores o si no, las distintas opciones que hay en la radio”.

Y hasta te muestran al narrador cantando el gol…

M.C.: Eso es, así que algo tiene la radio.

Vamos con lo meramente futbolístico... ¿Le ven futuro en el Madrid a la pareja Mbappé-Vinicius?

M.C.: Yo a esa pareja la veo de difícil convivencia. Si tú te gastas una pasta en traerte al mejor jugador del mundo en la banda izquierda, yo lo pongo ahí. Pero es verdad que lo has traído para ocupar el puesto de otro que ya está ahí, y que está rindiendo de narices, que es Vinicius. Así que es complicado. ¿Que todos los jugadores buenos se entienden en el campo? Sí… o no. Yo creo que no es la mejor decisión tener a Vinicius y Mbappé en el mismo equipo. Yo creo que había mejores combinaciones…

Y usted, Dani, ¿se arrima en este tema también?

D.G.: A mí, desde lo táctico, me parece que el Madrid funciona mejor con el 4-3-3. Le veo más vértigo con ese dibujo. Y cuando salen en 4-4-2 y veo a Vinicius y Mbappé más centrados, no me parece que se estén entendiendo, futbolísticamente hablando, demasiado bien. Y es indudable que Mbappé en la izquierda es tan tiro como Vinicius, o más. No sé hasta qué punto Mbappé se puede llegar a desesperar si juega como nueve y no acaba de enchufarlas. No es tanto la banda izquierda, es el pulso por tener el liderazgo ofensivo del Madrid.

¿Qué pinta tiene, entonces, este Clásico?

-M.C.: Yo daría ligerísimamente favorito al Barça. El Madrid va a poner más intensidad por el partido que es, juegan en el Bernabéu, tienen pegada arriba… Pero veo al Barça físicamente mejor y más hecho. Como que sabe mejor qué guion seguir desde el minuto 1 al 90.

D.G.: Supongo que el Barça podría firmar el empate, aunque su modelo no es ese. Y que el Madrid no firmaría eso porque está por detrás. El partido es más importante para el Madrid.

¿Si pierde se deja la Liga?

D.G.: No, no… Seguirá habiendo Liga.

M.C.: Para mí también.

¿Tiene recorrido este Barça de dos realidades tan distintas, una dentro y otra fuera del campo?

M.C.: Me parece de mucho mérito lo que están haciendo los jugadores y el entrenador en el campo, a pesar de tener a Laporta como presidente. Es de un mérito terrible. Si comparamos al Laporta de la primera etapa con el de la segunda, no parece el mismo. El de la primera me parece un gran presidente, y el de la segunda es un desastre que tiene al club hecho unos zorros. Flick ha aislado a la plantilla de esa vorágine de malas noticias, ruina económica y malas decisiones.

D.G.: Como se suele decir, si entra la pelotita… Y luego pasa una cosa, la relación entre Xavi y Laporta no era buena. Eso era algo evidente. Y Flick ha llegado con tranquilidad y empaque, y con la sensación de que él sí puede ser el portavoz. Y traslada una imagen muy positiva. Es una bendición para Laporta que, aparentemente, haya dado con la tecla. Cuanto más Flick, menos Laporta.

M.C.: Flick me recuerda un poco a Ancelotti en ese sentido. Infunde autoridad a los jugadores desde la normalidad y la tranquilidad, y eso es bueno para los futbolistas, que ven que los protagonistas son ellos y que no hay nadie en el banquillo alzando la mano y diciendo: “Es que yo soy el que sabe de esto...”.

Barcelona, cantera; Madrid, acierto en los fichajes… ¿Qué modelo de los dos les llega más?

M.C.: Hombre, a mí me gusta más el del Barça. Me pongo en la cabeza de las dos aficiones y creo que es más fácil identificarse con el modelo del Barça. Pero claro, no todos los años te puede salir bien eso. Es que no sólo salen jugadores de la cantera, es que son piezas importantes en el primer equipo y ganan partidos. Por otro lado, cómo decir que el modelo del Madrid no vale, si no paran de ganar Copas de Europa.

D.G.: Ancelotti no engaña. Nunca ha confiado especialmente en La Fábrica, aunque me cuentan que Davide y los demás sí la siguen, ven partidos y demás. A mí me cuesta pensar que en la cantera del Madrid no haya un chico del potencial de Casadó o Bernal, o que no haya alguien que pueda ser suplente en el lateral derecho, ya no digo un Yamal.

¿En el Madrid ha pesado más la salida de Kroos o la llegada de Mbappé?

M.C.: A esta hora de este día, la salida de Kroos.

D.G.: Como dice Relaño, al Madrid se le caen los goles juegue quien juegue. Esté Cristiano, Benzema o Mbappé. Pero la falta de Kroos en estos partidos jugados es evidente. Es el director de juego, el líder, el que marca el tempo del partido… No puede ser igual un Madrid con Kroos que sin él. De otro modo, si un día no juega Mbappé, los goles los hace Vinicius o cualquier otro…

¿Y Yamal, nos ha tocado a todos la lotería con él?

M.C.: Tarda muchos años en salir uno así. Yo, de momento, lo que veo es que Lewandowski ha dejado de echarle miraditas. Las que le echaba el año pasado. Ahora empieza a mirarle con devoción. Parece decir: “Ostras, menos mal que tengo aquí a Lamine Yamal que me pone unos pases de la leche”. Lamine se ha ganado a todo el mundo por su calidad, talento y personalidad. Con 17 años no le pesa ni el Camp Nou ni una final de una Eurocopa. Ha dicho: “¡Aquí estoy yo!”.

D.G.: Para mí, será el mejor jugador español de siempre.

M.C.: ¡¡Lamine Yamal de mi vida!! (risas).

D.G.: Hay tantos... Pero con todos mis respetos para Hierro, Casillas, Raúl, Xavi, Iniesta o Busquets, para cualquiera de ellos, Lamine tiene potencial para ser el mejor jugador de siempre. Y ojalá lo sea.

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