Bermell: “Kempes era extraordinario; Mágico, de los mejores de la historia”
El exportero de Valencia y Cádiz en los 80 y 90, analiza con AS su trayectoria y el Valencia-Cádiz del domingo.
José Ramón Bermell (Palma de Mallorca, 1962) vivió casi toda su carrera entre el Valencia y el Cádiz. Fue un portero que en el Valencia debutó por una huelga de la AFE y luchó por un puesto de titular con el mítico Sempere durante cinco temporadas, tras subir del Mestalla; y en Cádiz logró mantener la categoría durante seis temporadas seguidas.
Coincidió con Fernando, Arias o Subirats en el Valencia; y con Juan José, Carmelo o un joven Kiko Narváez en el Cádiz. Pero sobre todo con dos superestrellas del verde, en la época: Mario Kempes, en el Valencia; y Mágico González, en el Cádiz. El domingo verá el Cádiz-Valencia con el corazón partido.
-Cuénteme, ¿qué es de su vida?
-Desde que me retiré, me vine a vivir a Palma y he estado todo este tiempo hasta ahora. De vez en cuando he ido a Cádiz en alguna ocasión... por Valencia también, porque en Valencia tengo familia. Pero vamos, básicamente he hecho base en Palma de Mallorca.
-¿Y a qué se dedica? Porque usted, además de futbolista era abogado...
-Sí. Estoy ejerciendo y tengo unos negocios inmobiliarios también. Lo que pasa es que ahora ya estoy casi en prejubilación.
-Vamos a hablar de cuando estaba en plena carrera futbolística. Mañana se enfrentan Valencia y Cádiz. Y usted pasó casi toda su carrera en estos dos clubes...
-Sí, antes de empezar me gustaría dar el pésame a la familia de Castellanos. Habíamos perdido el contacto pero realmente me supo muy mal porque era un gran compañero. Él coincidió conmigo en el Valencia. Yo empecé en el Mestalla, luego pasé al primer equipo y allí estuve unos cuatro o cinco años y después de allí marché a Cádiz y allí prácticamente completé la carrera. Después jugué el último año en Zaragoza. Estaba Andoni Cedrún, de portero titular, y yo estuve todo el año de suplente, por lo que básicamente han sido los dos equipos donde he estado prácticamente toda mi carrera a nivel profesional. En Valencia estuve más tiempo y tenía más vinculación familiar, porque mi padre era de Valencia y mi familia también.
-Usted debuta en un partido especial, en 1982, en una jornada en la que algunos futbolistas (los que estaban adscritos a la AFE) hicieron huelga. ¿Cómo fue aquello?
-Hubo una huelga de futbolistas y yo estaba en el filial. Entonces, cogieron a unos cuantos jugadores del filial porque hubo algunos que no hicieron huelga y otros que sí. Y entonces, pues me tocó a mí, que no era profesional. Tuvimos que jugar varios del Mestalla.
-Contra el Atlético (2-1), en el Calderón...
-Sí con ellos jugaron todos los profesionales. Estaba Hugo Sánchez que me marcó uno de los goles. Eso era el principio de la AFE y no estaba todo tan profesionalizado, como está hoy en día. Entonces eran los inicios y hubo cierto desconcierto porque nunca había habido una huelga de futbolistas. En los equipos algunos jugadores pertenecían a AFE y hacían huelga, otros equipos se negaron a hacerla. Entonces, en Valencia coincidió que había un grupo que sí que estaban afiliados a AFE y secundaron la huelga. Los equipos de Madrid creo que no hicieron ninguno huelga, no recuerdo exactamente. Pero sé que jugamos contra el equipo habitual. La figura más significativa del Atlético era Hugo Sánchez. Era el que tenía más nombre, el que tenía más fama en ese momento.
-En el Valencia llegó a compartir portería con Pereira, que un par de años antes había parado el penalti que le dio la Recopa al Valencia; con Manzanedo, un clásico de la época; y con Sempere.
-El primer año, yo era recién subido del filial y el año anterior ya había estado entrenando con el primer equipo. Entonces, coincidí con Pereira, estaba Manzanedo, estaba también Pepe Balaguer, que fue el año que se retiró, y estaba José (Sempere). Éramos cinco porteros. Luego, Manzanedo había tenido una lesión y se fue, no sé dónde; Pereira creo que firmó con el Atlético de Madrid; y prácticamente los otros años nos quedamos Sempere y yo. Fuimos alternándonos en la portería.
