El silencio de Iker Bravo

Necesita un héroe el Castilla... e Iker Bravo no acude al rescate. Está encallado, flotando sobre un mar de dudas. ‘Se busca’ a ese pistolero que disparando sus revólveres, disparó los índices de ilusión. Lleva 98 días sin marcar con el Castilla: desde el 15 de octubre, cuando firmó un golazo en Mérida. Esta temporada sólo suma ese zarpazo y otro al Sanse en Primera RFEF. Números escasos que tenían su enmienda: no estaba siendo titular y así, es difícil. Pero ahora, con Álvaro Rodríguez en el Sudamericano Sub-20 (citado por Uruguay), estaba llamado a dar un paso adelante. A aprovechar los partidos de estas semanas. En Ceuta, agua y ante el Racing Ferrol, ídem.

No le salen las cosas y la velocidad de crucero que había alcanzado el Castilla, ahora es menor. Porque se ha dejado cuatro puntos en dos partidos y pierde la bala de ponerse colíder. Este sábado tuvo enfrente un rival guerrero como pocos, con ganas de prender las antorchas y hacer arder el Di Stéfano. No es un Diablo Verde una fiera fácil de domar. Fueron superiores los de Raúl, que en la primera parte tuvieron tres ocasiones: Iker Bravo y Álvaro Martín, ambos desde la frontal, dispararon mansansamente al medio y Bravo, en caída, casi remató un centro raso. Los gallegos mantuvieron su plan de principio a fin: estar bien posicionados en defensa y salir en contragolpe. Así, produjeron varios sustos a De Luis.

Notable Tobias

Pero las mejores ocasiones no llegaron hasta la segunda parte. La lesión de Dotor (pinta a muscular) hizo entrar a Théo Zidane y el 7 dinamitó el partido, jugando muy vertical y valiente. Eléctrico. Con Arribas algo más tímido de lo habitual (su sinergia con Iker Bravo no es tan excelsa como con el Toro), la batuta de la melodía de Tiburón la manejaron las bandas. Vinicius Tobias firmó una de sus mejores actuaciones en la categoría y Obrador dio un nuevo salto en su sazón particular. Centro laterales, disparos lejanos, faltas... una tras otra. Uy tras uy.

Mordía el Castilla y encerraba a los de Parralo, que pudieron ganar tras un disparo de falta que se estrelló en el larguero. Se hizo el silencio en el Di Stéfano. Acompasando el poco ruido que para entonces, ya estaba haciendo Iker Bravo: en la primera parte tuvo dos, pero en la segunda no se le vio. Tal fue el caso, que en los últimos diez minutos, donde el corazón pide a cualquiera acumular puntas, Raúl lo quitó para dar entrada a Gonzalo, killer del juvenil (otro diamante de La Fábrica, con un poderosísimo juego aéreo).

Puso empeño, pero milagros, a Lourdes. Se fue adusto el Castilla, helado en la noche madrileña frente a un Racing Ferrol que tampoco pareció contentarse con el resultado: de ganar la Cultural (juega mañana en Ceuta), perdería su butaca de playoff. Los de Raúl, que atraviesan una pequeña crisis de resultados, tendrán que ir la semana que viene a Pontevedra. Nueva oportunidad para Iker Bravo. De momento, silencio.