Miku, un ‘viejo rockero’ para mantener al Intercity en Primera RFEF

Hay jugadores que, en una época determinada, tuvieron sus momentos de cierta fama y gloria en el mundo del fútbol que muchos aficionados, pasado el tiempo, se preguntan qué fue de ellos. Pues muchos continúan jugando en categorías más modestas de España, ya sea Primera, Segunda o Tercera RFEF. Y, además, alguno sigue anotando tantos decisivos para el equipo cuyos colores defiende actualmente.

Es el caso de Nicolás Ladislao Fedor ‘Miku’ (Caracas, 1985). El delantero hispano-venezolano, habitual de la Primera División entre 2009 y 2016, milita ahora en el Intercity de Alicante y este fin de semana marcó el gol que aseguró la permanencia de su club. Alejandro Sandroni (técnico que sustituyó hace poco más de un mes a Gustavo Siviero) eligió a Miku como punta de lanza de su equipo contra el SD Logroñés y este respondió como mejor sabe. Corría el minuto 77 cuando remató un pase de Cedric Teguía ante el que nada pudo hacer Jero Lario. En el descuento, el choque se enfangó y Pol Roigé (Intercity) y Madrazo (SD Logroñés) acabaron expulsados. No obstante, el partido ya estaba resuelto.

Un gol, el primero con el equipo alicantino, que confirmó la permanencia matemática del Intercity y condena al SD Logroñés a jugar otro año más en Primera RFEF. Los riojanos aún tenían esperanzas de acceder al playoff, mas con esta derrota la ilusión se convirtió en añicos. La salvación de la peculiar entidad de Alicante (es la única institución deportiva que participa en Bolsa) es todo un éxito para crecer y aspirar a cotas más altas en el futuro.

A sus 37 años, Miku apura sus últimos goles en Primera RFEF tras 19 temporadas de trayectoria futbolística. Llegó a España siendo muy joven junto a su familia para instalarse en Valencia. Empezó en el fútbol en la cantera che, en Paterna. En 2004 comenzó en el fútbol profesional con una cesión al Alcoyano (04-05) a la que siguieron más: UD Salamanca (05-06 y 08-09), Ciudad de Murcia (2006) y Nástic de Tarragona (07-08). Cinco préstamos que, sin embargo, no le sirvieron para hacerse un hueco en el primer equipo del Valencia, que lo acabó vendiendo al Getafe.

En el sur de la Comunidad de Madrid, Miku alcanzó su mayor apogeo. Fueron tres temporadas en las que acumuló 108 partidos y 28 goles antes de irse cedido al Celtic de Glasgow. Llegó a marcar 12 dianas en la temporada 11-12, su plusmarca en LaLiga. Después pasó por el Rayo Vallecano, con el que vivió el final de la buena etapa con Paco Jémez y descendió a Segunda. Luego comenzó un periplo exótico por Catar (Al Gharafa), India (Bengaluru) y Chipre (Omonia) antes de regresar a España con la pandemia de la COVID.

Volvió para enrolarse al Deportivo de la Coruña, un histórico en apuros con el que subió a Primera Federación. Este pasado verano se unió con el Real Murcia, otro clásico en horas bajas donde, sin embargo, no tuvo buena experiencia. En el mercado de invierno se unió al Intercity, con el que este fin de semana se estrenó como goleador de la mejor manera: marcando la diana de la permanencia de su equipo. Porque los viejos rockeros nunca mueren. En el fútbol tampoco.