Monreal: “Me he sentido muy querido en la Real”

El lateral navarro se despide de la Real triste por no haber podido jugar en su tercer año: “He compartido vestuarios como grandes estrellas, pero es en la Real donde más cómodo me he sentido”

AMAIA ZABALODIARIO AS

Nacho Monreal se despide de la Real Sociedad. Lo hace con una entrevista en los canales oficiales del club txuri-urdin en la que explica cómo su último año y qué deja en San Sebastián.

-Visto en perspectiva, ¿qué balance hace de su paso por la Real?

La razón que me hizo venir aquí fue mi hija. Llevaba ya siete años en Inglaterra, veníamos de perder una final de UEFA y eso me dejó un poco tocado. Yo creo que a partir de ahí es cuando decido que mi etapa en el Arsenal ha terminado. Tengo una niña en ese momento de un añito, veía que iba pasando el tiempo, que iba creciendo y mis padres apenas disfrutaban de ella. Llevaba muchos años allá, y en ese momento creía que había dado todo lo que tenía para el Arsenal y me surgió la oportunidad de venir aquí, a la Real Sociedad, de vivir en San Sebastián. Conozco perfectamente esta zona, este club, y sabía que iba a encajar perfectamente y decidí venir.

-¿Y no dudó entre otras alternativas?

No. Yo lo tenía claro. A parte de conocer el club y la ciudad veía la plantilla y me gustaba lo que había. Había grandísimos jugadores. Estaba Odegaard, Januzaj, Oyarzabal, Merino... había muchísimos jugadores que tenían un alto nivel. La verdad es que les había visto jugar bastante, me encantaba como jugaban, su filosofía, el míster y sabía que iba a encajar perfectamente. Luego vino Silva, Rafinha... y el equipo iba creciendo. Llevamos tres años consecutivos metiéndonos en Europa y esa tiene que ser la mentalidad del club, la de estar siempre en lo más alto posible para que lleguen los mejores jugadores posibles.

-Y entonces llegó su debut…

Fue el debut soñado. El primer partido en casa, el debut porque las tres primeras jornadas se habían jugado fuera por las obras del estadio. El ambiente que había era increíble. Jugábamos contra el Atlético de Madrid que en aquel momento iba al líder. Llegamos y fue un partido espectacular. Fuimos infinitamente superiores a ellos y me acuerdo de la grada de animación en que no paraban de animar con los tambores todo el partido. Se les escuchaba muchísimo. Fue un día buenísimo en el que ganamos 2-0 y jugamos muy bien al fútbol. Fue el día perfecto.

-La primera temporada fue inolvidable

Desde que llegué aquí todo fue bueno. Debuto, meto gol, ganamos y el equipo coge una racha buenísima. Nos metimos en posiciones europeas desde el principio, y en aquel momento me atrevería a decir que éramos unos de los equipos que mejor fútbol hacía sin duda en LaLiga. Las gradas nuevas, la afción, el estadio... llegamos a la final de la Copa del Rey y la desgracia fue no puede jugarla ese mismo año. Se jugó el siguiente y hubo compañeros que no pudieron disfrutar de ese momento en el terreno de juego. Fue todo positivo. A partir de ahí nos clasificamos también en la última jornada para la Europa League y fue todo maravilloso el primer año.

-¿Con qué jugador ha congeniado más en el vestuario de la Real?

Con Aritz Elustondo. Es la persona con la que más te puedes reír, la que más tonterías hace, el más gracioso del equipo. Una de las cosas que mejor me llevo de recuerdo y que más me gusta de la Real es el vestuario. He estado en grandísimos equipos. He compartido vestuarios con estrellas de fútbol, con grandísimos jugadores de los cuales me siento muy orgulloso, y no lo voy a olvidar nunca, pero por cómo soy yo, por mi forma de ser, aquí es donde realmente me he encontrado cómodo porque soy un chico muy sencillo, normalito, y creo que los 25 jugadores que estamos en la plantilla son como yo. Entonces en ese sentido desde el primer momento me he sentido como en casa. Jugadores, personas como Aritz, como Gorosabel, o muchos más desde el primer momento te dan esa bienvenida y te hacen sentir como en casa.

-Y llegó el momento clave de su estancia en la Real, la final de Copa…

En la ciudad no se hablaba de otra cosa que no fuera la final. La gente estaba obsesionada con la final porque además era el derbi. Nosotros nos encontramos muy cómodos, éramos conscientes de que en ese momento estábamos un peldaño por encima del Athletic tanto de juego como de jugadores, pero eso no quita que fueras a ganar porque fueras mejor a ellos. Gracias a Dios lo hicimos, nos trajimos la Copa a San Sebastián después de 34 años, y recuerdo que fue algo muy emotivo para mí, porque aparte de ser mi primer título en España venía de una racha malísima.

