Primera tarea para 2023: mejorar la estrategia

Una de las claves del escaso número de goles que acumula el Racing en la primera vuelta de su regreso a Segunda es la casi nula efectividad de cara a la portería rival en las acciones de estrategia. Lo que la pasada temporada fue una de las claves del ascenso se ha convertido en esta en una losa. Es cierto que ya no cuenta con la bota derecha de Pablo Torre a la hora de poner en juego esos balones parados, pero un solo gol en 21 partidos es un cosecha casi ridícula. Jorge Pombo, que remató de cabeza un saque de esquina de Íñigo Vicente frente al Zaragoza, ha sido el único racinguista que ha logrado marcar en una de estas acciones.

El nuevo técnico racinguista, José Alberto, consciente de ese déficit tanto por los datos que le anota lo que ahora se conoce como big data como por haber visto la totalidad de los partidos del equipo, dedicó ya gran parte de su segunda sesión al frente de la nave verdiblanca a comenzar a ensayar las acciones a balón parado. Dar con la clave de tan bajo rendimiento no es fácil. Es cierto que no tiene a sus órdenes a Pablo Torre para botar los saques de esquina o las faltas indirectas ni a Patrick Soko para entrar al remate, pero Íñigo Vicente no es mal sacador y sigue contando con, a priori, buenos cabeceadores como Satrústegui, Pol Moreno, Tienza, Gassama o Rubén Alves. La pasada campaña, por ejemplo, hasta cinco defensas marcaron (la mayoría de estrategia) y en esta, sin embargo, ninguno de los zagueros ha logrado un gol que subiera al marcador. Satrústegui sí mandó un gran cabezazo a la red en un saque de esquina frente al Alavés, pero el árbitro de VAR animó al que estaba en el césped por falta, faltita, previa.

Lo que desde luego no existe es una falta de oportunidades: el Racing es el equipo que más faltas saca de toda la liga, 345, y el cuarto que más veces ha botado un saque de esquina, 109 veces, solo por detrás de Las Palmas, Zaragoza y Tenerife. Y lo que no parece tampoco justo es achacar la falta de peso de la estrategia ofensiva en los números del Racing al anterior cuerpo técnico. Al fin y al cabo, Guillermo Fernández Romo y su segundo, David Paredes, que muchas veces lideraba los ensayos de la estrategia, eran los mismos que diseñaron las acciones a balón parado la temporada anterior, en Primera RFEF, que resultaron muy efectivas.