PRIMERA | MARCELINO

“Con Peter Lim te sientes engañado”

Marcelino García Toral está en Gijón esperando un proyecto que le “convenza absolutamente”. A su puerta han llamado varios clubes para seducirle, “unos más atractivos que otros”.

PACO PAREDESDiarioAS

Marcelino García Toral (Villaviciosa, 1965) adapta la hora de la entrevista a la agenda de quien pregunta, algo que sucede pocas veces con entrenadores y síntoma de que ahora tiene tiempo para hacer sus cosas. Responde con pausa, atiende sin prisas, la misma que tiene por volver a los banquillos. Volverá. Seguro. Pero el guerrero también descansa.

¿Cuál es el último partido que ha visto desde la grada?

El Sporting-Levante el día de Reyes. Antes, el Real Madrid-Barcelona y Oviedo-Atlético.

¿Y ve muchos por televisión?

No exageradamente. No estoy obsesionado con ver fútbol. No tengo ansiedad de trabajar. Para mí es importante llenarme de energía cuando no estoy entrenando, porque después tengo poco tiempo para vivir, el trabajo me absorbe. Por eso ahora no estoy todo el día viendo ni hablando ni pensando en fútbol.

Y el que ve, ¿lo hace como aficionado o como profesional?

Yo diferencio entre ver fútbol y analizarlo. Ahora lo veo más que analizo. Claro que te fijas en cosas, pero sin analizarlas al 100%.

¿Tiene la maleta preparada?

No. Es verdad que las ligas van con un mes de retraso. Pero es difícil que cojamos nada ahora. No tengo esa necesidad de entrenar. Salvo que nos llegase un reto irrechazable, lo más prudente y sensato es esperar a junio.

¿No tiene mono de banquillo?

De verdad que no. No lo tengo porque me cuesta trabajo tomar decisiones cuando no estoy entrenando y, aunque hemos tenido bastantes propuestas, creo que solo puedes aceptar aquella que te convenza absolutamente.

¿Quién le ha llamado?

Eso no se dice (ríe). Unos más atractivos que otros, pero ninguno lo suficiente. Cuando te toca entrar con una temporada en marcha, tienes muchas posibilidades de equivocarte. Y mira que en 20 años de profesión, tres veces cogimos clubes a mitad y salió bien (Racing, Villarreal y Athletic). Quizás eso me hace pensar que alguna puede salir mal.

Si yo fuera el director deportivo de un equipo que le llama para ficharle, ¿qué me preguntaría?

Le diría que quiero analizar con mi cuerpo técnico el funcionamiento individual y colectivo del equipo. Después contrastaría nuestras opiniones con las suyas, que es quien conoce el día a día. Le preguntaría cuál es el objetivo del club y cuál es su objetivo realista. Si hubiera una ventana de fichajes cerca, saber las posibilidades de modificar la plantilla, y si no, profundizar en los jugadores: lesiones... Y, durante esas conversaciones, sentir por su parte pleno convencimiento de que somos el cuerpo técnico idóneo para revertir la situación o empezar un proyecto.

Se le vinculó con la Selección...

Yo pensaba que Luis Enrique seguiría, porque desarrolló un muy buen trabajo, pero la Federación decidió cambiar.

¿Y le llamaron?

No hubo nada. Hubiera sido un bonito reto, es una ilusión para mí y para cualquier entrenador español. Pero se decantaron por un compañero y le deseo todo lo mejor a Luis De la Fuente, porque lo bien que le vaya a él será bueno para el fútbol español.

¿Y cómo se vive que su nombre aparezca y no hubiera “nada”?

Bueno, llevo suficientes años en esto para relativizar cualquier información y la importancia de la misma. Simplemente no ocurrió. Hubo un discurrir de la situación en el que la Federación consideró otra decisión y ya está. Es una ilusión que no se transformó en realidad, como muchas otras en la vida profesional de un entrenador. A partir de ahí, a seguir trabajando en el próximo proyecto.

¿Y qué proyecto espera?

