Mallorca

Pendientes de Raíllo

Al capitán se le están haciendo pruebas para determinar el alcance de su lesión de tobillo

EFE/Cati Cladera

Minuto 41 del partido Mallorca-Villarreal. En una acción del juego en disputa por un balón con un contrario, Antonio Raíllo hace una mala pisada e inmediatamente desde el suelo reclama asistencia médica. El cordobés sabe que no se trata de una torcedura cualquiera. Ese tobillo izquierdo ya le dejó fuera del equipo durante 24 partidos hace dos temporadas.

Es retirado en camilla y accede al banquillo para lo que resta de partido apoyado en unas muletas.

Desde entonces está siendo sometido a pruebas que determinen el alcance de la lesión, pero en el momento de la misma le decía a sus compañeros sobre el césped “¡me he roto!”

De momento el diagnóstico es una incógnita y el mallorquinismo está en vilo a la espera de conocer el grado exacto de la lesión y a la espera de un resultado definitivo, ya se está valorando, dependiendo del nivel de dicha lesión, que el jugador pase por el quirófano. Las primeras pruebas parece que descartan que la lesión sea excesivamente grave, pero sí es posible que el capitán bermellón deba pasar por la sala de operaciones, lo que le dejaría fuera del equipo, probablemente, lo que resta de 2023.

La temporada pasada, Raíllo ya acabó perdiéndose seis de los últimos ocho partidos por una lesión en el dedo gordo de un pie. En pretemporada no viajó al ‘stage’ de Austria y solo jugó algunos minutos en los partidos amistosos de preparación, con una semana marcada por la oferta recibida del Cagliari, lo que supuso cierto malestar en el club, en el jugador por haber salido a la luz y en un sector del mallorquinismo.

Ahora, con esta lesión, se confirma que los últimos meses de Raíllo no están siendo los mejores del futbolista andaluz que llegó a la isla en el verano de 2016 por lo que lleva siete temporadas y ha jugado en tres categorías: Segunda B, Segunda y Primera división.

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