-¿Temió por no poder jugar la final de Copa por su lesión?

Si. Me había lesionado mes y medio antes de esa final. Dos semanas antes de ese partido o incluso 10 días antes yo estaba totalmente descartado. Hablé con el míster, con el director deportivo y me intentaron animar para forzar, pero bueno realmente no hacía falta porque yo era el primero que quería jugar, pero las rodillas en ese momento no me respondían. Estaba probando tratamientos y no lo conseguía. No lo conseguí hasta que el doctor me puso corticoides y en cosa de 24 horas el dolor desapareció. Fue al día siguiente, al estar entrenando y decir, ‘oye que no tengo dolor, que me encuentro bien. Si esto siga así voy a poder jugar’. Y ya te metes en eso, de que durante un mes o mes y pico no has podido entrenar con los compañeros y no te has podido preparar. A pesar de ello el míster decide que tengo que estar en el once inicial y que pueda ayudar. Ganamos, y fue tal cúmulo de emociones que yo recuerdo que termina el partido y me puse a llorar como un niño pequeño. No paraba de llorar. No encontraba consuelo por todo lo que había sufrido los meses o el mes anterior sobre todo.

-Pero su último año ha sido para olvidar por culpa de las lesiones…

Sin ninguna duda ha sido el peor año de mi carrera. Me considero un jugador que ha tenido muchísima suerte con las lesiones, y eso que he tenido varias pero ninguna importante. Durante 16 años he podido jugar siempre mis 40 o 50 partidos por temporada, y en ese sentido este año ha sido totalmente diferente. Ya desde pretemporada, cuando me fui a correr por mi cuenta para prepararme antes de empezar la pretemporada, me veía con esas molestias con las que terminé la temporada pasada. Me llama el doctor, soy optimista, pero la cabeza ya me empieza a mandar señales de que algo no funciona o no va bien. Llego aquí y desde el primer momento ya empezamos con tratamientos de plasma, con tratamiento de corticoides. Voy a ver a Mikel Sánchez a Vitoria y pruebo mil cosas y no funcionan. Termino operándome, operación de 5 meses de post operatorio para volver a estar bien, y pasan esos 5 meses y mejoro, pero sigo sabiendo que no estoy bien.

-¿Pensó que podía volver a jugar esta temporada y que no estaba todo perdido?

Empiezo a entrenar con el equipo, a encontrarme algo mejor, y veo que empiezo a acercarme aunque lejos de mi mejor nivel. En un entrenamiento tengo otra recaída y ahí, dos meses antes de que termine la temporada, sé que esto ya se ha terminado. Un año muy duro, un año en el que he sufrido muchísimo, en el que le he dado mil veces las gracias a los compañeros, al míster por el trato, médicos, fisios... Se ha hecho muy duro, pero bueno, eso es aprendizaje. En el fútbol no todo es bonito, no todo es disfrute y alegría. Tocan estos momentos malos, estas situaciones y doy gracias de que ha sido en mi último año. Me llega a pasar esto con 30 años o con 25 y vete a saber. Gracias a Dios que ha sido con 35, ahora ya con 36 años, y he podido disfrutar de 15 años al máximo nivel.

-¿Qué mensaje manda a la afición en su despedida?

Que me voy con muchas cosas de la Real, de San Sebastián. Mi segunda hija nace aquí y me voy con un título que es la Copa del Rey, que es complicadísimo. Tiene muchísimo mérito. Me voy con todo el cariño de la afición, no solamente por el cariño que he recibido dentro del terreno de juego, considero que soy una persona muy querida aquí por lo que me transmiten fuera. Hago muchísimas horas de parque con las niñas, y siempre todos los mensajes han sido muy positivos. Me he sentido como si estuviera en mi casa. Sé que no es mi casa, pero las sensaciones son exactamente iguales que como si fuera. Yo lo único que quiero es dar las gracias por todo el trato recibido durante estos 3 años, por haberme hecho la vida muy cómoda, por haber podido disfrutar. Al presidente le he dado las gracias mil veces por haberme traído y por todo el cariño que yo he sentido, tanto dentro del terreno de juego como fuera. Es el mismo cariño que yo tengo hacia todas las personas que trabajan en la Real Sociedad y todas las personas que aman a la Real Sociedad. Lo que sé es que el cariño es mutuo y eso es con lo que me quedo”.

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