Nuevo capítulo de la historia negra del Real Valladolid

La derrota del Real Valladolid en el Bernabéu es un otro capítulo más dentro de la historia negra del conjunto blanquivioleta. Una de esas derrotas que pasan a la memoria colectiva por la vergüenza que causa en sus aficionados. Lo cierto es que en el campo del Madrid ya se han producido otros resultados abultados y no tan lejanos; en la campaña 2007-08 con Mendilibar en el banquillo el Valladolid recibió su mayor goleada en el Bernabéu, 7-0 y en la 2003-04 también encajó siete goles aunque puso algo de oposición marcando dos para el 7-2 final. En la campaña 1954-55 el resultado fue de 5-1.

En el estadio del Atlético de Madrid y más concretamente en el desaparecido Calderón llegaron sendos 7-0 en las campañas 1950-51 y 1957-58 y un 6-0 en la 1994-95, un 5-0 en la 1997-98 y un 6-1 a finales del siglo XX, en la 1998-99. En el campo del Barcelona también ha recibido serios correctivos a lo largo de la historia, como aquel 6-0 de la 1948-49 o el 5-0 de la 1954-55, el 7-1 de la 1957-58 o el 5-1 de la 1959-60, aunque se podría pensar que eran otros tiempos y que se marcaban más goles, pero hay resultados abultados más recientes. 5-0 en la campaña 1983-84 o 6-1 en la 1997-98. En el siglo XXI el Barcelona ofreció su particular homenaje a Vaquero que se retiraba, endosando un contundente 6-0 al Real Valladolid en una tarde de fiesta culé y la más reciente en la campaña 2019-20 por 5-1 en la época de Sergio González.

Seguramente habrá otros resultados abultados ante otros equipos, pero la Real Sociedad tiene seguramente el récord al haberle metido ¡14! goles al Real Valladolid de la campaña 1940-41 en un resultado global de 14-2. También el conjunto Txuri-urdin firmó ante el Real Valladolid otro resultado complicado de olvidar ya que en la campaña 2001-02 justo en el último partido antes de la Navidad los aficionados del conjunto castellano regresaron de Anoeta escocidos por el contundente 6-0 de la Real.

El 6-0 en el Bernabéu no es el peor, pero seguramente también haya sido de los que peores sensaciones y mayor impotencia se haya percibido en un equipo vestido de blanco y violeta, aunque la historia es pertinaz y está condenada a repetirse.