ESPANYOL

Cuando Sergio pudo jugar con Luis García en el Espanyol

En el verano de 2006, el club perico llegó a tener atado al ahora entrenador del Cádiz pero finalmente los blanquiazules no pudieron llegar a la cantidad que le pidió el Deportivo y al salario del canterano.

ALVARO RIVERODiarioAS

El RCDE Stadium vivirá este viernes un partido determinante por la salvación entre un Espanyol que apura sus últimas balas (27 puntos) y un Cádiz que llega a la recta final mejor colocado (31), revitalizado especialmente por la inesperada victoria de hace dos semanas ante el Betis (0-2). En ese mismo estadio el equipo de Luis García cayó el sábado (3-1) en la que espera que sea la última derrota de una racha que no se vivía desde el curso del descenso, la temporada 2019-20 (seis). El duelo de los banquillos entre el técnico asturiano y Sergio González, de L’Hospitalet, guarda muchas coincidencias.

Sergio se crió en el Espanyol y su nombre da historia a la puerta 87, mientras que Luis García se hizo mayor de perico en las mejores campañas de su carrera y cada fin de semana los aficionados pericos pueden recordar con nostalgia esos momentos en su puerta, la 44. Aunque el primero jugó de 1997 a 2001 y fue el autor de uno de los goles en la final de la Copa del Rey del 2000 y el actual técnico perico estuvo de 2005 a 2011 y fue también protagonista del siguiente título, en 2006, ambos pudieron compartir vestuario ese mismo verano.

Aquel Espanyol que alzó la Copa y que se salvó en la última jornada con gol en el minuto 93 de Ferran Corominas, cambió radicalmente en verano. Paco Herrera asumió la secretaría técnica, Ernesto Valverde se hizo cargo del equipo y Pedro Tomás Márques, ex presidente de LaLiga, llegó como director general. Y en su cabeza tenía preparado un golpe de efecto, la vuelta de un Sergio González de 29 años, internacional y que seguía siendo una de las piedras angulares del Deportivo.

Pedro Tomás viajó a A Coruña a hablar con el futbolista y Augusto César Lendoiro, que era el presidente del Depor, y en el viaje de vuelta mostró un mensaje optimista sobre la operación. Pero todo cambió en cuestión de 24 horas, cuando se reunió con el agente y padre de Sergio en Montjuïc. Las declaraciones no tienen desperdicio en una época donde los fichajes se telegrafiaban. “Tomás se equivocó. No lo entiendo, ya habíamos llegado a un acuerdo, pero ahora no lo respetan y quieren algo diferente”, dijo Avelino González, el padre del futbolista.

Luis García, en el banquillo.Rodolfo MolinaDiarioAS

El propio director general, en una conferencia de prensa, salió a escena para explicar la operación: “El compromiso que tomamos el lunes con Lendoiro tenía demasiados datos indeterminados, ocultos, que cuando se constataron hicieron imposible la operación. No quiero acusar a nadie de mala fe, pero no hubo concreción. Quizá fue porque la reunión se alargó demasiado”, explicó y añadió: “El jugador queda indemne”.

Sergio, de técnico perico a verdugo

Se truncó el fichaje y la posibilidad de que Sergio estuviera en el mismo vestuario que Luis García, que había llegado el curso anterior y empezaba a convertirse en uno de los líderes del Espanyol, especialmente haciendo dupla con Raúl Tamudo, amigo de Sergio y compañero de batallas. También estaban en aquella plantilla Iván de la Peña y Albert Riera, quienes llegaron a la Selección. Y Sergio era la guinda que finalmente no le hizo falta a un Espanyol que alcanzó el subcampeonato de la UEFA.

Las vidas paralelas de ambos no se detienen ahí. Sergio González ya ocupó el banquillo donde ahora se sienta Luis García durante una campaña y media. Desde entonces, ha jugado seis ocasiones ante el Espanyol y solo perdió una, con el Valladolid en la campaña 2018-19. Ahora Luis García lo reto en una final anticipada. Dos rivales que pudieron ser compañeros.

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