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Barça y Girona unidos por el apellido Yaakobishvili

Los futbolistas húngaros, que militan en Barcelona y Girona, tienen como objetivo asentarse en Primera División. Antal ya ha sido tiular; Áron brilla en el Juvenil A.

Hay algo mejor para un futbolista que llegar a la élite: hacerlo acompañado por su hermano mientras él también pelea por un objetivo que está al alcance de muy pocos. Esta historia es la de Áron (2006) y Antal Yaakobishvili (2004), dos hermanos de procedencia húngara que llegaron a Barcelona gracias a una oferta de trabajo que recibió su madre y ahora disfrutan del fútbol en dos de los mejores equipos de La Liga: Fútbol Club Barcelona y Girona.

Su relación con el fútbol comenzó desde bien niños, cuando sus padres decidieron apuntarlos al equipo del barrio. Tras pasar por distintos equipos y destacar en todos ellos, la cantera del MTK Budapest, equipo que milita en la OTP Bank Liga (primera división húngara), se fijó en los hermanos Yaakobishvili. Ambos ficharon por el conjunto de la capital y, aunque Áron tenía 11 años y Antal 13, era habitual que los hermanos subiesen a entrenar con el juvenil. Tenían un punto más de talento y desde el club húngaro no tardaron en verlo.

La llegada a Barcelona no fue fácil. Toda la familia se embarcó en una aventura donde el idioma, la cultura y el estilo de vida no tenían nada que ver con lo que conocían hasta ese momento. Dejaron atrás familia, amistades y sueños. Mientras sus padres luchaban por darles una mejor calidad de vida, Áron y Antal combatían la nostalgia jugando en las categorías inferiores del Atlètic Sant Just, un modesto club cercano a la Ciudad Deportiva Joan Gamper. En el San Just, los Yaakobishvili tuvieron caminos dispares: Áron llegó con 11 años y estuvo 12 meses, pues el Barcelona llamó a su puerta, hizo las pruebas y se unió al infantil. Antal, que necesitó más adaptación, estuvo hasta 2021, año en el que el Girona le reclutó para su Juvenil A.

Antal, un recurso para Míchel

Después de pasar dos años en el Juvenil A, el pasado verano Antal pasó a formar parte del Girona B, que milita en el tercer grupo de 3 RFEF (quinta categoría). Míchel, que presta especial atención a lo que ocurre en las categorías inferiores del club, le llamó en varias ocasiones para entrenar con los mayores. Y el 17 de enero llegó el día del debut. Antal Yaakobishvili saltó al campo sustituyendo a Juanpe en el encuentro de Copa del Rey frente el Rayo de Vallecano. Su envergadura (1,93) le permitió ganar duelos y mantener a raya a Raúl de Tomás y Falcao; su calma con balón, ser generador de ventajas en los primeros pases.

Las lesiones de Eric Garcia, Juanpe y David López han permitido al zaguero húngaro ganarse un puesto en las convocatorias del técnico madrileño. Tras el debut, volvió a participar en el encuentro de liga frente al Sevilla. Esta vez algo más de 60 minutos, pues Juanpe recayó de la lesión y pidió el cambio. En rueda de prensa, Míchel confirmó que “es un jugador sobre el que tenemos confianza y ha crecido aquí”. “Está preparado porque mentalmente es fuerte. Puedes tener cualidades y fútbol, pero si la mentalidad no es la correcta es muy difícil jugar en Primera”, añadió.

Antal Yaakobishvili en el encuentro contra el SevillaSiu WuEFE

Algunas de sus virtudes se observan a simple vista: un físico portentoso, gracias al que puede corregir, saltar lejos, despreocupar su espalda y ser amenaza en el juego aéreo. Pero detrás de este ‘gigante’ húngaro se esconde un pie fino y la capacidad para filtrar y generar ventajas desde la primera línea. Su primera titularidad fue amarga: provocó un penalti y el Girona cayó eliminado de Copa, pero escuchando a Míchel, parece que el mayor de los Yaakobishvili tomará este error como impulso y no como obstáculo.

Hace escasos días, el central húngaro amplió su contrato con el conjunto gerundense hasta 2028. Esta renovación viene cargada de intenciones: el Girona vislumbra en Antal un central con potencial para quedarse en el primer equipo.

Áron, uno de los porteros más prometedores de La Masia

Históricamente, la posición de portero en el Barcelona ha sido igual de exigente que sufrida. Cada error es analizado con lupa y los aciertos no se premian, sino que se presuponen. Dos de los grandes guardametas de los últimos años en el equipo catalán han sido Víctor Valdés y Marc-André ter Stegen, dos perfiles que dominan el área y ofrecen soluciones en salida. El alemán no será eterno y desde el club azulgrana confían en dos nombres: Diego Kochen y Áron Yaakobishvili.

El portero húngaro solo estuvo un año en el Atlètic Sant Just y en 2018 pasó a formar parte de las categorías inferiores del Barcelona. Desde que llegó no ha habido curso donde no haya sido importante. En la temporada 2021/22 coincidió en el Cadete A con Héctor Fort, Lamine Yamal o Marc Guiu, tres de las mayores promesas de La Masia.

Áron Yaakobishvili junto a Ter Stegen durante un entrenamiento con el primer equipoRODOLFO MOLINADiarioAS

Áron Yaakobishvili, más conocido dentro del club como ‘Yako’, es un portero muy completo. Lo que más caracteriza al húngaro es su juego de pies, pues la capacidad para jugar con ambas piernas le facilita poder perfilarse y golpear con precisión. Además, no tiene miedo a abandonar la portería cuando la jugada lo requiere y es ágil bajo palos. La estatura de Áron (1.85) hace que su punto débil sea el juego aéreo, aspecto que podrá mejorar una vez crezca algunos centímetros más.

El buen hacer en la UEFA Youth League y la lesión de Ter Stegen hicieron que ‘Yako’ entrase, ante el Rayo Vallecano, en una convocatoria del primer equipo por primera vez, hecho que se repitió en Copa contra el Barbastro. La vuelta del guardameta alemán, que está más cerca que nunca, traerá de vuelta la jerarquía habitual: Diego Kochen y Áron Yaakobishvili se disputarán la titularidad en el Juvenil A.

Cuando no entrenan o están de viaje, los hermanos intentan pasar tiempo en familia para evadirse de la burbuja en la que están inmersos los futbolistas. Áron, el pequeño, estuvo presente en el debut de Antal contra el Rayo Vallecano, precisamente el club contra el que se estrenó en una convocatoria. Esto demuestra que todas las historias tienen puntos en común, solo hay que encontrarlos.

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