A Anfield en ‘modo leyenda’

Las 13 victorias en 14 partidos del Madrid de Xabi Alonso pueden parecer, por la magnitud de la leyenda blanca, un tema baladí. Pero no lo es. Más aún, es algo que sólo ha sucedido dos veces más en los 126 años de historia de la entidad. Hay que remontarse a la temporada 1928-29, con Berraondo en el banquillo, para atisbar el primer precedente. Fueron 13 ganados y un empate. Y luego a la 1961-62, con el mítico Miguel Muñoz como técnico, para encontrar el segundo. Él, como Xabi, ganó 13 y perdió uno. Hace ya 64 años de aquella última gesta. Se puede decir sin tapujos que este Madrid que ha construido el técnico tolosarra busca la leyenda.

Xabi ya ha justificado el cambio en el banquillo reflotando jugadores que se habían quedado sin luz en los últimos tiempos de la era Ancelotti. Sobre todo a Tchouameni, por el que el Madrid pagó 80 millones de euros al Mónaco y que, antes de su llegada, se había convertido en un jugador meramente residual y pitado por el Bernabéu. Pero también a Güler, una de las grandes esperanzas del club por su juventud. Con Xabi, también, Bellingham (otra mega inversión de más de 100 millones) ha vuelto a su mejor versión, aquella de su primera en el Real Madrid en la que terminó marcando 23 goles y dando 13 asistencias. Jude, tras la llegada de Mbappé, no había encontrado su posición ideal en el ecosistema blanco… hasta ahora.

Sin apenas tiempo de pretemporada, Xabi ha acabado por construir un equipo sólido y serio que va creciendo a medida que pasan los partidos. Un equipo impenetrable en defensa. Ahí empieza todo. Su Madrid ha encajado 11 goles en los 14 partidos jugados, una media de 0,78. Sin contar el accidente del derbi habrían sido 6 en contra en 13 encuentros. Para ponerlo en perspectiva, la pasada temporada el equipo recibió 84 tantos en 68 encuentros, a una media de 1,2 tantos por partido. Con Xabi, en 14, ya ha habido siete porterías a cero (50%) y seis veces en las que sólo ha encajado un gol.

Líder con autoridad en Liga y con pleno (tres de tres) en Champions, Xabi Alonso se presenta en el templo de Anfield, donde también es leyenda, consolidado como uno de los entrenadores del momento por dar en el Madrid continuidad a lo que ya hizo con el Leverkusen, con el que consiguió acabar con la hegemonía del todopoderoso Bayern en la Bundesliga ganando el campeonato doméstico, la Copa y la Supercopa. Aquí ha debutado con 10 victorias y 1 derrota en LaLiga. Y, del mismo modo, sólo hay tres entrenadores que ganaron diez de sus once primeros partidos en Primera desde 1929, cuando arranca el campeonato. Son Tito Vilanova (Barcelona) en la 2012-13, el Tata Martino (también Barça) en la 2013-14 y Flick el curso pasado.

No ha sido un camino de rosas para el tolosarra. Para empezar, aceptó el reto de coger a un equipo en dinámica descendente para el Mundial de Clubes sin apenas margen de acción. Para él, fue trabajo adelantado a pesar del daño reputacional que le supuso la contundente derrota ante el PSG en la semifinal. Pero llevó al equipo hasta allí contra todo pronóstico. A nivel individual ha tenido que apagar varios incendios. El principal, el conflicto provocado por Vinicius, incómodo por su pérdida de estatus tras la llegada de Mbappé. Ese tema parece resuelto y reconducido. Pero también lidió con el desplante que vivió con las declaraciones de Valverde (“no nací para ser lateral”), una situación, también, reconducida, o con la petición de Rodrygo de jugar en la izquierda o de Camavinga de no hacerlo en la derecha.

Con respecto a la gestión del dinero invertido por el club este verano, 179 millones, Xabi también ha demostrado ser un hombre de club. Huijsen (58) y Carreras (50) están plenamente integrados en el once titular y rindiendo al máximo nivel europeo. El fichaje más mediático, Mastantuono (63,2), también ha tenido su espacio, quizá uno mucho mayor del rendimiento ofrecido, por necesidades del guion. Con 18 añitos recién cumplidos ha tenido hasta 9 titularidades el argentino por las tres y tres de Brahim y Rodrygo, respectivamente. Sólo Trent por su inoportuna lesión y el empuje de Dani Carvajal no se ha instalado aún en el equipo. Un mal menor, pues sólo costó 8 millones. Con él, de momento, Xabi va piano piano. Con el Madrid, en cambio, todo va a una velocidad de vértigo.

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