Con Josep Martínez empezó todo

De inclinación vendedora, tampoco es que le quede mucho más remedio entre tanta voracidad financiera del fútbol mundial, Las Palmas ha utilizado en los últimos años a su cantera como una grandísima fuente de ingresos de la entidad. El último ejemplo se vivió la semana pasada, cuando se cerró el traspaso de Coco al Torino por alrededor de 8 millones de euros y 2 en variables.

Hace unos años llegaron los de Roque Mesa al Swansea por 12,5 millones de euros o el más que sonado de Jonathan Viera al Beijing Guoan, del que fuentes conocedoras de las negociaciones sitúan en torno a los 18 millones por un futbolista que, unos años antes, se marchó al Valencia por 2,5. Imposible olvidarse, claro, del trasvase de Pedri al Barcelona, que entre unas cláusulas y otras le generó a Las Palmas 23 de millones de euros, que serán unos cuantos más si el tinerfeño sale algún día de la Ciudad Condal vía traspaso. El precio de partido fueron cinco millones de euros cuando el propio Pedri no era más que un juvenil.

Precisamente, Las Palmas se reencuentra hoy con uno de esos canteranos que han dejado pingües beneficios en las cuentas bancarias de la entidad grancanaria. Resulta que Josep Martínez se incorporó este verano a la disciplina del Inter de Milán, que recibe esta tarde a la propia Unión Deportiva. El portero valenciano aterrizó en el club grancanario en el verano de 2017, desde la cantera del Barça, para incorporarse directamente al filial amarillo siendo apenas un juvenil con proyección. Tras una primera temporada en la que fue la extinta 2ª B con Las Palmas Atlético, Martínez se turnó al año siguiente con el primer equipo, del fue miembro de pleno derecho en la temporada 2019/2020. Aquel pandémico verano fue traspasado por 2,5 millones al Leipzig, donde apenas jugó dos partidos en el mismo número de temporadas. El verano pasado se marchó al Genoa, donde se hartó de participar (36 partidos) y justificó, además, su venta al Inter, campeón italiano.

Mayor fue el vaivén que vivió Álex Domínguez, quien siguiera la estela de Josep como portero canterano cuya salida engorda las arcas insulares. El futbolista de Granollers llegó a Gran Canaria desde el Alavés en 2019 para jugar también en Segunda B. El primer equipo de Las Palmas fue su hogar durante el curso 2020/21, tras el que estuvo un año cedido en el Ibiza. Durante la temporada 2022/23 apenas tuvo opciones, pues Álvaro Valles ya empezaba a despuntar. Así, apenas jugó ocho partidos que no le impidieron irse al Toulouse francés, donde no jugó nada en el curso recientemente concluido, por cantidades que nunca se conocieron.

Valles continúa de momento

En Las Palmas sigue, de momento, Álvaro Valles. No hay dos sin tres. Ocurre que el portero sevillano, ni que fuera un calco de sus compañeros, también llegó directamente a Las Palmas Atlético, en su caso en 2018. Y como Martínez y Domínguez, la Unión Deportiva espera sacar la mayor tajada posible por él. Obliga, claro, su presunta negativa a renovar un contrato que se acaba en 2025.

Luis Helguera confirmó hace algunas semanas que había negociaciones muy cerca de expirar con un club extranjero muy interesado en Valles. No era otro que el Olympique de Marsella, con el que Las Palmas pactó una venta por 8 millones más otros dos por bonus de fácil cumplimiento. Lo mismo que con Coco. Sin embargo, Valles tiene cerrado un acuerdo con el Betis, su club de formación. Solo contempla un futuro verdiblanco, mas desde Sevilla no se llega de momento ni a la mitad de lo que ofrecía el Olympique. De momento, Valles sigue entrenando como uno más aunque no ha jugado ningún amistoso. Tampoco el de esta noche contra Josep, pues ni siquiera ha viajado a Italia.

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