-Uno de los partidos que usted juega es el del famoso gol de Tendillo al Real Madrid, en 1983, que salva al Valencia en la última jornada. ¿Cómo fue aquello?
- Sí, sí, lo jugué yo. Nosotros habíamos estado muy mal ese año y necesitábamos ganarle al Madrid, en la última jornada. Al Madrid, con un empate, le bastaba para ser campeón. Y nosotros teníamos que ganar al Madrid y se tenían que dar una serie de resultados. Al final se dieron todos los resultados y nosotros ganamos con el gol de Tendillo. Y yo tuve la suerte de jugar ese partido. Eso fue una gran alegría, pero el Valencia estaba un poco ya metido en una vorágine de deuda y de ir hacia abajo, que acababa de empezar. Fueron años de reestructuración, había problemas económicos. Eso motivaba que no se pudiesen hacer ciertos fichajes para reforzar el equipo. Fueron unos años malos. Había también ciertos enfrentamientos a nivel de directiva.
-Fue un Valencia que peleaba cada año por no descender. ¿Le recuerda, salvando las distancias, al actual?
-El fútbol no tiene nada que ver ahora con el de antes, tampoco en los despachos. Ahora son sociedades anónimas. El dueño, por ejemplo, del Valencia está en Singapur. Yo creo que es totalmente diferente, es un fútbol diferente a todos los niveles. Esto se ha profesionalizado, tal vez en exceso, y los únicos que se han mantenido en la misma tesitura que estaban en la época que yo jugaba son los aficionados. El aficionado es el único que mantiene el espíritu, mantiene la identidad del club y es el último eslabón que queda de los clubes. Hoy en día el Valencia podría perfectamente tener su sede en Bilbao y el dueño ser chino. Y los empleados y los jugadores no ser ninguno de Valencia. Esa identidad de club es lo que se ha perdido. Se ha ganado en muchos otros aspectos a nivel de gestión, a nivel de derecho deportivo, a nivel social. En fin, se ha ganado mucho en estructura, en estadios, en mejoras, en profesionalización.
-Una vez retirado, ¿nota mucho esa pérdida de identidad de los clubes?
-Sí. Todo esto ha hecho que se perdiese la identidad del club. Antes, los que jugábamos en el Valencia, éramos gente que habíamos subido del filial o gente que ya llevaba mucho tiempo en Valencia y había una cierta identidad de club, no solo en el Valencia, sino en los otros clubes. Había esa identidad propia, que es lo que mantienen los aficionados. Y los directivos no la tienen.
-De aquella época también coincidió con la vuelta de Kempes.
-Sí, fue un jugador excepcional. Era muy bueno, lo que pasa es que ya venía con una lesión que había tenido y le costaba un poco recuperarse. Él ya tenía cierta edad y no era como ahora, porque los futbolistas tienen muchos más medios a nivel médico y a nivel deportivo y físico: fisioterapeutas, alimentación... en fin, había otro tipo de cosas, pero Mario aportó en esta segunda etapa. Quizás no tanto como en la primera, que creo que fue mucho más brillante, pero yo creo que fue un jugador muy destacado y muy importante para el Valencia.
-Y de compartir vestuario con Kempes pasó a hacerlo con Mágico González...
-Coincidí con Mágico, sí, era un futbolista espectacular. En Cádiz se le recuerda y yo creo que es de los mejores futbolistas que han pasado no solo por el Cádiz, sino de la historia de la Primera División. Tenía una técnica excepcional, unas condiciones físicas que no necesitaba prácticamente ni entrenar, pero tenía el carácter que tenía... era un bohemio y jugaba igual que vivía.
-Cuénteme alguna de Mágico de esas que cuenta cuando se va a comer con los amigos.
