QATAR 2022 | BRASIL

Retrato de la bailonga Brasil: Vinicius inicia el tiroteo

La selección brasileña certificó su pase a los cuartos de final del Mundial después de atestarle un contundente 4-1 a una débil Corea. Se medirá a Croacia.

Doha (Qatar)

La selección brasileña confirmó su presencia en los cuartos de final del Mundial de Qatar después de asestarle un contundente 4-1 a Corea. Los de Tite, imponentes en el primer tiempo, se medirán a Croacia en los cuartos de final, tras realizar una exhibición futbolística en el primer tiempo que noqueó completamente a los asiáticos. Analizamos uno por uno la actuación de la pentacampeona del mundo.

Alisson: apareció cuando tuvo que hacerlo. Repelió un gran disparo en el minuto 14 con una intervención extraordinaria y después blocó varios remates sin dificultades. Esta Brasil, a la que es muy difícil meterle mano, tiene un portero que hace acto de presencia siempre que se le requiere. En la segunda mitad volvió a aparecer a un disparo espectacular de Son para evitar el gol coreano. Poco pudo hacer en el tramo final al espectacular disparo de Seung-Ho Paik, imparable. Fue sustituido al final del partido por Weverton.

Militao: de central, de lateral, de mediocentro... está a un nivel de confianza y de superioridad que frustra casi todos los ataques rivales. Tuvo una noche bastante plácida el defensa del Real Madrid. No se complicó, como siempre, ni una vez con balón, ayudó a Marquinhos y Thiago Silva en cada acción defensiva y Son no tuvo ni una oportunidad de buscarle las cosquillas. Tite le reservó dando entrada a Alves en el segundo tiempo.

Marquinhos: juega de memoria con Thiago Silva. Posiblemente no hay ni parece que vaya a haber una dupla tan contundente en todo el Mundial. Tiene una tranquilidad asombrosa para solventar los problemas. Nunca se pone nervioso. Domina el arte de defender como muy pocos centrales. Todavía le falta una Champions para que que sea reconocido como uno de los mejores centrales del mundo, pero su regularidad es imperiosa. Borró del mapa a Gue-sung Cho durante prácticamente todo el partido.

Thiago Silva: un muro. Tiene 38 años, pero juega a un ritmo y a una velocidad que parece que acaba de cumplir los 25. Está siendo uno de los mejores centrales del torneo. Contundente en el juego aéreo, rápido en las ayudas a los laterales e incluso decisivo en campo rival. Gue-sung Cho apenas le incomodó. En el golazo de Richarlison, la maravillosa asistencia al primer toque al delantero del Everton surgió de sus botas. Impecable otro día más.

Danilo: ejerció como lateral izquierdo después de las lesiones de Alex Sandro y Telles, este último baja confirmada para lo que resta de Mundial. El exjugador del Real Madrid se metió constantemente por centro para hacer de mediocampista en una premisa que lleva utilizando Tite desde hace mucho tiempo. Cumplió en el primer tiempo y, en el segundo fue sustituido por Bremer.

Casemiro: es, probablemente, el mejor mediocentro defensivo de todo el Mundial. A su jerarquía en los duelos y a su sentido táctico hay que añadirle una salida de balón más que notable. Tiene un don para salir airoso de situaciones límite y libera a Paquetá y Neymar para que no tengan que asumir tantas responsabilidades defensivas. Realizó, otra vez, un gran partido. Estuvo muy atento a las ayudas a Marquinhos y Thiago Silva y en el juego aéreo fue una pared sin agujeros.

Lucas Paquetá: su mejor partido de lo que llevamos de Mundial. Había tenido ciertas dificultades en la fase de grupos para acoplarse al doble pivote, pero con Danilo de mediocentro en la salida de balón, Paquetá hizo de mediapunta. Esa libertad que le otorga Tite fue clave para que marcara el 4-0 a pase de Vinicius es una excelente acción colectiva de Brasil. Se le vio más cómodo y liberado.

Raphinha: derrapa con el balón. Cambia de ritmo a una velocidad supersónica y luego tiene la frialdad y la sangre fría para pararse en el área y asistir como en el 1-0 de Vinicius, en el que dribló a su marca y dejó en bandeja el gol del jugador del Real Madrid. En el segundo tiempo, Kim, en partida doble, evitó que marcara el 5-0. Fue un incordio para la débil e inocente defensa coreana, especialmente para

Neymar: más allá de la goleada, probablemente la mejor noticia de la noche para Brasil. El 10 de la Seleçao no se resintió de sus molestias en el tobillo y jugó a un gran nivel en el primer tiempo. Se estrenó en el Mundial con un gol de penalti en que supuso el 2-0 para la canarinha. Conectó continuamente con Vinicius, atrajo marcas, regateó con su técnica depurada y fue un jugador indetectable en campo rival. Aunque no está al 100 %, un Ney al 50 % sigue siendo decisivo. Se diluyó en el segundo tiempo y fue sustituido por Rodrygo.

Vinicius: tiene todos los ingredientes para convertirse en un jugador trascendental en la historia de la selección brasileña. Si algo le quedaba mejorar era, quizá, su nerviosismo en el área, un ‘déficit’ que ha ido puliendo en los últimos dos años. Materializó el 1-0 de Brasil con una tranquilidad inaudita en él. Controló, se acomodó la pelota y definió como un killer del área. En el segundo tiempo estuvo menos participativo y Martinelli entró en su lugar.

Richarlison: le está dando la razón a Tite. El mejor delantero posible para esta selección. Forzó un penalti de puro oficio, que supuso el 2-0 de Brasil, para después marcar el tercero de la pentacampeona del mundo en una de las mejores jugadas de lo que llevamos de Mundial. Necesita muy poco para ser decisivo.

Alves: Tite le premió en el segundo tiempo después de que Brasil tuviera más que sentenciado el partido. Casi hace de tijera un gol memorable.

Bremer: entró por Danilo y jugó como lateral izquierdo, una posición inédita para el central de la Juventus. No tuvo mucho trabajo y poco pudo hacer en el gol coreano.

Martinelli: Tite le introdujo en el campo por Vinicius. Su presencia fue testimonial, salvo una jugada en la banda izquierda que terminó en remate acrobático de Alves.

Weverton: entró a falta de diez minutos para el final por Alisson. El veterano portero apenas tuvo que intervenir.

Rodrygo: cambio algo tardío, ya que con 4-1 era un partido propicio para verle más tiempo. Dio el relevo a Neymar y generó dos jugadas de peligro entre líneas.