Así es Gabri Valero, el nuevo talento ‘viral’ del Madrid
Sus regates han convertido al extremo del Juvenil A en tendencia. Un talento diferente, moldeado en los hornos de La Fábrica: “Sus recursos en el uno contra uno, interminables”.


Y de repente, Gabri Valero. Regate a regate hasta hacer humear X. Una red social que ajusticia y encumbra a la misma velocidad a la que él sortea rivales. Su habilidad en bucle le ha colocado, de repente, en el centro del escenario mediático. A un chico de 18 años que aterrizó en La Fábrica en 2021. Que ha ido quemando etapas, curso a curso. Todas. Del Cadete B al Juvenil A. Sin saltos, sin mirar atrás. Tampoco lo hace su fútbol. Un extremo derecho zurdo, para percutir a pie natural. Explosivo, vertical. Con aristas por pulir. Por eso es un talento diferente. Un talento que le ha convertido en viral.
Pero, ¿quién es Gabri Valero? Nacido en Menorca el 3 de agosto de 2007, pasó por el Pozuelo, el Boadilla y Las Rozas. Años donde sus diabluras hicieron saltar los radares del Madrid. Hasta que se vistió de blanco hace cuatro años. Con un crecimiento estable, sin estridencias. Sin saltar generaciones. Con titularidades intermitentes (salió de inicio en 12 de sus 26 partidos la temporada pasada), sin tanto foco, hasta que le han apuntado todos de golpe. Sin llegar a tirar la puerta abajo, de momento.
Su radiografía
Para Julián López de Lerma es importante en el Juvenil A. Titular en tres de las cuatro jornadas ligueras. Aunque por estrenar en el coto de caza mayor: la Youth League. Sus condiciones son indiscutibles. “Brutales”, simplifican quienes le ven día a día. “Y en el uno contra uno, sus recursos son interminables”. Esa es la realidad. Todo cocinado de manera natural, pero también con horas extra. Tras entrenar es habitual que practique controles, fintas, todo tipo de virguerías. En definitiva. Por encima de todo, Gabri Valero es un regateador.
Parte de la generación 2007 que con tanto mimo ha tratado Arbeloa. Los Fortea, Joan Martínez, Diego Aguado, Thiago Pitarch o Yáñez. Pero sin tanto vuelo hasta ahora, con todos como piezas vertebrales del Castilla. Quizá, por esas aristas. Por una necesidad de moldear su capacidad asociativa en el último tercio, de pulir la toma de decisiones después de completar jugadas de museo y de añadir juego sin balón a su indudable manejo de este. De ahí que este año, su último como juvenil, sea capital. Aprender y aprehender. Gabri es consciente.

Y en Valdebebas, no hay dudas. No se les escapa, lógicamente, que tienen a un talento muy particular entre manos y todavía por terminar la cocción. Tampoco que, cuando salga del horno, puede tratarse de algo muy especial. Que, con confianza, es imparable (en un torneo en Shanghái, con galones de indiscutible, la rompió en 2024). “Si hablamos de habilidad pura, de uno contra uno, hay pocos como él en Europa”, desliza un buen conocedor del menorquín. Por algo el Madrid renovó su contrato en marzo. Y siete meses después, boom mediático.
Su gran reto
Ahora, Gabri debe enlazar ese talento, esas condiciones “brutales”, ese regate diferencial y esas sensaciones en tangibles. Y encontrar la tecla de la regularidad. Ese es su gran reto. Para pasar de importante a indiscutible con López de Lerma. El primer paso para comenzar la escalada. Para poder pensar que su primer año senior sea como parte del Castilla. Porque, recuerden, si hablamos de talento y habilidad, “hay pocos como él”.
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