BARCELONA

Así fabricó Xavi al nuevo Dembélé

Convenció al club de no apartarlo, le dio confianza y el jugador se la ha devuelto con 21 asistencias y una regularidad tremenda. El nuevo Dembélé no se lesiona.

Hace un año, Ousmane Dembélé (15-5-1997, Vernon) no se iba a vestir más la camiseta del Barça. Así de crudo. Rebotado con su representante, Moussa Sissoko, que traía loco al club azulgrana con sus pretensiones peregrinas para un jugador que llevaba cinco temporadas sin dar el nivel exigido en un fichaje de 140 millones de euros; y sin jugar con regularidad por culpa de sus múltiples lesiones, Mateu Alemany cogió la calle de en medio. “O renueva o tiene que salir”, dijo en los medios oficiales del club. La cosa estaba tan tirante que Xavi se dio un tiro en el pie y no lo citó, siguiendo órdenes de Laporta, para el partido de octavos de final de Copa contra el Athletic Club en San Mamés. El Barça perdió. Pero el pulso siguió. Dembélé tampoco jugó tres días después en Vitoria. No viajó por una “indisposición” y el club insistió en buscarle una salida. Fueron días duros.

Dembélé tenía la sartén por el mango. Ni tenía que renovar ni nadie le podía obligar a salir. Así que consciente de que tenía una bomba a punto de explotarle en el vestuario, Xavi, que desde el día de su presentación había gritado a los cuatro vientos cuánto creía en él (“puede ser el mejor jugador del mundo en su posición”), recuperó sus viejas artes de buen manejador de vestuarios y avisó al club de lo que estaba en juego. Un vestuario no se toma nada bien que un compañero de profesión esté apartado. No sólo eso. Por más que el Barça hubiese fichado a Ferran Torres y Adama (este cedido), Dembélé le podía dar cosas al equipo. Lo de la renovación ya se hablaría. Xavi ganó el pulso. Primero, informó al vestuario de la situación de “exclusión” del francés por las frivolidades del agente. Y luego, le reintegró. Eso caló en Dembélé.

El francés se convirtió desde entonces en un incondicional del técnico. El 13 de febrero, un mes justo después de jugar su último partido (semifinal de la Supercopa en Riad contra el Madrid), jugó un cuarto de hora en el derbi contra el Espanyol. Desde entonces, Dembélé ha jugado 49 partidos de 51 posibles (sólo ha dejado de jugar la penúltima jornada de Liga del curso pasado contra el Getafe y el partido de Copa ante el Ceuta). El dato no es baladí. Significa que es un jugador imprescindible para el técnico. Y, sobre todo, que no se lesiona. Dembélé ha pasado de ser un jugador con problemas físicos crónicos a ser un jugador fiable que, además, hace números. Con Xavi como entrenador, Dembélé ha dado 21 asistencias de gol. Y según datos de la Inteligencia Artificial, es la mejor temporada de su carrera: con sus acciones totales (ofensivas + defensivas + construcción de juego) ha conseguido que el Barça genere un gol cada 163′.

“Todo es gracias a Xavi”, han llegado a resumir quienes más cerca están de Dembélé, que si renovó hasta 2024 fue por el técnico de Terrassa. Xavi es el entrenador que le ha dado la confianza que no tuvo entonces y que le hizo confiar en sus condiciones. Dembélé ha mejorado en todo en el último año. Su toma de decisiones en el campo es mejor (las sesiones de vídeo son clave), su estilo de vida hace tiempo es mucho más saludable (se casó en diciembre de 2021, hace unos tres meses que vive en Sant Cugat). Su ascendencia con los compañeros en el vestuario después de algunas marchas de pesos pesados ha crecido. “El jugador más difícil de parar es Dembélé en los entrenamientos”, dijo recientemente Balde porque, como bien explicó Xavi este miércoles por la noche, “ves la cara de los laterales y sufren con Dembélé”.

Contra la Real, se llevó seguramente la mayor ovación que se le recuerda como jugador del Barça. Su gol no estuvo a la altura de aquel que le hizo al Chelsea en la eliminatoria de octavos de la temporada 2017-28. Ni de aquel gol al Tottenham en un partido intranscendente. Pero fue muy celebrado. Y coronó el que, seguramente, sí fue su mejor partido como futbolista del Barça.

Volvamos al inicio. El 26 de enero de 2022, hace este jueves un año, Dembélé era historia en el Barça. Sólo hacía falta hacer oficial su adiós. Un año después, es una de las banderas del equipo, el entrenador cree en él a pies juntillas y el Barça, que sabe que termina contrato en junio de 2024, sabe que empieza otra batalla para su renovación. Pero esa es otra historia. Xavi ha fabricado un nuevo Dembélé en un año.

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