-(ríe) Uno de los primeros años que yo estaba allí, me contaron que se fue a El Salvador. Y el presidente Irigoyen se fue a buscarlo, porque había muy pocos socios. Necesitaba un revulsivo y se fue a buscarlo. Y estaba por ahí, creo que trabajando de taxista, no estaba ni jugando. Entonces, lo reincorporó al equipo. Y en la época primera en el Cádiz me contaron que el Barcelona hacía una gira por Sudamérica y, como era muy conocido por allí, pues se lo querían llevar. Firmaron un contrato para llevárselo y el día que tenía que salir no aparecía. El presidente mandó a alguien a su casaa buscarlo... y Mágico no aparecía. Se había ido la noche anterior con un amigo suyo, que había venido a verle y no apareció hasta el mediodía. Cuando apareció, le dijeron: “Tienes que irte. Tenemos el contrato firmado. Esta gente ya nos ha pagado el dinero para hacer el viaje”. Y él dijo: “No, no, no. Mi amigo va a estar aquí dos días y yo dentro de dos días me iré, pero ahora no dejo a mi amigo aquí sólo”. Y así lo hizo. El club tuvo que llamar al Barça y decir que no se encontraba muy bien, que estaba un poco enfermo y que lo mandarían después con otro vuelo. Y a mitad de gira del Barcelona, lo devolvieron. Era terrible. Por lo visto, salía todas las noches, se escapaba del hotel... Por eso digo que era un personaje que cualquier otro jugador de esa época, tener la posibilidad de ir a Barcelona y a lo mejor de que te fichasen... pero él no, él estaba en otra onda totalmente diferente.
-En Cádiz estuvo seis años. Y en los seis se mantuvo en Primera...
-Sí. Hombre, sufrimos mucho porque el Cádiz es un equipo que está acostumbrado a esto. Está siempre en la zona baja y está ahí siempre peleando para mantenerse. Pero fue una época brillante. Sí, nos mantuvimos ahí unos seis años estuvimos en Primera División. Coincidí con Kiko, coincidí también con Quevedo, que jugó muchos años en el Atlético, con José, que jugó en el Mallorca. Y con Pepe Mejías también. Carmelo, Juan José, que venía del Madrid... después también estaba Cabrera, que venía del Atlético. En fin, había un buen equipo, se formó una buena plantilla. Había muy buen ambiente y eso ayudó bastante.
-¿Cómo ve al actual Valencia?
-El Valencia, el año pasado lo pasó muy mal. Prácticamente se salvaron de milagro. Y este año veo que van mejor, están mejor clasificados. Ha pasado ya toda una vuelta del campeonato, y más o menos andan bien, pero claro, es difícil. Es un club que debería estar mucho más arriba de lo que está.
-Está subiendo mucho joven también, como en su época.
-Sí. Esto es consecuencia de la falta de dinero para hacer fichajes. Es una consecuencia de esto. Yo creo que está bien que suban y significa que se hace un buen trabajo en la base, jugadores que pueden estar preparados, pero siempre se necesitan unos toques en determinados sitios. Es complicado solo nutrirte de la cantera. De hecho, creo que no hay ningún equipo primera que pueda hacerlo.
-Como exportero, ¿qué opina de Mamardashvili?
-Yo creo que un portero necesita tiempo para curtirse, necesita jugar muchos partidos, pero yo creo que la progresión y el resultado que está dando es muy bueno. Además, creo que está Ochotorena entrenándolo y esto es una garantía. Yo creo que es un portero que en Valencia está muy bien. Tiene la portería muy bien cubierta.
-¿Y el Cádiz? ¿Lo ve capaz de mantenerse cinco o seis temporadas, como cuando estaban ustedes allí?
-Bueno, el Cádiz está acostumbrado a estar en esa zona y a jugar con esa presión. En la Liga hay un equipo que prácticamente ya está descolgado y ya está la batalla entre dos equipos, dos equipos más, que se meterán ahí bajo. Y las diferencias son muy pocas, porque están a tres o cuatro puntos. Aquí, con este sistema de puntuación, ganas un partido y te sales de abajo. Es muy pronto todavía, pero están ahí, hay un grupo de equipos que se van a disputar esos dos sitios de descenso. Yo creo que hay uno que ya está descartado, que lo va a tener muy difícil, porque en una vuelta haces el reflejo un poco de lo que va a pasar.
-Y por último, ¿cómo ve el partido del domingo?
-Es que hoy en día es muy difícil vaticinar. Yo creo que los equipos se conocen todos mucho, se tienen todos muy marcados y muchos partidos se deciden en jugadas de estrategia. Después depende del tema de las lesiones, también con esa sobrecarga de partidos y de torneos es terrible. Hay cantidad de lesiones. Yo creo que será un partido disputado, un partido en el que el Cádiz va a intentar ganar por todos los medios.
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