El Deportivo no logra librarse del césped artificial

Nunca han tenido reparo en reconocerlo todos los jugadores que han pasado por el Deportivo en los últimos años. El mayor cambio que trae salir de fútbol profesional son los terrenos de juego. En general y en particular los campos de césped artificial. Una de las medidas de la RFEF para su Primera Federación fue prohibir este tipo de superficies, pero a pesar de ello, el equipo blanquiazul no consigue librarse y esta temporada sumará una visita más al césped sintético, en este caso ante el Covadonga para la Copa del Rey.

No lo había querido así el bombo, ya que el campo del cuadro ovetense es de hierba natural. Pero para la Federación no cumple los requisitos mínimos para la competición, lo que obligó a buscar alternativas que llevaron la eliminatoria a Langreo. El césped del Ganzábal, que no es desconocido para el Depor, es artificial y en ese escenario intentarán los de Idiakez superar el cruce y, sobre todo, evitar los problemas físicos que en ocasiones aparecen por el cambio de superficie.

Lo sabe bien, por ejemplo, Diego Villares, que terminó lesionado el año pasado en el único encuentro disputado en sintético. Fue también en Copa ante el Guijuelo, un partido que dejó al Depor en la cuneta a las primeras de cambio tras caer por 2-0.

Siete encuentros con balance negativo

Desde el descenso en 2020, el Deportivo ha tenido que disputar un total de 7 partidos en césped artificial y el balance, aunque igualado, deja a deber. La primera campaña venció a Unionistas, empató en Guijuelo y cayó derrotado en Langreo en el Ganzábal, campo al que regresa mañana. En el segundo año repitió en Salamanca, esta vez con derrota, venció al DUX y empató ante el Sanse. Un total de dos victorias, dos empates y tres derrotas (con la citada de Guijuelo en Copa).

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