Gabri Valero, el ‘ojito derecho’ de Marcelo: “Regatea como Lamine”
El extremo del Juvenil A llama la atención a la leyenda madridista, que le pone en valor en AS: “Es top, me gusta. Seguramente será del primer equipo”.
“Ahora hay un jugador del Juvenil A del Real Madrid que se llama Gabri. Es top, me gusta. Seguramente va a ser del primer equipo porque regatea de manera impresionante, como Lamine”. La respuesta es de Marcelo, en entrevista con AS. La pregunta no estaba enfocada a La Fábrica. Era general. ¿Qué regateador de ahora le gusta? Y a la leyenda blanca se le vino automáticamente a la cabeza: Gabri Valero. Después apuntó a Kvaratskhelia. Pero el primero, él. Un chico de 18 años que hace unas semanas puso X a humear con sus fintas, con su desborde, con sus gambetas. Por una habilidad que le colocó, de repente, en el centro del foco mediático. Y que llama la atención a Marcelo.
El otrora lateral le conoce bien. Porque Gabri comparte equipo con su hijo Enzo, cada vez más asentado en ese primer juvenil blanco. De hecho, el ariete debutó en la Youth en Atenas. Justo, curiosamente, el día en que el menorquín se estrenaba como titular en la miniChampions. En División de Honor sí está siendo importante para López de Lerma: ha salido de inicio en 9 de las 11 jornadas. Y en El Pireo logró cortar la cinta a ese reto europeo. Uno más dentro de una temporada crucial para Gabri. Y lo sabe.
Aterrizó en La Fábrica en 2021 y, desde entonces, ha ido quemando etapas, curso a curso. Todas. Desde el Cadete B al Juvenil A. Sin saltos, sin mirar atrás. Un extremo derecho y zurdo, para percutir a pie natural. “Como Lamine”. Explosivo, vertical. Con detalles a moldear. Por eso es un talento diferente. Un talento que hizo saltar los radares del Madrid hace cuatro años. Y el de Marcelo.
Su radiografía
Sus condiciones son indiscutibles. “Brutales”, simplifican quienes le ven día a día. “Y en el uno contra uno, sus recursos son interminables”. Esa es la realidad. Todo cocinado de manera natural, pero también con horas extra. Tras entrenar es habitual que practique controles, fintas, todo tipo de virguerías. Porque, por encima de todo, Gabri Valero es un regateador.
Sin tanto vuelo como algunos de sus compañeros de generación (2007): Fortea, Joan Martínez, Diego Aguado, Thiago Pitarch, Yáñez... Quizá, por esas aristas. Por una necesidad de pulir su capacidad asociativa en el último tercio, de mejorar la toma de decisiones después de completar jugadas de museo y de añadir juego sin balón a su indudable manejo. Aprender y aprehender.
En Valdebebas no se les escapa, lógicamente, que tienen a un talento muy particular entre manos. Tampoco que, cuando salga del horno, puede tratarse de algo muy especial. Que, con confianza, es imparable (en un torneo en Shanghái, con galones de indiscutible, la rompió en 2024). “Si hablamos de habilidad pura, de uno contra uno, hay pocos como él en Europa”, desliza un buen conocedor del menorquín. Por algo el Madrid renovó su contrato en marzo. Y meses después, boom mediático.
Retos
Ahora, Gabri debe enlazar esas condiciones “brutales”, ese regate diferencial y esas sensaciones en continuidad. Encontrar la tecla de la regularidad. Ese es su gran reto. Para pasar de importante a indiscutible con López de Lerma. El primer paso para comenzar la escalada. Para poder pensar que su primer año senior sea como parte del Castilla. Porque, recuerden, si hablamos de talento y habilidad, “hay pocos como él”.
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí