Nos encantan los debates

Hasta hace nada el debate era si Íñigo Vicente no se escoraba voluntariamente a la izquierda en las pocas ocasiones en las que le habían puesto por dentro y si Jorge Pombo podría/querría jugar en algún puesto que no fuera la mediapunta. Era algo así como que los dos más talentosos jugadores del Racing tenían tan claro su posición ideal que poco menos que condicionaban a los entrenadores. Hoy, no. Hoy el debate es que Íñigo Vicente tiene que seguir jugando, sí o sí, de mediapunta y que a Pombo, ayer de baja por sanción, le toca ir a la izquierda..., o más a la izquierda todavía, al banquillo. Como si alguien hubiera pensado en las últimas semanas que Pombo y/o Íñigo Vicente estaban jugando mal, o no empastando, con el aragonés por dentro y el de Derio en la izquierda. El fútbol tiene memoria de pez.

Hay lujos que uno no se puede pegar

Lo de dejar a Pombo o a Íñigo Vicente en el banco. Yo, sincéramente, no tendría el cuajo suficiente para hacerlo. Y dudo muy seriamente que lo vaya a hacer José Alberto. Anoche, cuando Óscar García Mayo, de la SER, le preguntó al ovetense sobre si se plantea seguir con el vizcaíno lejos de la banda, el míster dio un capotazo y habló de su polivalencia, de que ha jugado en ambas demarcaciones y que cuando sale en la banda siempre juega de fuera a dentro... Todo verdad, pero lo que no aclaró es si Pombo le da con garantías esa misma polivalencia (también ha jugado en la izquierda, incluso en 4-4-2) o si se plantearía dejar en el banco al zaragozano. Sería elegir entre Pombo por dentro y Vicente al costado, o Vicente de mediapunta, Sangalli en la izquierda y Pombo suplente. ¡Qué juego nos va a dar en las tertulias! Haga lo que haga. En cualquier caso, lo que hay que reconcerle a José Alberto es que está logrando involucrar a todos sus futbolistas, incluídos a los más talentosos en la presión tras pérdida. Ayer, frente a un buen equipo, y pese a que hubo demasiados errores no forzados en el pase o en la conducción, lo mejor del Racing fue lo ambicioso que estuvo el equipo cuando pudo intentar robar en campo contrario. Cuando iba, iba de verdad, y a eso le ayuda jugar contra equipos como el Leganés, o el Villarreal B o el Andorra, los dos próximos rivales, que tratan de salir jugando desde atrás.

Después de siete jornadas, José Alberto puede presumir de unos números dignos de mejor causa que la de luchar simplemente por no descender. Tres victorias, tres empates y una derrota, sexto por puntos en este tramo liguero, tercer máximo goleador y noveno goleado en esas jornadas... ¿Dónde había que firmar? Dato complementario: el Racing de José Alberto ha logrado en siete partidos los mismos goles, 10, que los que consiguió el Racing de Romo en 20. Es decir, ahora marca el triple de goles que antes. En contra, eso sí, encaja algo más, de 0,85 goles/partido con el madrileño a un gol encajado por partido de media con el asturiano. Lo de la manta. No da para tapar todo y cada uno elige si cubre la cabeza o los pies. Cuestión de estilo.