No espero nada. En el fútbol las cosas aparecen. Obviamente pretendemos un proyecto en proporción a nuestra trayectoria profesional y a los resultados obtenidos en las tres últimas experiencias (Villarreal, Valencia y Athletic), porque indican que somos un cuerpo técnico actualizado y en dinámica progresiva.

¿Con qué momento de su carrera se queda?

Afortunadamente ha habido muchos momentos buenos. Los ascensos, de Tercera a 2ªB en mi primer banquillo, y tres a Primera; títulos con el Valencia y Athletic... Por decirte uno, la Copa con el Valencia, por ser mi primer título y por ganarla contra quién y cómo se ganó. Pero te diría que es más fácil decirte el momento negativo con el que me quedo.

¿Y cuál es?

Pues mi primera experiencia como entrenador profesional en el Sporting. La idea era mantener la categoría, pero contra todo pronóstico nos pusimos hasta líderes en fases de la temporada. Pero al final no fuimos capaces de transformar todo un buen año en un ascenso. Era la primera experiencia en Segunda, en el Sporting, que tanto influyó en mi vida, y ese casi ascenso lo llevo dentro.

Me sorprende su respuesta.

¿Por?

Pensaba me hablaría de lo que le pasó en Sevilla, Villarreal o Valencia.

Bueno, a ver. En Sevilla los resultados no eran buenos... Y al final los despidos no dependen de ti, dependen de otras personas. ¿Qué vas a hacer? Aunque lo consideres injusto tienes que aceptarlo. Los despidos no tienen solución. Nuestra profesión indica que hay gente que está por encima que toma decisiones sobre nosotros. Un despido no lo aceptas de buen gusto, pero si los resultados no son positivos… Y lo de Valencia... pues son cosas inesperadas.

¿Ha llegado a entender su salida del Valencia?

No. Jamás lo entenderé. Ni yo ni cualquier persona vinculada al fútbol que piense de forma coherente. Jamás lo entenderé.

¿Cómo ve al Valencia?

Lo veo en una situación complicada, porque su dinámica no es nada positiva. El Valencia está acostumbrado a estar en la zona alta de la tabla y ahora está ligeramente por encima del descenso, eliminado de la Copa, que es una ilusión que sostenía al equipo y a la afición, y ahora en este nuevo escenario... se da una situación complicada, le deseo todo lo mejor a Voro y a la afición.

¿Le sorprende lo de Gattuso?

De Gattuso puedo decir que me gustó su propuesta y que me faltan datos sobre su salida.

Usted que ha estado con él, ¿cómo es Peter Lim?

Yo he hablado muchas veces de este individuo. Cada uno en su equipo hace lo que considera. Creo que lo peor es que alguien diga una cosa a la cara, sentado en una mesa, y luego lo cambie todo. A mí esa forma de actuar no me parece lo normal. Y seguro que igual que hizo conmigo lo hizo con otros técnicos. Creo que es todo muy sencillo, cuando dos personas están frente a frente y se dice lo que se piensa, el propietario marca el camino a seguir y el entrenador lo acepta o decide no seguir. Pero cuando dos personas tienen voluntad de entenderse siempre se entienden, pero es muy difícil de entender que te diga o te explique un proyecto de frente y nada más coges el avión, ese proyecto... ¿dónde está? Te consideras engañado y así me sentí, nada más que decir.

Cambio de tercio, ¿hubiera seguido en el Athletic de no haber habido elecciones?

No sé qué hubiera pasado, pero creo que sí. Si hubiera seguido la directiva que me contrató, aunque nunca se puede afirmar algo que no ha ocurrido, creo sí que seguiría, porque yo estaba francamente cómodo. Cuando hablo de mí, hablo del cuerpo técnico. Ellos nos transmitían su absoluta confianza y cariño.

Marcelino García Toral.Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

¿Con qué se queda de esa etapa en San Mamés?

