Objetivo: mantener la portería a cero

El año pasado el mundo del fútbol se asombraba por la eficacia defensiva del equipo, entonces dirigido por Julián Calero y donde su portero, José Antonio Caro era el gran protagonista, tras conseguir batir el récord de minutos sin encajar un gol en el fútbol profesional. Al principio de la presente temporada, ya se presumía que en este curso esas cifras no se iban a mantener. El sistema más atrevido y alegre de Jon Pérez Bolo avisaba que el Burgos iba a marcar más goles que en anteriores ejercicios, pero también iba a sufrir más en tareas defensivas.

Lo cierto es que los números hablan por sí solos, ya que el cuadro blanquinegro ha recibido 24 goles esta temporada, de los cuales 18 los ha encajado el guardameta onubense fuera de casa y seis en los ocho encuentros que ha jugado en El Plantío. Esa brecha abierta no se logrado cerrar en los últimos ocho partidos, siete de competición liguera y uno de la Copa del Rey. En todos ellos el Burgos ha encajado goles, tanto en casa como fuera.

El objetivo de los entrenados por Bolo es reducir esa sangría y equilibrar su juego para no tener que verse obligado a remontar, como viene ocurriendo en sus últimos compromisos. También es verdad que el equipo se muestra mucho más certero ante las porterías contrarias, ya que su juego más ofensivo provoca muchas más ocasiones que la pasada campaña. Ahora, el equipo castellano lleva ya anotados 22 goles y destacan en esa faceta goleadora, Curro Sánchez con ocho y Fer Niño con cuatro dianas.

Ante el Andorra, los blanquinegros se plantean como objetivo volver a dejar a cero su portería, algo que no lograba desde el 4 de octubre cuando ganaron en El Plantío al actual líder, el Leganés, por un gol a cero.

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