Tuvimos alguna situación difícil, como fue perder la final de Copa contra la Real. Pero había un entendimiento absoluto y una confianza muy grande. Estoy muy agradecido del trato y cariño que recibimos. Fue una vivencia con unos futbolistas extraordinarios y una grada fabulosa, además del trato que recibí de Alkorta. El Athletic significa mucho dentro de la sociedad vizcaína y he tenido suerte de vivirlo. Lo normal es que si no hubiera habido periodo electoral, habría seguido allí.

¿Qué le dio al Athletic para que en eliminatorias a partido único pareciera imbatible?

Fuimos casi imbatibles, porque por desgracia no lo fuimos del todo en las dos finales de Copa. Es un equipo competitivo y allí viví una grandísima experiencia a nivel personal y profesional. En San Mamés hay un plus. Los partidos de San Mamés son muy atractivos, hay una comunión absoluta entre la afición y el equipo y es una gozada vivirlos como entrenador del Athletic. Me tocó vivir varias noches mágicas y es una experiencia fabulosa.

De lo último a lo primero, ¿qué queda del Marcelino que empezó entrenando al Lealtad?

Queda la idea. Una idea que he ido perfeccionando. Cuando me entró el gusanillo de ser entrenador, era una apasionado del juego del Milán de Sacchi y también del Valencia de Rafa Benítez. Allí empecé a desarrollar esa idea, que luego la vas aplicando y desarrollando con matices, en función de los futbolistas que tienes. Pero esa idea de jugar de forma dinámica, de transiciones rápidas, de tener posesión para progresar, hacer el mayor número de finalizaciones, buscar equilibrio… ya la tenía en el Lealtad. Y todo eso luego lo he ido adaptando a mis jugadores y a la filosofía propia del club al que vas. Tienes que aplicar un estilo que esté acorde a la historia y filosofía del club.

¿En qué ha cambiado el fútbol desde entonces?

Cambia en cosas, pero tampoco en tantas, no te creas. Se tiende al cambio cuando hay un equipo que resulta campeón con un determinado estilo y se imita. El Barcelona de Guardiola generó una tendencia, como en mi caso el Milán de Sacchi. Pero siempre hay otros equipos que juegan de otra forma y también son competitivos. Y en esa otra forma, desde mi punto de vista, no ha cambiado mucho. Lo que sí hay ahora es más información, más tecnología, y eso te da facilidades.

¿El VAR ha influido en algo?

¿En el estilo? Para mí no. Ha influido en cómo actúan los defensores en las áreas. Me da pena verles constantemente con los brazos atrás. Les limita su movilidad y rendimiento. Yo a mis jugadores les digo que no pongan los brazos atrás, que actúen con normalidad, porque así son mejores, y si el balón les pega, pues les pega. Ahora hay más penaltis, un fuera de juego más arriesgado… pero el VAR hace el fútbol más justo, no es la perfección porque siempre que haya una percepción humana la perfección no existe, pero lo hace más justo.

¿Y el futbolista ha cambiado en algo?

Ahí sí hay cambio. Sí hay diferencias entre los chavales que yo entrenaba hace 20 años y los de ahora. Y ni te digo de cuando yo era jugador, que aparecías por el primer equipo y tenías un respeto exagerado a los veteranos. Ahora no digo que no haya respeto, pero no hay esa sensación casi de miedo. Pero así es la sociedad. Antes acababa un partido y lo comentabas en el vestuario, ahora la mayoría coge su móvil y se pone los cascos. Pero la labor de un entrenador está en crear unas pautas, un diálogo, un comportamiento para cohesionarles.

¿Cómo ve la salud del fútbol español? El último de la Premier ha gastado más en enero que todos los equipos de Primera.

Ese dato dice mucho. Salvo Real Madrid y Barcelona, ningún otro, solo el Atlético en algunos aspectos y no en todos, puede competir con la Premier. Pero pasa igual en Alemania, Francia o Italia. Eso hace que el talento español y del resto irá a la Premier.

¿Cómo lleva el inglés?

Necesito un curso intensivo.

¿Le llama una aventura allí?

Sí, claro, pero España, Italia y Alemania también tienen componentes importantes de atracción.

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